Por Sebastián Ernesto González

Honduras al ser un país muy quebrado se vuelve muy vulnerable cuando la naturaleza se altera, el problema se agudiza más ante la falta de planes de urbanización. La ciudad de Tegucigalpa gime ante la activación de fallas geológicas que ya han causado enormes desastres y miles de damnificados.

Según el geólogo de la UNAH, Maynor Ruiz, son diversas las fallas que están activas “Se han identificado entre 17 y 21 bloques de deslizamientos, cada uno tiene su particularidad, algunos pueden ser grandes y dañinos. Con el paso de las tormentas Eta e Iota se aceleró el movimiento de este bloque (el de la colonia Guillén), convirtiéndose en una masa que ya afectó la colonia Nueva Santa Rosa. Creemos que esa masa se va a seguir moviendo, por lo que se les recomendó a las autoridades municipales ampliar las evacuaciones de personas en esa parte de la ciudad en las faldas del cerro El Picacho”. LT (18/09/2022).

Con el deslizamiento de un sector de la Colonia Guillén en la ciudad de Tegucigalpa, son más de 100 casas que en un instante fueron absorbidas por el movimiento de la tierra dejando más de 300 personas damnificadas. El terror y la zozobra de ha apoderado del resto de los habitantes que habitan en el lugar y que ven con mucho dolor como desaparece el hogar de más de 40 años de existencia.

¿Víctimas de la naturaleza o de los políticos corruptos?

Las ciudades gemelas de Tegucigalpa y Comayagüela crecieron aceleradamente desde finales de la década de los años setenta y ochenta. Desde 1982 en que el país inició los gobiernos constitucionales el Partido Nacional ganó la alcaldía en el Distrito Central, exceptuando en el periodo 1994-1998 que fue ganada por el Partido Liberal con Roberto “El Pelón Acosta” y el actual (2022-2026) Jorge Aldana del Partido Libertad y Refundación (LIBRE).

Tegucigalpa y Comayagüela tienen un crecimiento característico de los barrios marginales, la miseria contrasta con la opulencia de las mansiones de los ricos, estas casas que se iniciaron a construir en terrenos invadidos sin estudios previos y sin ningún plan urbanístico, en sus inicios carecían de los servicios básicos como ser agua potable, energía eléctrica y aguas negras, las calles de tierra que en tiempos de lluvia se volvían intransitables por cualquier vehículo. Poco a poco y de forma desordenada fueron creciendo y obteniendo los servicios públicos. Con el paso del tiempo se transformaron de casas de madera a casas de bloques y ladrillos que ahora, repentinamente, han desaparecido volviendo la zona como si fuera una zona de bombardeo o víctima de un terremoto.

Tegucigalpa se consideraba hasta noviembre de 2021 una población fanática del Partido Nacional, sin embargo, el alto grado de corrupción facilitó el triunfo del  alcalde actual, Jorge Aldana, rompiendo con una hegemonía casi total de administraciones nacionalistas.

Tanto el Partido Nacional como el Partido Liberal han utilizado a la población de los barrios marginales con motivos estrictamente de activismo político. Nunca les ha importado la tragedia de los pobres exceptuando para ir a entregar migajas y modelar ante las cámaras. Los habitantes de la Colonia Guillén pasaron de la tranquilidad a la desesperanza, es el momento en que la riqueza de un país se retribuya a quienes corresponde.

Viviendas gratis para los damnificados

Con la experiencias reiterativas de año con año, en que diversos sectores de la población sufren la inclemencia de la naturaleza siendo olvidados rápidamente y abandonados a la intemperie, el gobierno de doña Xiomara Castro que se hace llamar “Socialismo Democrático” y que aspira a refundar el país, tiene la obligación de presentar respuesta inmediata a los damnificados actuales, además, también debe trabajarse en el tratamiento de las 17 zonas que también han sido declaradas como zonas de riesgo y tener planes de emergencia para reubicar a miles de personas.

Jorge Aldana, alcalde actual de la capital y miembro del Partido LIBRE, debe demostrar ser lo contrario a los políticos corruptos y oportunistas, debe poner inmediatamente en marcha un ambicioso plan de urbanidad que de respuesta a todos los habitantes de estas zonas que se encuentran en peligro permanente. Las familias que ya perdieron sus casas y las que aun se encuentran en peligro deben recibir una casa digna de parte del Estado, con todos los servicios básicos como ser agua potable, energía eléctrica y aguas negras.

Ya es el tiempo de no ver  a las personas como un voto político, es el momento de dignificarles como humanos.