El general Vicente Filísola entra con sus tropas a Guatemala

 

Por Oliverio Mejía

El 24 de febrero de 1821 era proclamado por el Congreso Constituyente mexicano Agustín Iturbide I soberano del Primer Imperio de México, teniendo como programa el denominado Plan de Iguala. Esto después de la derrota de las tropas realistas por los ejércitos mexicanos, previa recomposición de las fuerzas independentistas, por la hegemonía momentánea alcanzada por el bando criollo conservador.

El llamado Plan de Iguala era un acuerdo que aglutinaba a criollos españolistas y algunos peninsulares. Este se denomina de las tres garantías, lo cual consistía en: a) establecer la independencia de México; b) afirmar la religión católica como única; c) y la forma monárquica-constitucional como gobierno. Esto tenía la intención, de buscar la unidad nacional o en otras palabras de las clases sociales, bajo la égida del ala criolla de la élite mexicana.

El Plan de Iguala fue desarrollado en el Tratado de Córdoba, y en éste se estipula que el trono del naciente imperio mexicano iba ser entregado a Fernando VII, monarca español, o a alguien de la familia de los Borbones. Pero las Cortes Españolas, al no reconocer la independencia mexicana, se niegan a ocupar el trono mexicano; lo cual le permite a los iturbidistas (una de las fracciones en pugna) imponerse.

El imperio mexicano duró poco, Iturbide obviando un hecho acordado en las tres garantías,  el establecimiento de una monarquía constitucional, desconoce el Congreso, lo cual provoca un levantamiento militar dirigido por Antonio López de Santa Ana, antiguo aliado de Iturbide. Santa Ana  convoca el Plan de Casa Mata y pese a que Iturbide restituye el Congreso, el movimiento  no se detiene, hasta derrocar al emperador y establecer la república.

La primera Independencia de Centroamérica

Después que los criollos se deciden a firmar el acta de independencia el 15 de septiembre de 1821, a partir de los acuerdos entre el ala de los Ayicenena, la de Pedro Molina y la de José Cecilio del Valle, el Ayuntamiento y la Diputación de Guatemala (institución creada con la Constitución de Cádiz) la proclaman. Además, se insta a convocar un congreso constituyente, que se pospone por la anexión a México.

Las clases dominantes guatemaltecas fueron postergando la firma de la independencia por diversos motivos, entre ellos esperando el empalme de los intereses e ideologías compartidas, sobre todo de los Ayicenena con Iturbide. Sin embargo, hubo otros que mencionaremos más abajo.

El entonces presidente de la Real Audiencia, Gabino Gaínza por su parte, había ido permitiendo,   desde que asumió la presidencia de esta en 1818, que los hermanos Ayicenena controlaran ya no solo el Ayuntamiento y la recién creada Diputación, sino la misma Audiencia Esto por supuesto,  debido al declive del Imperio Español, cuyas autoridades controlaron la Audiencia y la Capitanía General durante trescientos años. Pero es a partir de la alianza de los Ayicenena con Pedro Molina y sus aliados Francisco Barundia y otros, que publicaban el Editor Constitucional, que lograron este cometido. Así, los criollos guatemaltecos, asumen la dirección de una institución que había sido la pieza clave del control colonial peninsular.

Esta fue una metamorfosis indolora, a diferencia de la Nueva España y otros dominios virreinales en el sur, donde hubo guerras de independencia, asumiendo programas anti-aristocráticos Así, el último presidente de la audiencia, Gaínza, fue el primer presidente de la república, al mando de la Junta Provisional Consultiva.

Otros motivos para posponer la independencia, fue porque en este escenario de declive del imperio Español, pese a que no hubo como dijimos guerras, el territorio del reino no estuvo excepto de insurrecciones. Entre ellas las de San Salvador en 1811 y 1814, la de Granada en 1811, la conjura del Convento de Belén en 1813, las presiones de los vecinos mulatos y mestizos de la ciudad capital y el levantamiento de Totonicapán dirigido por Atanasio Tzul.

Sobre esta última, cabe mencionar que, si bien no proclamaba abiertamente la independencia, pretendió impugnar el dominio criollo en materia de cobros abusivos de tributos; estos fueron eliminados por las Cortes de Cádiz en 1811, restablecidos en 1813 con el regreso del absolutismo de Fernando VII y nuevamente suprimidos, tras la revolución liberal en 1820 y el inicio del trienio liberal en la antigua metrópoli. Este levantamiento, al mando del capitán Riego, también entorpeció los planes de la monarquía para mandar refuerzos militares contra los independentistas americanos.

A esto se agrega las profundas discrepancias en la base económica del reino. Siendo los enconos provinciales contra el monopolio que los comerciantes guatemaltecos tenían en el intercambio con España, a partir del Consulado de Comercio. Con el desmoronamiento imperial, fueron los ayuntamientos en todo el orbe indiano quienes asumieron, primero la defensa del trono español con la invasión francesa en 1808, después proclamando la autonomía y por último, la abierta independencia.

