Por Melchor Benavente

Durante el siglo XIX, después de la segunda independencia de Centroamérica en 1824, se desarrolló un litigo entre Nicaragua y Costa Rica por los territorios de Nicoya, que se intensificó con el derrumbe del Estado federal en 1841.

Bajo el periodo colonial los límites entre las provincias eran muy difusos, Al formarse los Estados comenzó el pleito por definir las fronteras.

Anexión temporal bajo la república federal

En marzo de 1824 las autoridades de Costa Rica invitaron al ayuntamiento del partido de Nicoya para que se les anexaran. Esta petición fue cortésmente rechazada el 4 de abril, pero el 25 de julio terminó aceptando la invitación. El 25 de agosto de 1824 la villa de Guanacaste se pronunció en contra de la invitación para formar parte de Costa Rica.

Debido a las constantes guerras civiles en Nicaragua, el Congreso Federal emitió un decreto el 9 de diciembre de 1825, ordenando lo siguiente: “Por ahora, y hasta que se haga demarcación del territorio de los Estados que previene el Art. 7o de la Constitución, el Partido de Nicoya continuará separado del Estado de Nicaragua y agregado al de Costa Rica". El Senado de la república federal, que era un órgano distinto al Congreso federal, ratifico dicho decreto de anexión temporal el día 18 de marzo de 1826.

El artículo 7 de la Constitución Federal de 1824 contemplaba que la demarcación del territorio de los Estados se haría por medio de una ley constitucional, lo que implicaba la aprobación del Congreso y Senado de la federación.

Esta solución quedó reflejada en el artículo 2 de la primera Constitución del Estado de Nicaragua: “El territorio del Estado comprende los partidos de Nicaragua, Granada, Managua, Masaya, Matagalpa, Segovia, León, Subtiaba y el Realejo. Sus límites son: por el Este, el Mar de las Antillas: por el Norte, el Estado de Honduras: por el Oeste, el Golfo de Conchagua: por el Sur el Océano Pacífico; por el Sudeste el Estado libre de Costarrica”. No mencionaba el territorio de Nicoya.

Por su parte, el artículo 15 de la primera Constitución del Estado de Costa Rica, tampoco menciona Nicoya entre sus límites: “El territorio del Estado se extiende por ahora de Oeste á Este desde el Río del Salto que lo divide del de Nicaragua, hasta el río de Chiriquí, término de la República de Colombia y Norte Sur de uno a otro mar, siendo sus límites en el del Norte la boca del Río San Juan y el Escudo de Veraguas, y en el del Sur la desembocadura del Rio de Alvarado y la del de Chiriquí”.

Nicoya y Santa Cruz ratificaron su anexión entre los meses de marzo y abril de 1828. En el acta del último poblado se hace mención a las ventajas y desventajas de haber tomado esa decisión, entre ellas:

En mayo de 1830, a pesar de que muchos de los pueblos del partido de Nicoya habían aceptado la anexión a Costa Rica, la Asamblea Legislativa de Nicaragua autorizó al Director del Estado que gestionara ante el Congreso Federal la devolución del Partido de Nicoya. En repuesta, los poblados de Nicoya, Santa Cruz y Guanacaste, gestionaron ante el Congreso Federal la ratificación del decreto de anexión de 1925.

Al desaparecer la Federación, aumentó el conflicto

Nicaragua fue el primer país en romper con el Estado Federal en 1838, después lo hicieron Honduras y Costa Rica, y finalmente Guatemala y El Salvador. Una de las causas de la ruptura de Nicaragua era la ilusión que la construcción del canal interoceánico traería prosperidad y felicidad el nuevo Estado unitario. Por eso le interesaba mucho recuperar el partido de Nicoya, para tener el control absoluto alrededor de la ruta canalera.

Por su parte, la oligarquía costarricense tenía planes similares. Necesitaban con urgencia exportar la cosecha cafetalera a Inglaterra, y la única ruta posible era a través de los pequeños ríos que desembocaban en el rio san juan y este en el mar caribe, la puerta a Europa. Retener el partido de Nicoya y ampliar el radio de acción sobre el rio san juan era un asunto económico de vital importancia.

Detrás del conflicto por el territorio de Nicoya estaban los intereses ocultos de la ruta canalera y las vías de comercio para los productos agrícolas de Costa Rica

Las autoridades nicaragüenses retomaron el proceso de negociación con Costa Rica para revertir la anexión de Nicoya. Ambos Estados, nombraron ministros plenipotenciarios para llevar a cabo las pláticas, para intentar llegar a un acuerdo conciliatorio.

