Por Sebastian Chavarria Domínguez

El levantamiento popular del 2018 produjo una enorme crisis en los partidos tradicionales colaboracionistas o “zancudos”, especialmente dentro del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), el mismo que pactó un sistema bipartidista con el FSLN en el año 2000.

Muchos dirigentes de base del PLC se incorporaron a la insurrección cívica, en una clara ruptura con la cúpula partidaria que encabeza Arnoldo Aleman. El caso mas significativo de este vuelco de un sector del PLC a la lucha popular, fue el de Apolonio Fargas Gomez, alcalde de Mulukukú, quien fue hecho prisionero político, liberado por la amnistía general del 2019, pero vuelto a perseguir hasta ser destituido por la dictadura.

La convención del 2019

Desde el año 2017, la convención nacional del PLC del 2017 venía reclamando la necesidad de reorganizar al PLC, pero al año siguiente no se puedo realizar la convención nacional del 2018 por el nivel de represión existente. El problema se trasladó a la convención nacional del año siguiente.

En el año 2019, las bases liberales estaban agitadas, reclamaban cambios y pedían a gritos la unidad de la oposición. El PLC estaba conmocionado por los acontecimientos sangrientos del año 2018. Una de las resoluciones de esa convención nacional, fue la de iniciar un proceso de reorganización interna, y que los lideres no fueran nombrados por el “dedazo” sino que se eligieran mediante asambleas o un proceso electoral interno.

Todos los directivos nacionales, departamentales, municipales y hasta el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) debían someterse al escrutinio de las bases. Hubo una rebelión silenciosa contra la conducción de Arnoldo Aleman y su grupo. Incluso, hubo una resolución especial que ordenó que todos los cargos debían renunciar o suspenderse el mandato para marzo del 2020, para facilitar la elección interna de cara a la convención nacional de este mismo año.

Aleman golpea a la corriente de María Haydee Ozuna

Arnoldo Aleman como caudillo del PLC ha tenido que enfrentar muchas rebeliones internas, pero nunca ha perdido el control del aparato partidario, que maneja como clientela política, otorgando prebendas y rotando periódicamente las listas de cargos públicos.

Como existe mucho descontento acumulado en las bases del PLC. Un sector de la vieja guardia, una corriente plebeya, encabezado por María Haydee Ozuna, actual presidenta nacional del PLC, ha tratado de cambiar la orientación claudicante del arnoldismo con la dictadura, pero sobre todo se oponen a que Maria Fernanda Flores de Aleman, la esposa de Arnoldo Aleman, se consolide como la sustituta del caudillo, aplastando a los viejos dirigentes que tiene arrastre popular entre las bases.

Las elecciones internas debían realizarse ante de la convención nacional del 11 de julio, y escoger a los nuevos convencionales, pero una comisión especial del CEN, encabezada por Arnoldo Alemán, y conformada por Maria Fernanda Flores, Jamileth Bonilla, Martha McCoy, Silvio Américo Calderón y Miguel Blandón, nombraron a Miguel Rosales, el delfín de Maria Fernanda, como el nuevo presidente nacional del PLC.

¿Cuál fue la justificación? Que el país estaba bajo pandemia del covid-19 y que la convención nacional no podía reunirse. Una situación bastante similar al 2018, cuando no pudo reunirse la convención nacional.

El dictamen jurídico

A través de un dictamen jurídico, elaborado por el exmagistrado Silvio Americo Calderon, se hizo una interpretación del articulo 81 de los Estatutos del PLC, que establece que los cargos de presidente nacional y de las juntas directivas nacionales, regionales y municipales “no podrá desempeñar la misma posición después de dos períodos consecutivos”.

Pero el asunto que debía ser resuelto en las elecciones internas previas a la convención nacional, fue resuelto mediante una sentencia de una comisión jurídica. Pero no solo dieron el golpe de Estado contra Maria Haydde Ozuna y 44 dirigentes más, sino que en dicha sentencia no solo se autonombraron los nuevos dirigentes, sino que se recetaron un periodo de tres años de duración en los cargos, “por considerar que el próximo año (2021) es electoral a nivel nacional, el período de duración del cargo de los directivos del partido, sea por un período de tres años, tal y como lo establece el artículo 76 del estatuto”.

El panorama esta mas que claro: Arnoldo Aleman y su grupo acaban de liquidar a una corriente opositora dentro del PLC, para mantener su control firme del aparato partidario de cara a las elecciones generales de 2021.