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Ni el FSLN, ni el PLC colaboracionista

¡¡¡VOTEMOS NULO!!!

 

 

Por Sebastián Chavarría Domínguez

Las elecciones municipales del próximo 9 de Noviembre en Nicaragua se realizarán en una coyuntura muy especial. El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) logró recuperar el gobierno en las elecciones del año 2006, con apenas el 38% de los votos, después de pasar formalmente 16 años en la oposición parlamentaria (1990-2006), aunque manejando importantes cuotas de poder dentro de los poderes e instituciones del Estado.

 

La pelea por el régimen político

 

En los últimos dos años, bajo el segundo gobierno de Daniel Ortega, el FSLN ha reforzado su control partidario sobre todas las instituciones del Estado, provocando pánico en la oposición burguesa, especialmente en los grandes medios de comunicación (Canal 2, La Prensa y El Nuevo Diario), quienes acusan a Ortega de estar forjando una nueva dictadura.

 

La oposición burguesa ya no critica al FSLN de estar llevando a cabo confiscaciones, como ocurrió durante la revolución (1979-1990), ni de conducir el país al socialismo. En la lucha contra el narcotráfico, terrorismo y migración ilegal, el gobierno sandinista mantiene excelentes relaciones de amistad y cooperación con el gobierno de Estados Unidos. La política económica del gobierno sandinista ha sido avalada por el Fondo Monetario Internacional (FMI). En el plano económico no hay mayores diferencias entre el FSLN y las otras fracciones de la burguesía, pero si hay diferencias en las características que bajo la administración de Daniel Ortega adquiere el régimen político.

 

Desde la reforma constitucional del año 2000, el régimen político en Nicaragua está basado en el pacto entre dos grandes partidos, el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) y FSLN, por medio del cual se reparten igualitariamente los cargos públicos. Atizando la división del liberalismo, el FSLN retornó al gobierno en el año 2006, cambiando dramáticamente la correlación de fuerzas.

 

La pelea entre el FSLN y la oposición burguesa, está centrada en el régimen político, es decir, en la forma en que el FSLN está ejerciendo el poder político, el cual que adquiere características cada vez más autoritarias y de grupo familiar. Uno de los puntos que más preocupa a las otras fracciones de la burguesía es el acelerado enriquecimiento del grupo en el poder, específicamente por el manejo “poco transparente” de la ayuda venezolana. La economía y el mercado nicaragüense son extremadamente reducidos y cuando un grupo económico crece y se desarrolla, en realidad lo hace a costa de desplazar a los otros grupos. Este es el único componente económico en la pelea por suavizar el régimen político.

 

Por ello la oposición burguesa ha levantado la consigna de “todos contra la dictadura” (la misma que el FSLN levantó en 1978 contra la dictadura somocista) y pretende convertir el actual proceso electoral municipal en un plebiscito en contra de los dos años de gobierno de Daniel Ortega y de su influyente esposa, Rosario Murillo.

 

Para el FSLN también ésta es una elección decisiva. Está en juego la continuidad en el poder político. De la misma manera que lo hizo durante el año 2004, el FSLN necesita mantener o ampliar en control de la mayoría de las municipalidades. De ocurrir lo contrario, el FSLN entraría chorreando sangre a las elecciones presidenciales del año 2011, en las que evidentemente Daniel Ortega intentará obtener una nueva reelección.

 

Una oposición burguesa colaboracionista

 

En reiteradas oportunidades hemos afirmado que en Nicaragua no hay oposición política, debido a que el PLC colabora por omisión con el actual gobierno sandinista. Sin embargo, debemos preciar que dentro del liberalismo hay dos corrientes: la que dirige el ex presidente Arnoldo Alemán, quien es más proclive a llegar a acuerdos con el FSLN, y la que dirige Eduardo Montealegre que mantienen una posición mucho más dura en relación al FSLN.

 

De la misma manera que el FSLN pasó 16 años en la oposición, pero compartiendo cuotas de poder, ahora el liberalismo está en una situación similar. El PLC unificado es formalmente la oposición, pero en el fondo es parte integrante del régimen político, aunque sus cuotas de poder están siendo amenazadas por el creciente control del FSLN sobre todas las instituciones del Estado. Este aminoramiento de las cuotas de poder del PLC, más la presión de las bases del liberalismo que reclamaban la unidad contra el FSLN, hizo posible que Arnoldo Alemán aceptara a Eduardo Montealegre como candidato a la alcaldía de Managua.

