Por Carlos M. Licona

El Colegio de Profesores de Unidad Magisterial de Honduras (COPRUMH), ha tenido en bien el introducir una “iniciativa ciudadana” como proyecto de ley para reformar la “reforma” que se le hizo a la Ley del Instituto Nacional de Previsión del Magisterio (INPREMA) en diciembre del 2011. Muchos y muchas, en un afán de confundir la realidad nacional con diferencias personalizadas en la conducción del gremio, seguro van a satanizar la iniciativa en mención, sin embargo, eso es un terrible error que se estaría cometiendo sin dejar que la base discuta, analice y decida.

Lectura del contexto

Para nadie es desconocido a estas alturas, que nos gobierna una dictadura a punta de fusil y cañón, maquillada con elecciones en los procesos electorales del 2013 y 2017. En el 2011, con un congreso nacional controlado a su antojo por los nacionalistas confabulados con los liberales, reformaron la Ley del INPREMA cercenando varios derechos a los docentes, siendo uno de los más importantes el derecho a obtener una jubilación voluntaria a la edad de 50 años con 10 años de servicio. Otro derecho importante que reformaron fue el cálculo de la jubilación, reduciéndola a una cantidad miserable de no cumplir más de 40 años de servicio, este artículo prácticamente excluye a todo docente que obtenga plaza o que inicie a laborar después de los 25 años de edad, al obligarlo prácticamente a morirse en el aula de clases esperando un retiro razonable.

El magisterio peleó con gallardía en el 2010 y 2011, no obstante, se impuso la dictadura instaurada con el apoyo del sector golpista y acorraló a los maestros con un ministro peor que el dictador. Desde entonces, si bien es cierto se han dado movilizaciones que despiertan el espíritu de lucha, al final, los estrategas del régimen se terminan imponiendo y encausan el rumbo de las circunstancias hacia donde ellos quieren, con leves reculadas como en el 2015 con las movilizaciones de las antorchas y que originaron la MACCIH o la del 2019 con las de la plataforma que derogaron los PCM que privatizaban la salud y educación pública.

Los análisis de coyuntura y los balances de lucha son muy importantes para tomar decisiones, una lectura equivocada lleva a la base a una cruenta derrota, es así que, la obligación de cualquier dirigente es saber conducir a la base con análisis objetivos, tanto del enemigo como de los aliados cercanos y, sobre todo, palpar el ímpetu de la base.

La iniciativa debe ser para unificar y movilizar

Dentro de la misma democracia que lidera la dictadura, hay ventanas de escape en el congreso nacional y el poder judicial, estos poderes les permiten a los trabajadores hacer uso de ellos en los casos extremos como el actual, en el que ni hay indicios de movilización ni muestras de ceder beneficios voluntariamente o restablecer derechos por parte del régimen. La estrategia del COPRUMH es que este año es electoral y los diputados que aspiran a reelegirse se verán forzados a apoyar esta iniciativa de ley, algo correcto que el resto de colegios magisteriales deba apoyar, aunque la iniciativa de ley ya se introdujo en el congreso, se debería seguir recogiendo firmas con plantones en las casas de los diputados cachos, que son los que traban cualquier iniciativa de ley que no vaya acorde con sus intereses, pero también se puede emplazar a los diputados de los partidos bisagra y del Partido Liberal. La oportunidad está ahí y no importa quien levantó primero la bandera, es una buena oportunidad para que los seis colegios magisteriales se reúnan y mejoren la iniciativa, seguir recogiendo firmas compromete y motiva a la base, pero, además, se sienta la base para una posible unidad e inicio de movilizar al magisterio.

Es utópico creer y cifrar esperanzas a que en noviembre todo se va resolver y nuevamente lloverá manjar sobre la clase trabajadora, peor en la actual circunstancia en que no hay indicios de unidad en los sectores de oposición. Las luchas se realizan desde diferentes trincheras, lindo sería emular las movilizaciones del 2004, 2006, 2010, 2011, 2015 o 2019, pero por ahora, hay que aceptar que esta batalla hay que librarla en el congreso y haciendo visitas con consignas a las casas de los diputados. Los dirigentes deben despojarse de sus diferencias y de una vez por todas acercarse a la base todos juntos planteando, explicando y permitiendo que la base sea la creadora de su propio destino.