Por Adrian Laurel

Las finanzas públicas que el gobierno exige y recibe para ejecutar planes de desarrollo  en beneficio la sociedad, se utilizan para subsidiar el bono solidario que el Partido Sandinista reparte entre sus simpatizantes y fieles adeptos. Esto es parte de sus políticas clientelares, que tienen el objetivo de conseguir entre la población “votos seguros” para perpetuarse en el poder por encima de la voluntad popular y la institucionalidad.

Beneficiarios del bono

El bono, inicialmente de C$530, favorecía a más de 116,000 empleados públicos, desde la policía hasta el sector salud. Actualmente se entrega C$750  a más de 160,000 trabajadores del Estado. Fue anunciado en las vísperas del 1 mayo, de 2010 e incluiría a aquellos trabajadores que percibieran menos de 5, 500 córdobas al mes. Se presentaba como una extensión de los supuestos avances orquestados por la “Revolución Bolivariana” desde Venezuela.

Cifras bolivarianas y populismo orteguista

A raíz del deceso de Hugo Chávez, sectores de la población civil entraron en discusión sobre la continuidad del mal logrado proyecto del socialismo del siglo XXI implementado por el gobierno sandinista bajo las directrices del chavismo, el cual financiaba con inmensas cantidades de dinero los planes políticos y programas sociales que benefician, o beneficiaban, solamente, a un sector muy desfavorecido de la población, que recibe réditos al ser votantes del régimen sandinista. Vale aclarar que no hablamos aquí de grupos que representen al sector obrero y sus intereses, sino, del lumpen proletariado, que desde la marginalidad actúa como órgano represor o fuerzas de choque del gobierno, reprimiendo continuamente actividades sociales que se desarrollan al margen del oficialismo.

La crisis de Venezuela influye

Con nuevo presidente en Venezuela, la cooperación existente entre ambos países difícilmente siga las tendencias que caracterizaron las primeras épocas de bonanzas con la era “Chávez”. Venezuela es ahora un país que atraviesa por una gran carestía en los servicios básicos, y debe atender primero sus problemas internos antes que las adversidades que presenten otros países, aunque estos sean “aliados” históricos. Frente a esta situación, el gobierno sandinista se ve forzado  a reacomodarse para no perder uno de los medios de control que ejerce sobre la población y así, el “Bono solidario’ se incluirá en el Presupuesto General de la República.

La decisión significa que habrá que apartar alrededor de US$70 millones para financiar esa partida”. (www.confidencial.com.ni/articulo/13829/lsquo-reacomodan-039-el-bono). Dicha estrategia económica ubicará a los nicaragüenses, sin importar sus tendencias políticas o ideológicas, en la situación de financiar un proyecto político el cual tiene exclusivos intereses partidarios.

La respuesta del oficialismo no tardó en llegar, y fue el “Secretario General del Frente Nacional de los Trabajadores (FNT), Gustavo Porras, el que aseguró que los trabajadores del Estado no se verán afectados si se llegara a incluir en el Presupuesto General de la República 2014, el Bono Solidario que mes a mes entrega el Gobierno… Yo creo que el trabajador es muy práctico, es decir, el trabajador ha agradecido todos estos años ese planteamiento de restitución de derechos que le ha dado el comandante (Daniel) Ortega y el Gobierno” (el19digital.com). 

Evidentemente, las palabras del oficialismo no escatiman en adulación  y avalan la noticia al verla como una operación “payback”, es decir, “estás en obligación de devolver lo que te he dado”. Cualquier similitud con la deuda espiritual identificada en el credo judeo-cristiano, seguramente no es producto de la mera casualidad. Es de esta forma que el gobierno sandinista acredita sus proyectos de convencimiento y manipulación mediática. Logra persuadir a la población a través de discursos evidentemente absurdos, pero “agradables” por su retórica populista, en espacios que se suponen  públicos y sin embargo, tienen el carácter de centros de peregrinación política, como cuando se anunció el bono solidario en el 2010, y como ahora anuncia que se incluirá en el presupuesto, por mandato “divino”.

¿Quién asume las deudas?

Del presupuesto general de la república se pagará el bono solidario, con estos mismos fondos se subsidiará la quiebra del INSS, recortando los ingresos estatales destinados a salud y educación. El gobierno sandinista considera más importante reparar el daño económico legado por su gobierno, e  implementar los planes que tiene designados para no perder votantes, que las mejoras de la calidad de vida de los trabajadores y familias nicaragüenses. Esto en un país donde la canasta básica es la más cara de Centroamérica, C$ 8,758.5, frente al salario mínimo más bajo, C$ 6,244.6.