 

Aunque el liberalismo se ha presentado unificado en las actuales elecciones municipales, tanto Alemán como Montealegre reflejan proyectos políticos diferentes. En una simbiosis dialéctica, Alemán pretende sumar los votos que Montealegre consiguió en las últimas elecciones presidenciales, y con ese caudal electoral redefinir en una negociación las cuotas de poder con el FSLN. Por su parte, Montealegre no tuvo más remedio que refugiarse en el PLC, después que el Consejo Supremo Electoral (CSE) le entregó la personalidad jurídica y los sellos de la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN) al diputado Eliseo Núñez Hernández, opositor de Montealegre y colaborador del FSLN. También debemos agregar que los diputados del PLC cerraron filas y evitaron el desafuero de Montealegre, sobre quien pende un juicio penal por el caso de los CENIS.

 

En este reacomodo de dos enemigos, Alemán necesita subir el caudal de votos del liberalismo, pero no tanto que convierta a Montealegre en el nuevo líder del PLC. En ese sentido, dependiendo de las circunstancias, la experiencia ha demostrado que Alemán estaría dispuesto a entregar la alcaldía de Managua, con el pretexto de afianzar el control de otras municipalidades, eliminando a Montealegre de la elección presidencial del año 2011, sobre quien pesarían dos derrotas consecutivas (2006 y 2008). Aunque la oposición burguesa supuestamente va unida bajo las banderas del PLC, tiene un enorme caballo de Troya en su interior: el grupo de Arnoldo Alemán.

 

Fomentando la abstención

 

La crisis económica se ha agravado y con ello se ha erosionado políticamente el partido en el gobierno. Existen condiciones favorables para la oposición burguesa, pero como hemos analizado, esta dividida en su cúpula interior, y no logra empalmar con el descontento popular. Aunque no siempre la crisis económica produce radicalización en contra del gobierno, a veces produce desmoralización y apatía.

 

Por su parte, el FSLN ha desarrollado una estrategia para ganar las elecciones y conservar el poder: no realiza grandes manifestaciones que atemoricen a los independientes, promueve la abstención en la medida en que el CSE no realiza campañas a favor de la participación de la población en el proceso electoral, ha reestructurado las Juntas Receptoras de Votos (JRV) en los distritos que históricamente han votado en contra del FSLN, dispersando el voto antisandinista, mantiene un control absoluto de la maquinaria electoral, etc. En el plano de las reivindicaciones económicas, en donde no puede hacer muchas concesiones, el FSLN ha realizado una silenciosa pero efectiva campaña de entrega de títulos de propiedad en los barrios más pobres, y de solución de problemas tan elementales como introducir agua potable, aguas negras, etc. Pero estas medidas no garantizan un vuelco de la población, mas allá del tradicional voto duro del FSLN.

 

Lo fundamental de esta estrategia sandinista consiste en que el sector independiente, que afirma no tener simpatía por ningún partido político, y que son quienes en última instancia deciden todas las elecciones, no asistan a votar. De esta manera, el FSLN obtendría los mismos resultados del año 2004, donde logró conquistar el 60 de las alcaldías con el 22.7% de los votos a su favor, con una abstención del 50% de los votantes inscritos. La única gran diferencia es que ahora el FSLN encabeza el gobierno, y sufre de un acelerado desgaste político. Para contrarrestar esta tendencia histórica hacia la abstención masiva en las elecciones presidenciales, la Iglesia Católica y el COSEP, así como los medios de comunicación, están realizando una campaña a favor del voto.

 

El MRS se suma al PLC

 

En este contexto de creciente polarización política, el Movimiento Renovador Sandinista (MRS), que fue castigado por el FSLN con la perdida de la personalidad jurídica, se sumó al llamado de “todos contra la dictadura”, llamando a votar a favor de los candidatos del PLC.

 

La Alianza MRS está formada por el MRS y por el Movimiento Por el Rescate del Sandinismo (MPRS) que lidera Mónica Baltodano. Aunque lleva el mismo nombre la Alianza MRS es diferente al MRS. El 5 de Octubre el Consejo Nacional del MRS resolvió “convocar a todo el pueblo nicaragüense, a los afiliados y simpatizantes del MRS, a votar masivamente en contra de la dictadura orteguista y sus candidatos”. Justificaron esta decisión argumentando que “el régimen de Daniel Ortega pretende consolidar una dictadura mediante la manipulación de las instituciones públicas, el socavamiento de la legalidad, el atropello a la Policía Nacional, la creación de fuerzas vandálicas represivas y el enriquecimiento de una nueva oligarquía con los fondos públicos y los recursos de la cooperación petrolera venezolana”.

 

En las condiciones actuales, esta posición es un abierto llamado a favor de votar por los candidatos del PLC. Con ello el MRS ha cruzado el rubicón, por que lejos de convertirse en una oposición democrática al gobierno de Ortega, se ha convertido en furgón de cola del PLC, la otra pata del régimen bipartidista que votó a favor de la cancelación de la personalidad jurídica del propio MRS. Resulta vergonzoso ver a Edmundo Jarquin, quien hace meses criticaba al arnoldismo, levantado el brazo de los candidatos del PLC. Desconocemos si el 5% de los votantes del MRS en Managua seguirá esta orientación o si votará por el FSLN, o si se abstendrá.

