Por Sebastián Ernesto González

El desaparecido Tribunal Supremo Electoral fue totalmente controlado por la estructura golpista desde el golpe de estado del 2009, de tal forma que para legitimar “elecciones democráticas” se vieron en la obligación de ejecutar fraudes descarados en el que elevaron exageradamente la votación para esconder la abstención o el repudio a las urnas.  El matrimonio entre el Partido Nacional y el Partido Liberal entregó el poder total en bandeja de plata a un sector de políticos que aliados con la empresa privada y narcotraficantes crearon al engendro que hoy mal gobierna al país, a tal grado que ya nos tienen en venta al mejor postor.

La comunidad internacional, también ha sido culpable en la entronización de la narco dictadura y han tratado de que el recambio de los delincuentes se haga siempre dentro de los parámetros que ellos condicionan y de forma paulatina para que el pueblo se mantenga apaciguado recibiendo confites de algodón.

El día en que la dictadura se clavó la daga

Dos participaciones en la contienda electoral del partido Libertad y Refundación (LIBRE) han sido suficiente para conocer el sucio mundo de la política vernácula y experimentar la fuerza sin piedad del aplastamiento de la estructura criminal golpista. Fue así como a finales del 2018 e inicios del 2019 los diputados en el congreso nacional del partido LIBRE deciden ejecutar la “insurrección legislativa”, con el propósito de crear el Consejo Nacional Electoral que debía sustituir al fraudulento TSE y a la vez, que se nombraran los 3 consejeros de la nueva institución, exigiendo que uno de los mismos debía ser propuesto por el partido LIBRE, derecho que le otorgaba el ser la segunda fuerza política después de las elecciones generales del 2013 y 2017.

El CNE fue creado por decreto legislativo No. 2-2019 y aprobado en enero de 2019 y publicado el 6 de febrero del mismo año, nombrando a la vez a las máximas autoridades del mismo que recayeron en Kelvin Aguirre por el partido Nacional, Rixi Mocada por LIBRE y Ana Paola Hall por el sector oscuro del partido Liberal. Hasta ahí no había ninguna sorpresa en la integración de la nueva institución, más bien, la prensa mediática y detractores condenaron a Libertad y Refundación por ser parte de la partición del pastel. En aquel momento no existía un vidente del futuro y la línea del discurso fue repartimiento de chambas.

Al igual que tomar un poco de agua entre las manos y tratar de mantenerla en su totalidad nos damos cuenta que la faena es imposible y algunas moléculas se nos escapan en algún momento, así le ha pasado a la estructura golpista liderada por Juan Orlando Hernández; Ana Paola Hall se les escapó de las manos u obedece a un plan finamente elaborado para expulsar al narco mayor. Quizás más producto de la exigencia internacional dada su parte de culpabilidad al sostener política y económicamente a los delincuentes que a deseos de luchar en las calles se ha logrado que el narco partido Nacional junto a los adláteres del jefe vayan perdiendo terreno y aúllen alaridos de terror que manifiestan en medidas desesperadas por colocar cadenas y bozales a las féminas del CNE, que le dan un matiz de lucha “feminista contra misóginos” a la institución, craso error, por que no sería el mismo matiz si una Daysi de Anchecta estuviera en vez de Kelvin Aguirre.

El pueblo debe crear su propia historia

Si bien es cierto hay que alabar el papel de Ana Paola Hall en esta coyuntura, aun creemos que obedece a un distanciamiento entre el partido Liberal y la podredumbre que rodea al dictador, los liberales se curan en santidad y aun creen que pueden mantener cuotas de poder o incluso regresar a ser el partido más grande. Pero también es seguro que el cambio de la representante de los liberales se debe a la presión internacional para que la masa no se volque a las calles a poner fin a 12 años de sufrimiento.

Rixi Moncada y Ana Paola Hall le tienen clavada una daga al régimen, pero esto no las vuelve “feministas” y mucho menos “revolucionarias”, si es correcto salir a las calles para repudiar y condenar la intención de los “nacionalistas” de maniobrar lo más que se pueda para no perder el poder absoluto, pero más progresivo que el papel de las consejeras es movilizarse en las calles. El deseo de fulminar la narco dictadura y el narco partido Nacional, no debe obnubilar nuestra vista y perder el sentido de refundar al país, las verdaderas conquistas solo se logran desde la lucha en las calles.