En el reino, las instituciones centrales nunca lograron un total control y los ayuntamientos, sede del poder criollo local, fueron asumiendo el protagonismo de estos eventos. Siendo las disputas de los productores de añil y carne entre otros de las provincias, un elemento que influyó en la dirección del proceso. Esta situación, influyó en la forma en que se proclamó la independencia, pues al conocer la decisión de Guatemala, los distintos ayuntamientos y diputaciones provinciales se sumaron, pero en algunos casos sin reconocer a esta.

Los comerciantes guatemaltecos habían logrado establecer redes clientelares en distintas ciudades, que al proclamar la independencia estos se sumaron rápidamente, tales como Granada, Masaya, Matagalpa, Tegucigalpa, Gracias, Llanos de Santa Rosa, Heredia, San José, Totonicapán, Santa Ana o San Miguel. Pero hubo otros como San Salvador, que si bien sus elites tenían vínculos, no estaban exentos de conflictos, Quetzaltenango buscando convertirse en una provincia propia,  Los Altos;  el caso de Ciudad Real al asumir un derrotero separatista u otras como Comayagua, Cartago o León que no comulgaban con Guatemala. De hecho, hubo conflictos militares, especialmente con Comayagua que pretendió dominar los puertos de Omoa y Trujillo; pero Guatemala y San Salvador aplastaron el intento de la primera.

Anexión a México bajo presencia de tropas

Esta se concretó el 3 de enero de 1822. Estuvo precedida por el chantaje de los enviados de Iturbide primero y la presión militar, que significó el ingreso de tropas mexicanas al mando de Vicente Filísola. La fracción de los Ayicenena, si bien comulgaba con la anexión, negociaba sus intereses con los enviados mexicanos, ademas tenia la presión de convocar el Congreso Constituyente; por tanto, instó a sus aliados provinciales a que realizaran procesos de consulta, muchos de los cuales fueron simulaciones acompañadas de toques de queda en Guatemala y de rupturas con aliados como Molina y Barundia.

Sin embargo, lo que estaba de fondo según el historiador mexicano Mario Vázquez Olvera, fue que las elites locales, tenían un fuerte sentimiento monárquico, y si bien hubo ayuntamientos y diputaciones que se sumaron (algunas esperando un mejor momento para un independencia total) su mensaje expresaba mas  un sentido anti-guatemalteco que pro-mexicano. Iturbide lo sabía y presionó con eso, al grado que usó el hecho de que Chiapas y Ciudad Real habían manifestado ya intenciones de anexión, al igual que Quetzaltenango en su búsqueda de autonomía provincial y presionar así a Guatemala.

Al final las tropas mexicanas ingresan a territorio centroamericano, suplantando a Gaínza como gobernante e imponiéndose Filísola, como tal.  La única provincia que se rebeló a esta traición fue San Salvador, convirtiéndose en el centro de los opositores a la anexión. Ante eso Filísola envío un contingente militar que derrotó a los salvadoreños A estos se suma que varios ayuntamientos juraban lealtad a México mas no a Guatemala, generándose conflictos con esta y entre estos.

Sin embargo, las dificultades económicas para la manutención de las tropas y los eventos mexicanos con la revolución de Casa Mata. Mas la fragmentación política y territorial, hay que anotar que las intendencias -otra de las figuras del andamiaje administrativo colonial establecido con las reformas borbónicas de mediados del siglo XVIII- tuvieron un papel nulo; obligó a Filísola a convocar un Congreso Constituyente, con las representaciones de las provincias.

La retirada del general Filísola

Filísola y sus tropas se retiraron a México el 25 de junio de 1823. Dias después el congreso constituyente centroamericano, que fue convocado y organzado por el propio Filosola, proclamó el 1 de julio de 1823 la total independencia de México, España u otra potencia. Chiapas mantuvo un año de autonomía y hasta acarició la idea de establecer una república del sur-oeste junto a otros estados mexicanos limítrofes, pero después de un año y medio, se conformó como una entidad federal más del vecino país.

Estos eventos son importantes porque evidencian cómo para la élite mexicana de ese momento, el control de la región hasta la frontera con Panamá y la disputa por territorios en  el sur con Nueva Granada, era fundamental para su seguridad nacional, ante las pugnas con otras potencias. El sueño iturbidista era un imperio, que sumara además de nuestros países, las colonias españolas en el Caribe y Filipinas.

Para Centroamérica una realidad de centurias, al ser un istmo, potencias imperialistas como Estados Unidos, Europa y hoy China; y los vecinos más organizados de México y Colombia con sus burguesías, han disputado la influencia en la región.