Omar Torrijos al frente del proceso nacionalista

Por Emilio Young

El golpe militar del 11 de Octubre de 1968, conocido como el "Golpe de los Mayores" propinado por la Guardia Nacional (GN), ocurrió once días después de que Arnulfo Arias Madrid asumiera por tercera ocasión la presidencia de Panamá.

El Arnulfismo

Arias fue electo presidente por primera vez en 1940, siendo derrocado en Octubre de 1941. En un año de gobierno, gozó de mucha popularidad por su programa reformista (creó la Caja del Seguro Social y otorgó el derecho al voto a las mujeres, entre otros aspectos). En 1949 Arias asumió por segunda vez la presidencia de Panamá, siendo derrocado el 7 de Mayo de 1951 por un golpe de Estado.

Algunos autores califican este hecho como “auto golpe” en la medida que Arnulfo Arias disolvió la Asamblea Nacional, emitió un Decreto que dejó sin efecto la Constitución vigente de 1946, y restituía la de 1941, disolvió la Asamblea Nacional, arrestó a los opositores, suspendió las garantías constitucionales, etc. Hubo enfrentamientos en las calles entre partidarios y enemigos del arnulfismo. El coronel José Antonio Remón, jefe de la Policía Nacional, impuso el orden y en 1952 asumió directamente el poder y ejerció la presidencia hasta su asesinato en 1955.

Arnulfo Arias fue el fundador de la corriente reformista y nacionalista burguesa conocida como Panameñismo (primero como Partido Nacional Revolucionario, después como Partido Revolucionario Auténtico y finalmente como Partido Panameñista).

La crisis del neocolonialismo

Panamá fue separada de Colombia en Noviembre de 1903, con el objetivo de crear un nuevo país con un gobierno dócil que permitiera la construcción del canal interoceánico, en condiciones ventajosas para Estados Unidos, creando de hecho un “protectorado”.

Después de la borrachera inicial, las nuevas autoridades de Panamá comprendieron que el Tratado Bunau-Varilla no les proporcionaría la ansiada prosperidad, y regatearon durante mucho tiempo una reforma al mismo, hasta que finalmente fue firmado el Tratado General de Amistad y Cooperación (Arias-Roosevelt), ratificado por la Asamblea Nacional el 24 de diciembre de 1936 y por el Senado de Estados Unidos tres años después, poniendo fin al “protectorado”.

Posteriormente, después de muchos regateos, fue firmado el Tratado de Mutuo Entendimiento y Cooperación, el 25 de enero de 1955, relajando un poco más el control férreo que Estados Unidos ejercía sobre Panamá.

El boom de la postguerra

Al finalizar la segunda guerra mundial, con el boom económico de postguerra, en Centroamérica se implementó un proceso de sustitución de importaciones que produjo una ampliación del mercado interno en todos nuestros países, con un crecimiento de la clase trabajadora manufacturera y de la clase media.

En los años 60 del siglo pasado el crecimiento del PIB de Panamá fue de un 8% anual. El sector bancario y financiero comenzó a adquirir mayor peso que la tradicional oligarquía comerciante. Al crecer la economía, surgieron nuevos sujetos sociales que exigían más participación política y reclamaban capacidad de decisión. La riqueza producida por el canal se transformaba en la manzana de la discordia, y en el resurgimiento del nacionalismo y antiimperialismo.

Renegociación de la soberanía nacional

El gobierno de José Antonio Remón Cantera (1952-55) reflejó este tímido pero incipiente proceso de exigir mayor autonomía y una mayor participación en las ganancias del Canal. Los gobiernos, por muy entreguistas que fueron, eran presionados desde lo más profundo de la sociedad. En este contexto en 1955 se firmó el Tratado “Remón-Eisenhower”, que aumentó los beneficios económicos a favor de la burguesía local.

Desde 1936, cuando se puso fin al “protectorado” la política en Panamá giró en torno a la recuperación de la soberanía. La oligarquía, los burgueses y los influyentes militares, a pesar de sus contradicciones, siempre se inclinaron por renegociar con el imperialismo norteamericano los tratados que permitirán la recuperación gradual de la soberanía nacional.

Ascenso obrero y estudiantil

En 1958 se desarrolló una vigorosa huelga estudiantil y la marcha de hambre desde la ciudad de Colon que logró imponer un salario mínimo y la promulgación de la ley de viviendas de interés social en octubre de 1959.

Casi todas las movilizaciones y protestas sociales terminaban en enfrentamientos contra las autoridades norteamericanas de la Zona del Canal. El 3 de abril de 1959, un grupo de 20 estudiantes, imitando a Fidel Castro, inició un movimiento armado en el cerro Tute que fue aplastado militarmente por la cada vez más poderosa Guardia Nacional. En 1969 y 1963 se produjeron importantes huelgas de los trabajadores bananeros. En 1963 se produjo una huelga de 48 horas de los educadores en respaldo a las luchas de los estudiantes de colegios secundarios dirigidos por la Federación de Estudiantes de Panamá (FEP).

En enero de 1963, John F. Kennedy y el Presidente Roberto Chiari (1960-1964) firmaron un acuerdo por el cual la bandera panameña debía ser izada en todos los sitios públicos de la Zona del Canal, junto al pabellón estadounidense, a partir de enero de 1964. Muchos “zoneitas”, ciudadanos norteamericanos de la Zona del Canal, se opusieron tenazmente a que se aplicara ese acuerdo.