Braulio Carillo, primer dictador de Costa Rica, delegó a Francisco María de Oreamuno para tratar la cuestión limítrofe. Nicaragua delegó a Pablo Buitrago. Ambos negociaron y firmaron, el 20 de diciembre de 1838, un tratado de amistad y mutua defensa. No se establecieron los límites entre ambos Estados, pero, por ejemplo, se acordó que el puerto de San Juan del Norte, en la desembocadura del rio san juan en el mar caribe, pertenecía a ambos Estados, lo que confirma la desesperada búsqueda de una vía fluvial para el comercio de productos costarricenses. La delimitación de las fronteras seria resuelto por la Convención Nacional Centroamericana que se reuniría en Chinandega, Nicaragua, en julio de 1842, pero finalmente no ocurrió así. Costa Rica no ratificó el tratado Buitrago-Oreamuno,

A pesar de los roces limítrofes, los gobiernos de Nicaragua y Costa Rica estaban unidos por el temor a Francisco Morazán, a quien miraban como un cruel dictador.

El retorno de Morazán

No obstante, en abril de 1842, las elites de Cartago se aliaron con Morazán, este invadió Costa Rica y derrocó a Braulio Carrillo, tomando el poder. Morazán había regresado del exilio y todos los gobiernos del área, controlados por fracciones conservadoras del liberalismo, se unieron en su contra, preparándose para la guerra contra Costa Rica.

A pesar de haber firmado el tratado Buitrago-Oreamuno, la Asamblea Legislativa y el gobierno de Nicaragua volvieron a reclamar el territorio de Nicoya. Irónicamente, para ganarse a las elites de Costa Rica, el general Morazán se convirtió en abanderado de la anexión de Nicoya, en contra del reclamo de Nicaragua.

La Asamblea Nacional Constituyente de Costa Rica, reunida después del derrocamiento de Braulio Carrillo, emitió un decreto, firmado por Francisco Morazán, que ordenaba: “(…) 1°. El Departamento del Guanacaste es parte integrante del territorio de Costa Rica. 2°. El Gobierno valiéndose de todos los medios necesarios, conservará la integridad del Estado, su dignidad y sus derechos”.

Una contrarrevolución estalló en 1842 y Morazán fue fusilado rápidamente el 15 de septiembre. El conflicto entre Nicaragua y Costa Rica por el territorio de Nicoya volvió a ser el tema de arduas negociaciones. La guerra civil de 1844, llamada la guerra de Malespín, retardó los reclamos de Nicaragua

El fallido tratado Molina-Juárez

Nuevamente se retomaron las negociaciones. En octubre y noviembre de 1847, los municipios de Guanacaste, Nicoya y Santa Cruz ratificaron por cuarta vez su adhesión a Costa Rica.

Para 1848, Costa Rica nombró a Felipe Molina y Nicaragua a Gregorio Juárez, como las personas encargadas de las negociaciones. Aunque el tratado fue firmado no entró en vigencia.

Costa Rica negoció un tratado canalero con Inglaterra

En plena guerra centroamericana contra los filibusteros de William Walker, Costa Rica negoció con Inglaterra la firma de un tratado canalero el 4 de diciembre de 1856, al año siguiente el 14 de julio de 1857 se firmó el segundo tratado.

El artículo 7 expresaba: “El Gobierno de Costa Rica por el presente concede y otorga al señor William Webster y asociados los derechos, privilegios, permisos y todas aquellas otras ventajas necesarias y precisas que la navegación del río San Juan y lago de Nicaragua, hasta la embocadura del Sapoá, por vapor u otro modo y también el tránsito por el río Sapoá y por la Bahía de Salinas en la Costa del Pacífico de América Central”. Costa Rica estaba disponiendo de los territorios ocupados militarmente en la guerra contra los filibusteros.

Nueva invasión de Walker

Aunque Walker fue expulsado de Nicaragua por la acción conjunta de los ejércitos centroamericanos, Walker encabezó otra invasión contra Nicaragua, arribando al puerto de San Juan del Norte a finales de noviembre de 1857, capturando la fortaleza del El Castillo y el vapor La Virgen, ambos bajo la custodia militar de Costa Rica.

La presencia filibustera unió temporalmente a los dos Estados. Aún después de derrotar a Walker, las fuerzas militares costarricenses continuaron presentes en el río San Juan y el Lago de Nicaragua. Las tensiones volvieron a aflorar y ambos países estuvieron al punto de una guerra fratricida.

El tratado Cañas-Jerez

Después de intensas negociaciones, para evitar la guerra, el 15 de abril de 1858 se firmó el Tratado Cañas-Juárez. En un intento de frenar las ambiciones costarricenses sobre el Lago de Nicaragua y el rio san juan, Nicaragua renunció a los reclamos por el territorio de Nicoya. Además, de consolidar su dominio sobre Nicoya, Costa Rica obtuvo el derecho exclusivo de navegación por el rio san juan y el Lago de Nicaragua.

Pero el conflicto limítrofe no terminó, hubo discrepancias en torno a la interpretación sobre el tratado de 1858, conflicto que permanece latente hoy día.

Estos conflictos territoriales son producto de la desmembración del Estado federal en 1841, y el surgimiento de débiles Estados nacionales en manos de burguesías ávidas de negocios y conquistas territoriales.