Por Carlos M. Licona

Afiliado al COLPROSUMAH

Afiliado al COPEMH

En diciembre de 1982 el gobierno de Suazo Córdova (1982-1986) ordenó el asalto del Colegio Profesional de Superación Magisterial de Honduras (COLPROSUMAH), imponiendo una Junta Directiva títere al servicio del gobierno cívico militar que en aquel entonces, ponían en marcha un plan de acción represiva hacia el movimiento obrero, sindical, campesino y gremial. Fue en el gobierno de Carlos Roberto Reina (1994-1998) que se le devolvió la independencia al COLPROSUMAH. La política intervencionista de los 80 como producto de la guerra fría heredó a la clase trabajadora; burocracias que se enquistaron por décadas en las direcciones, traicionando las luchas a los gobiernos de turno en diversas ocasiones. Pero, sobre todo, a partir de los años noventa, las direcciones burocratizadas tuvieron acceso a recursos económicos y cuotas de poder en los que negociaban junto a los gobiernos de turno el nombramientos de personal, toda esta situación degeneró a los dirigentes y las bases llegaron a considerar que estaban atados para siempre como si vendieran el alma al Diablo.

La obstrucción del desarrollo de conciencia de clase

La intervención del movimiento obrero, sindical, gremial y campesino ha evolucionado a través de los años según el cambio la lucha geopolítica en el mundo, de la intervención directa a inicios de los ochenta se pasó a la inyección de dinero y logística en los años noventa e inicios de este siglo. Cuando estaba un gobierno del Partido Liberal los sindicalistas afines a este partido terminaban imponiendo la Junta Directiva, igual sucedía cuando el gobierno era del Partido Nacional. Otra estrategia utilizada y que se sigue utilizando son las juntas directivas “paralelas”, solo basta un grupo afín que haga escándalo e inmediatamente se le inyectan recursos económicos y cuotas de poder en las instituciones para agenciarse el favor de los votantes.

Con el fin de la guerra fría a inicios de los noventa, poco a poco se perdió el nivel de conciencia de clase en los trabajadores, además, hay que agregar que los educadores a nivel general, también fueron perdiendo su conciencia de clase, y por ende, todo egresado del nivel medio o superior al carecer de formación ideológica fue perdiendo su olfato político, siendo impulsado el activismo vernáculo asociado al bipartidismo.

El movimiento sindical y gremial en la lucha contra el golpe de Estado

Si hay que dejar bien en claro en la lucha contra el Golpe de Estado en el 2009, es que las enormes movilizaciones las engrosaba el pueblo “desorganizado” y “desestructurado”, a decir verdad, exceptuando al magisterio, todos los sindicatos muy rápido se alejaron de las calles, muchos de ellos se pusieron de acuerdo con el régimen golpista de Micheletti y dejaron al pueblo en las calles dentro del Frente Nacional de Resistencia Personal (FNRP), el mayor movimiento de masas en la historia del país. El magisterio a consecuencia de su lucha fue reprimido en todas sus maneras por la narcodictadura del régimen Nacionalista-Liberal.

Con los sindicatos y colegios gremiales entregados al régimen postgolpista, al igual que las Centrales Obreras, muy probablemente, la dictadura con el brazo militar hubiera desgastado y aplastado cualquier movimiento de masas, tal y como sucedió en el 2015 con la “Marcha de las antorchas” o en el 2019 con “La lucha en defensa de la salud y educación pública”. El caso es que, en los 13 años de la dictadura no se hizo el mayor esfuerzo por las direcciones sindicales en formar ideológicamente a las bases, al contrario, solo se esforzaron por esperar un nuevo contexto para seguir disfrutado del poder.

Terrible error sería intervenir desde el Estado a los colegios magisteriales

En el gobierno actual, de corte progresista de Xiomara Castro, se ha premiado a la dirigencia del magisterio entregándole la administración de la Educación Nacional, mientras los docentes como simples mortales seguimos sufriendo las consecuencias de las nefastas políticas del régimen postgolpista. Ya trasciende en los pasillos de las instituciones educativas la pretensión de “intervenir”, al igual que lo hacía el Partido Nacional y Liberal, incidiendo con logística y financieramente para apoyar a grupos oscurantistas que forman parte del engranaje público del gobierno de Doña Xiomara, es poco probable que la Presidenta de todos los hondureños se de cuenta de esta estrategia para apoderarse de las organizaciones magisteriales, sin embargo, el llamado es de alertar a toda la base del magisterio para no permitir que desde el Estado mismo se controle a los colegios magisteriales poniendo al frente a exdirigentes envueltos en casos de corrupción. Corresponde a la base definir su propio destino.

¡NO A LA INTERVENCIÓN DE LOS COLEGIOS MAGISTERIALES!