Este ascenso obrero, estudiantil y popular alcanzo su máximo cenit el 9 de enero de 1964, cuando se produjo una impresionante movilización estudiantil que demandaba la recuperación de la soberanía nacional. 21 estudiantes panameños fueron masacrados por las tropas norteamericanas en el intento de izar la bandera panameña en la Zona del Canal, provocando enfrentamientos callejeros por varios días. En los hechos se produjo un levantamiento popular de indignación ante la masacre de estudiantes.

En enero de 1964 el orden semicolonial impuesto por Estados Unidos fue herido de muerte. Las cosas nunca volverían a la anterior normalidad. La conciencia nacionalista panameña dio un salto de calidad con el baño de sangre estudiantil. El clamor por renegociar los tratados de 1903, 1936 y 1955 crecía entre en la población.

En este contexto de fervor nacionalista, se llevaron a cabo las negociaciones y la firma de los Proyectos de Tratados “Tres en Uno”, suscrito entre el presidente Marco Aurelio Robles y Lyndon B. Johnson. El primer Tratado invalidaba todos los tratados anteriores y proponía una administración conjunta del Canal de Panamá, que sería definitivamente entregado a Panamá el 31 de diciembre de 1999. El segundo Tratado proponía la construcción de un Canal a nivel por el Darién, que pasaría a manos panameñas en el año 2.067. El tercer Tratado, relacionado con la defensa del canal y su neutralidad, amarraba de pies y manos a Panamá.

El ascenso obrero, estudiantil y popular, impidió que la Asamblea Nacional conociera y aprobara el Combo “tres en uno”. Las contradicciones entre la oligarquía comerciante y los nuevos sujetos sociales condujeron a que en abril de 1967 la Asamblea Nacional destituyera al presidente Robles, siendo sustituido temporalmente por el vicepresidente Max del Valle. No obstante, la Guardia Nacional cerró filas en torno a Robles y este se mantuvo en el poder hasta las elecciones de 1968.

El bonapartismo de los militares

Desde la creación de Panamá en 1903, controlaba el aparato del Estado una oligarquía de comerciantes, aliados incondicionales del imperialismo norteamericano. Cada relajamiento del control directo de Estados Unidos sobre Panamá implicaba la construcción de mecanismos institucionales del Estado que permitieran sostener el modelo neocolonial. Uno de ellos fue la creación de la Policía Nacional que sustituiría el rol de las tropas norteamericanas que debieron retirarse a sus bases militares en la Zona del Canal.

Posteriormente, la Policía Nacional fue transformada en Guardia Nacional, bajo la presidencia del Coronel Rendón, adquiriendo cada vez más peso político y militar. Poco a poco la casta de oficiales de la Guardia Nacional, de origen plebeyo y de clase media, comenzó a sostener intereses sociales y materiales diferentes a la oligarquía panameña, tradicionalmente entreguista de la soberanía nacional.

El análisis de León Trotsky sobre los regímenes “bonapartistas sui generis” se confirma en todo su esplendor en la historia de Panamá. Trotsky explicaba en 1940 que "En los países industrialmente atrasados el capital extranjero juega un rol decisivo. De ahí la relativa debilidad de la burguesía nacional en relación al proletariado nacional. Esto crea condiciones especiales de poder estatal. El gobierno oscila entre el capital extranjero y el nacional, entre la relativamente débil burguesía nacional y el relativamente poderoso proletariado. Esto le da al gobierno un carácter bonapartista sui generis, de índole particular. Se eleva, por así decirlo, por encima de las clases. En realidad, puede gobernar o bien convirtiéndose en instrumento del capitalismo extranjero y sometiendo al proletariado con las cadenas de una dictadura policial, o bien maniobrando con el proletariado, llegando incluso a hacerle concesiones, ganando de este modo la posibilidad de disponer de cierta libertad en relación a los capitalistas extranjeros".

La oligarquía y la burguesía en Panamá eran muy débiles, en cambio el ascenso obrero, estudiantil y popular era mucho más fuerte, lo que obligó a la Guardia Nacional a jugar un rol de árbitro, tal como lo definió teóricamente León Trotsky.

Golpe de Estado contra la tercera presidencia de Arias

Teniendo como marco general el ascenso de masas a nivel mundial, especialmente la rebelión estudiantil de 1968, Arnulfo Arias ganó las elecciones y conquistó por tercera vez la presidencia de Panamá, derrotando a sus adversarios

El 11 de Octubre de 1968, un sector nacionalista burgués de la oficialidad de la Guardia Nacional (GN), encabezado por el Mayor Boris Martínez y el Teniente Coronel José H. Ramos, organizaron un golpe de Estado contra el recién electo presidente Arnulfo Arias Madrid, quien se refugió en la Zona del Canal, buscando la protección norteamericana.

Un año después, luego de un reacomodo interno dentro de la oficialidad y de otras intentonas golpistas, el teniente coronel Omar Torrijos Herrera se pone al frente de lo que denomina “un proceso revolucionario”, instaurando un régimen bonapartista sui generis que otorgó algunas conquistas sociales como la reforma educativa, aprobó un nuevo Código de Trabajo en 1972, Reforma Agraria y aprobó Leyes de Vivienda, apoyándose en las masas para forzar al imperialismo norteamericano a iniciar una negociación sobre la devolución del Canal de Panamá, el retiro de las bases militares yanquis y la recuperación de la soberanía nacional.

Con este apoyo de masas, Torrijos convocó a una Asamblea Nacional Constituyente en 1972, redactando una nueva Constitución que institucionalizó el nuevo régimen político, basado en la Guardia Nacional y posteriormente en la Fuerza de Defensa.

La evolución política del Torrijismo, antecesor del chavismo, es motivo de un articulo aparte.