Por Carlos M. Licona

A dos semanas de haber pasado el proceso electoral interno de los 3 partidos mayoritarios del país; Partido Nacional, Partido Libertad y Refundación (LIBRE) y Partido Liberal de Honduras (PLH), el panorama se vuelve incierto para los siguientes meses que desembocarán con las elecciones generales del 28 de noviembre.

Con tres sectores bien marcados, tenemos al grupo económico muy ligado a la corrupción y al narco tráfico que pretenden que siga al frente del poder el Partido Nacional, principalmente apoyado por la banca privada; el Partido LIBRE que recoge todo el malestar y el sufrimiento que se ha dado desde el 2009, partido que en su mayoría son de afinidad con el “zelayismo”, tal y como lo ha dejado reflejado el proceso electoral interno y ahora tenemos un nuevo grupo surgido como quinta columna cuyo objetivo es imponer una candidatura presidencial a la cual se deben sumarse todos los sectores que se consideran de oposición, detrás de este nuevo grupo se puede mencionar a la empresa privada del norte del país.

La quinta columna

En la democracia burguesa, se convoca al pueblo cada cierto lapso de tiempo para hacerle creer que él decide quien va gobernar, el pueblo indiferentemente de los motivos que utilice para ejercer el sufragio, acude a las urnas y otorga el voto. Desde las elecciones del 2009, en el país se han dado gigantescos fraudes que no dejan de sorprender a los más incautos, tal y como se hizo con el descarado fraude del 2017 en que se impuso la reelección de Juan Orlando Hernández. Por supuesto que, el fraude es una triste historia que nos castiga desde antes del siglo XIX, y es un acto delincuencial que viene de herencia en herencia a través del bipartidismo (PN y PLH) y se traslada a todas las esferas donde hay dinero y cuotas de poder, desde centrales obreras, sindicatos y gremios hasta las elecciones de los cargos populares como el presidente, diputados y alcaldes.

Las elecciones internas realizadas el 14 de marzo nos ha dejado mucho material de incentivo para una carnicería despiadada, acusaciones de fraude en los tres partidos que fueron a las internas, en las que, toda la maquinaria de la prensa mediática dirige los misiles a dos situaciones; las denuncias de fraude en LIBRE y en el PLH. Paralelamente a estas denuncias, impulsan a la vez un grupo que ya traicionó al pueblo, personajes que dentro de la masa votante del partido LIBRE ya no aspiran a ser beneficiados con el voto.

Uno de esos personajes que despotrica contra LIBRE es Salvador Nasralla, que abandonó al pueblo en las calles en la convulsión social del 2017 y menospreció la sangre de los mártires. El otro personaje es el que ha controlado el PLH desde el 2017 y que pudo inclinar la votación hacia la oposición sin importar el descarado fraude que se hizo. En estas elecciones internas, Luis Zelaya fue derrotado por Yani Hidalgo Rosenthal, individuo que purgó pena en USA y regresó al país en el 2020. A estos dos personajes que ya no cuentan con estructuras nacionales para ir a elecciones generales, se les ha sumado otros personajes entre ex militares y profesionales de gremios, el representante de la empresa privada del departamento de Cortés y sicóticos del micrófono, ahora se les suman los candidatos que perdieron y fueron derrotados en LIBRE como Nelson Ávila, Wilfredo Méndez y María Luis Borjas, todo finamente tejido en una estrategia para obligar a la candidata Xiomara Zelaya ceder su candidatura y sumarse a un proyecto concebido en la cúspide del poder con la falaz idea que combaten la corrupción y el narcotráfico, hipócritamente usan el argumento de ir contra el autoritarismo del “Zelayismo” y aseguran estar del lado de la base, un discurso que ya no engaña pero que si resta votos y beneficia al dictador.

Esta actitud envalentonada, no es más que consecuencia por las nalgadas que el imperio le viene dando a la narco dictadura, un funcionario para los asuntos de América Latina (WOLA) Adams Isacson diciendo que “Juan Orlando Hernández es un problema para Washington, por sus vínculos con el narcotráfico” o un Luis Almagro afirmando hipócritamente que Trump cometió un error al haber reconocido a JOH como ganador en el 2017. ¿Qué hicieron Salvador Nasralla y Luis Zelaya en el 2018 cuando JOH se adueñó del país?

Poder Popular

El pueblo no debe embobarse con individuos come santos y defecan diablos, en estas conflictivas semanas que se vienen, la verdadera alianza que debe derrocar la dictadura es desde las calles construyendo Poder Popular y obligando a todos los sectores políticos a una Asamblea Nacional Constituyente controlada por el pueblo. Las alianzas desde las alturas solo tienen como propósito tener al pueblo sub yugado sonriendo cada vez que le lanzan un latigazo.