Por Melchor Benavente

El conflicto entre Nicaragua, por un lado, y Colombia y Costa Rica, por el otro, en relación a la plataforma continental, se ha puesto al rojo vivo. Después que la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con sede en La Haya, el 19 de noviembre de 2012 dictó una sentencia que devolvió 90,000 kilómetros de mar a Nicaragua, en detrimento de Colombia, y colateralmente también en detrimento de Costa Rica, se ha envalentonado el gobierno de Nicaragua, el cual ahora se ha planteado la meta de recuperar la plataforma continental que se extiende más allá de las 200 millas náuticas, llevando la petición ante la Comisión de Límites de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Según la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar de 1982, el mar territorial se extiende hasta una distancia de 12 millas náuticas (22,2 km), la zona contigua no puede extenderse más allá de 24 millas marinas, la zona económica exclusiva no puede extenderse más allá de 200 millas marinas, y finalmente la plataforma continental se extiende hasta una distancia de 200 millas marinas. El límite exterior de la plataforma continental no puede exceder las 350 millas marinas.

Concesiones petroleras

Inmediatamente después de la sentencia de la CIJ, el gobierno de Daniel Ortega otorgó una concesión de exploración y explotación al occidente del meridiano 82, es decir, no en el mar territorial recuperado, a la trasnacional petrolera española Repsol, argumentando que había respetado la zona de la Reserva de la Biosfera Seaflower. La plataforma de perforación Ocean Saratoga ya inició operaciones y el gobierno de Nicaragua ya está haciendo las cuentas de la lechera.

Arrecia conflicto con Colombia

Mientras el gobierno de Colombia está en la recta final de las negociaciones de paz con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la oligarquía colombiana está dividida en torno al conflicto con Nicaragua. El lugar donde se gritan las diferencias es el Senado de Colombia.

El expresidente Álvaro Uribe, ahora crítico acérrimo del presidente Juan Manuel Santos, representa el ala más rabiosamente nacionalista que reclama la pérdida de los 90,000 kilómetros como una afrenta para los colombianos.

Uribe ha declarado indignado: “Hay que rechazar el fallo con razones y estacionar nuestros buques en el meridiano 82 en actitud bélica, y buscar una salida decorosa (…) Prefiero soportar 30 o 40 años de crisis diplomática que entregarles a las nuevas generaciones ese mar perdido o con la pérdida de San Andrés (…) Temo que si hoy se pierde el mar de San Andrés, en un futuro se pueda perder a San Andrés” (La Prensa, 14/8/2013).

Y realmente está en lo correcto. Las islas de San Andrés y Providencia fueron entregadas a Colombia, bajo la ocupación norteamericana en el año 1928, mediante el infame tratado Bárcenas Meneses-Esguerra. San Andrés se encuentra a 191 kilómetros (103 millas marinas) al este de Nicaragua y al noreste de Costa Rica y 775 kilómetros (418 millas marinas) al noroeste de la costa de Colombia. En pocas palabras, las islas de San Andrés y Providencia se encuentran dentro de la plataforma continental de Nicaragua.

El conflicto se ha agudizado porque Nicaragua recibió 6 lanchas patrulleras navales de parte de Rusia, que son insignificantes ante las fragatas de Colombia que permanecen en el meridiano 82, es decir, dentro del mar territorial recuperado por Nicaragua.

Conflicto con Costa Rica

Chinchilla ha denunciado a Nicaragua, por arrebatar una parte del mar de Costa Rica. El 17 de Marzo de 1977 se firmó el Tratado Facio-Fernández que estableció los límites marítimos de ambas naciones, pero tomando como punto de partida el meridiano 82 que la sentencia de la CIJ ha derrumbado.

El gobierno de Laura Chinchilla ha acusado al gobierno de Daniel Ortega de “expansionista” y ha denunciado la adquisición de lanchas rusas como armamentismo de Nicaragua. Costa Rica, Panamá y Jamaica están formando un eje de apoyo a la pretensión colombiana.

¿Y el Canal?

Este pleito se ha agudizado en los momentos que el gobierno de Daniel Ortega otorgó una concesión a la empresa HKND para construir el Canal interoceánico por Nicaragua, reavivando viejas rencillas.

Al demandar las 350 millas de la plataforma continental, Nicaragua aspira a ampliar el garaje o estacionamiento de los buques que cruzarían el hipotético Canal.