 

EL MPRS llamó a votar nulo

 

La posición del MRS provocó una fractura en la Alianza MRS. El 18 de Octubre el MPRS definió su posición en un comunicado: “Luego de la arbitraria cancelación de la personalidad jurídica a partidos independientes, el gobierno neoliberal orteguista usando un discurso demagógico de izquierda se ha empeñado en destruir toda expresión ciudadana y política que cuestione su mandato absolutista, que denuncie las bases de su inmundo pacto con Arnoldo Alemán, y que desnude el desenfreno con que acumula poder económico y político para él y sus allegados (…) EL RESCATE llama a participar en los comicios electorales este nueve de noviembre, reafirmando su decisión política de llamar a votar masivamente y a VOTAR NULO para expresar nuestro rechazo al régimen afincado en el Pacto Alemán-Ortega (…) Ante el llamamiento del Dr. Edmundo Jarquin a votar en la casilla uno por Eduardo Montealegre y demás candidatos del PLC de Arnoldo Alemán, EL RESCATE deja claramente establecido ante nuestro pueblo y la opinión pública internacional nuestro total rechazo y desacuerdo con dicha posición”.

 

La teoría del mal menor

 

Pero no solo el MRS ha cruzado el rubicón, también lo han hecho otros intelectuales de izquierda, como es el caso de Fernando Bárcenas Molina, otrora formador de cuadros revolucionarios. Con un lenguaje marxista, Bárcenas propone lo siguiente: “En las condiciones concretas de Nicaragua, el danielismo avanza con un proyecto reaccionario de consolidación política de un régimen absolutista cuasi feudal, de carácter personal, que se fortalece en la medida que sustrae todos los derechos democráticos de los trabajadores. (…) En la situación política actual, la táctica revolucionaria del partido obrero debe preparar, en los hechos, la lucha contra el fascismo y educar a las masas para triunfar en esta lucha contra el golpe fascista que ejecuta el danielismo, incluso, desde el proceso electoral. (…) Aquí y ahora, se trata de frenar el proyecto fascista del danielismo. Éste es el objetivo estratégico fundamental. Y desde este punto de vista se debe tomar la iniciativa táctica de impedirle al danielismo que ejecute sus planes. (…) En primer lugar, hay que apoyar a las bases liberales en las próximas elecciones, sin cejar un instante en la denuncia política de la complicidad de su dirigencia corrupta con el proyecto fascista. Estas bases liberales, sobre todo, campesinas, constituyen la mayoría del electorado, y deben ser atraídas a una lucha efectiva contra el golpe de Estado danielista, arrebatándolas a la dirección cómplice de sus jefes corruptos”. (El Nuevo Diario 09/09/2008)

 

Bárcenas confunde bonapartismo con fascismo, y por ello saca la conclusión errónea de que el actual gobierno es fascista y, por lo tanto, hay que unir a todo el pueblo para derrotarlo en las elecciones. Una conclusión similar, pero un tanto timorata, extrajo Alejandro Gutiérrez Mayorga, fundador del desaparecido Movimiento de Acción Popular (MAP), quien afirmó lo siguiente: “Personalmente, no estoy sorprendido ni escandalizado de que se llame a votar contra Ortega, especialmente ahora que ha intensificado su persecución enfermiza y peligrosísima contra las organizaciones de mujeres, contra los ONG, contra las libertades políticas y trata de estructurar un aparato paramilitar (los CPC) y hasta efectuar fraudes electorales y apropiarse de los fondos de la colaboración externa.(… ) Pero tampoco voy a atacar al Rescate por llamar a votar nulo, pues en estas circunstancias, no está obligado a renunciar a medir de alguna manera su propia influencia, máxime que no tiene aliados a quien apoyar en estas elecciones. (…) Más, lo cierto es que el pueblo debe votar, debe participar en el inminente proceso eleccionario y ejercitar así sus derechos políticos y no permitir ningún fraude que cierre los caminos pacíficos y reabra la triste historia de tener que tener que derrotar siempre a costa de muchísima sangre a los dictadores y tiranos de turno. En esto estamos muchos en total acuerdo”. (El Nuevo Diario 16/10/2008)

 

PRT llama a votar nulo

 

En las actuales condiciones, para democratizar el sistema político en beneficio de los pobres, no podemos llamar a votar a favor de los candidatos del gobierno sandinista, muchos menos por los candidatos de la oposición burguesa colaboracionista. Al final, son las dos patas de un régimen antidemocrático. Necesitamos forjar una nueva alternativa política, por ellos llamamos a mostrar nuestro rechazo activo participando en las lecciones, votando nulo, rayando todas las casillas.