Por Victoriano Sánchez

Las negociaciones entre la dictadura orteguista y la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD) parece un sube y baja, un carrusel. En momentos hay ciclos de optimismo, pareciera que en una mesa de negociaciones se van a resolver los problemas, pero después viene el frenazo y las decepciones.

No hay duda que después del aplastamiento militar de la protesta popular en los tranques y barricadas, la dictadura recuperó el control y con ello el timón de las negociaciones, decidiendo junto a los grandes grupos económicos, el momento y la conformación de los equipos negociadores.

Incumplimiento de la dictadura

A pesar de haber firmado dos acuerdos, uno relacionado con la liberación de los presos políticos (estableciendo un plazo de 90 días) y otro sobre el reconocimiento de los derechos constitucionales (albarda sobre aparejo), ninguno de estos se ha cumplido. Seguimos bajo un Estado de sitio o Estado de Emergencia en donde las libertades democráticas han sido conculcadas en los hechos, sin que se haya aprobado ley o decreto que legalice esa situación excepcional.

La solicitud de no aplicar sanciones

Pero, ¿Por qué se produjo el frenazo o crisis en las negociaciones? Aparentemente la crisis de las negociaciones se debe a que el gobierno ha hecho la petición formal que la delegación de la ACJD firme una declaración conjunta, dirigida a la comunidad internacional, solicitando que no se apliquen mas sanciones contra altos funcionarios de la dictadura.

Hasta el momento, debido a que la represión de la dictadura ha logrado imponer la desmovilización casi total, las sanciones internacionales son el único instrumento de presión contra la dictadura, y por ello hace todas las maniobras políticas para desmontar las posibles sanciones que pueden ser aprobadas después del 18 de junio, cuando vence el plazo aprobado por el Congreso de los Estados Unidos.

Al no tener presiones a lo interno, el orteguismo intenta desmontar las presiones externas, las únicas que pueden hacerle mella en la actual situación. Por eso arremete, mete crisis en las negociaciones, para ver si doblega nuevamente a la ACJD.

Una situación similar se vivió durante el Dialogo Nacional de mayo del 2018, cuando el gobierno solicitó a la ACJD que exigiese el levantamiento de los tranques, una poderosa presión interna que lo tenía de rodillas. En esa oportunidad, la ACJD cometió el grave error político de aceptar que una comisión de seguridad, conformada de manera conjunta con el gobierno, supervisase el desmontaje de los tranques. Obviamente, en esa oportunidad la gente en los tranques se negó a desmovilizarse. Ahora intenta a hacer lo mismo, pero en una situación mucho mas critica.

Nuevo ciclo de negociaciones

Mientras intenta arrodillar a la ACJD, la dictadura ha iniciado un nuevo ciclo de negociaciones. Esta vez con el objetivo de firmas “preacuerdos para la implementación de los temas consensuados”, es decir, acuerdos para el cumplimiento de dos acuerdos ya firmados.

Para aclarar las dudas, José Pallais, miembro del Frente Amplio por la Democracia (FAD), dijo que “estos acuerdos de implementación no estarán siendo firmados hasta que se concluya con toda la negociación". En declaraciones a Radio Corporación, Pallais insinuó que la ACJD firmaría esa petición cuando se firmen los acuerdos finales, relacionados con las elecciones anticipadas y el tema de la justicia

Cocinando una ley de amnistía general

Los medios oficialistas siempre insisten en que la liberación de los presos políticos solo puede producirse en el marco de la Constitución y las leyes. Así, mientras se reanudaban las negociaciones, también ha salido el tema de la amnistía general. Todo indica que la dictadura orteguista está presionando a la ACJD para que acepte que los presos políticos deben salir de la cárcel por medio de la aprobación de una ley de amnistía general.

Juan Sebastián Chamorro, miembro de la ACJD, destapó el tema al afirmar recientemente que: “Se ha planteado (una ley de amnistía) en sus medios de comunicación. Nosotros como Alianza Cívica hemos dicho que ese tipo de solución no va a contar con el acompañamiento del punto de vista de la Alianza Cívica (…) Si se insiste en la idea de la promoción de una amnistía como solución jurídica. Nosotros decimos que la solución al tema de justicia es más complicado, no es a través de un plumazo, o de un decreto que se puede traer reparación y justicia para las familias (..)” (END 13/05/2019)

Las anteriores declaraciones confirman que el frenazo en las negociaciones, no solo se debió a la solicitud de frenar las sanciones internacionales, sino por el tema de la amnistía general. No cabe la menor duda que la dictadura presiona por obtener el visto bueno de la ACJD. El control total sobre la Asamblea Nacional convierte la inminente aprobación unilateral de una ley de amnistía general en una posibilidad real, contra la cual debemos luchar. Liberación para nuestros presos políticos, pero también debemos exigir juicio y castigo para los responsables de las masacres.