Por: Marbin Amílcar Pérez Natarén

 En Honduras hay una profunda crisis en el sistema de salud pública y tambien en la educación. De hecho, esta crisis es causada a propósito por los mismos politicastros, que luego aparecen creando comisiones de intervención, que no resuelven nada. Así fue que el gobierno de JOH creó comisión en el Seguro Social y otra comisión, en el Hospital Escuela, pero los problemas lejos de solucionarse se han agravado.

Y todos quedamos esperando ¿qué resultado tenemos gracias a la creación de estas “comisiones interventoras”?   El resultado son recomendaciones para privatizar los servicios públicos y las empresas públicas, que les permiten hacer fabulosos negocios con los grandes empresarios, de la noche a la mañana.

Para que una sociedad sea prospera se requieren dos elementos fundamentales: salud y educación, ya que ambos son derechos humanos elementales. El bienestar se puede alcanzar, solo si la educación y la salud tienen cobertura universal gratis.  

Todos aceptan que el desarrollo de un país se mide por el nivel de educación. Desde el golpe de Estado del año 2009, uno de los sectores más golpeados ha sido el magisterio. Primero se derogaron las principales conquistas del Estatuto del Docente, y luego comenzó la persecución política contra los dirigentes: para muchos de ellos audiencias de descargos, para otros la cárcel. Las dictaduras se caracterizan así, por imponer la mano dura, el terror y el pánico. Muchos dirigentes del magisterio aplaudían lo que hacia Marlon Escoto, a pesar que ese señor era un mandadero del presidente Pepe Lobo.

Nos decían: el ministro está haciendo un trabajo impecable. Bueno, ahí están los resultados.  Desde hace 10 años no sean crean concursos, por lo tanto no hay creación de nuevas plazas, sólo “chambas” para los activistas del Partido Nacional. Durante todo ese tiempo, el gobierno no ha creado ni un solo colegio; tampoco ha creado nuevas universidades, tampoco ha creado hospitales, ni centros de salud. Pero si ha construido Cárceles de Máxima Seguridad (Máxima tortura) ha comprado buques, aviones de guerra, etc. Aumentó el presupuesto de seguridad y defensa, pero ahora pretende disminuir el ya raquítico presupuesto de salud y educación.

Ley de reestructuración y reingeniería de la educación y la salud

El dictamen de ley aprobado el 25 de abril de 2019 por el Congreso Nacional de la Republica, invoca todos los artículos de la Constitución que garantizan la salud y la educación, pero para hacer lo contrario.  Esta Ley no habla de despidos, pero ya despidieron a mas de cuatro mil trabajadores. Esta Ley será aplicada a médicos y maestros. Los despidos son disfrazados bajo la forma de “reestructuración”, una palaba que ya conocemos su significado.

 Dialogo con el Congreso Nacional

 En el Congreso Nacional no hay dialogo con el pueblo que eligió a los diputados, ahí se aprueban leyes que obedecen a los intereses de los grupos en el poder, los diputados no defienden los intereses de sus electores

 En una entrevista en Proceso digital, la presidenta del Colegio Médico. Suyapa Figueroa, afirmó que, “esto no es para sentarse a negociar, esa ley no puede ser aprobada, es lesiva no solamente para los intereses de los gremios que trabajamos en estos dos sectores -Salud y Educación- esto es lesivo para toda la población”. (El Proceso Digital: 23 abril de 2019). 

En cambio, para los arrastrados y abyectos dirigentes de las centrales obreras los diputados tienen buenas intenciones, y fueron a sentarse a negociar con ellos: en menos de 48 horas ya había aprobado dicho proyecto de ley.  La verdad es que doctora Suyapa ha demostrado ser una dirigente gremial autentica, critica del régimen; mientras que los dirigentes de las centrales obreras ya están condenados por la historia.  En Honduras los dirigentes de las centrales obreras y de otros gremios ya no tienen ninguna credibilidad, la gran mayoría de ellos se terminan plegando a los intereses de los gobernantes de turno.

Arnaldo Bueso, ministro de educación, trata de ocultar la verdad: “No se trata de despidos masivos, sino una reingeniería de la parte administrativa superior que nos permitirá ser más ágiles y efectivos” (El Proceso Digital; 23 de abril de 2019). Con este lenguaje más bien parece ser un funcionario de los Organismos Internacionales, no parece ser un funcionario público; de forma diplomática está admitiendo que los despidos vienen y nadie los detendrá.

El lenguaje que los ministros utilizan, los delata. Solo una persona ingenua podría  afirmar que las intenciones del gobierno de Juan Orlando Hernández (JOH) son buenas. Palabras claves para descifrar ese lenguaje encubierto del poder: reestructuración y reingeniería. Discurso propio del neoliberalismo, no hay que perderse, y el que se pierde es porque en realidad es tonto.   

Pero la dirigencia magisterial y la dirigencia de los médicos han sido claros en rechazar el proyecto de ley, y en denunciarlo como lesivo.  Por ejemplo, Daniel Esponda, ha dicho claramente que la ley implicará masivos despidos. En declaraciones para El tiempo Digital, dijo: “Dichas acciones no son camino para mejorar el sistema educativo. Este proceso se está realizando a nuestras espaldas”. (22 de abril de 2019) Sin lugar a dudas, a los diputados les urgía aprobar un proyecto que llevaría la educación y la salud al cesto de la basura.     Al final, concluye Daniel Esponda, “No es necesario crear nuevas leyes, ya todo esta establecido” (El Tiempo Digital: 22 de abril de 2019). Bueno en el caso del Magisterio sería resucitar las conquistas del Estatuto del Docente, y desde luego los Médicos tienen su propio Estatuto del Médico.

La doctora Suyapa Figueroa ha identificado muy bien el problema, al afirmar que la aprobación de esa ley y lo que pasa en salud es un genocidio contra la población hondureña, y además constituye en una perversidad del sistema necrofílico que tiene gusto por la   muerte.   

A conformar una plataforma unitaria en salud y educación

Llamamos a los trabajadores del sector salud y educación a cerrar filas, a conformar la más amplia unidad democrática para conseguir la derogación de esa perversa Ley aprobada por el Congreso Nacional. Llamamos a mantener y profundizar la movilización y conformar una plataforma política capaz de revertir esas políticas regresivas y represivas para la clase obrera hondureña.

Desde el año 2000 hay una histórica tradición de haber derrotado las políticas neoliberales de Ricardo Maduro, con la formación de la Coordinadora Nacional de resistencia Popular (CNRP), y la experiencia más reciente data del año 2009 con la creación del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP)

    Es urgente la construcción de un Frente Amplio de los trabajadores y sectores populares, para derrotar las leyes nefastas de la dictadura de Juan Orlando, que está siendo financiada por el Banco Mundial (B.M), el Fondo Monetario Internacional (F.M.I) y hasta por el Banco Centroamericano de Integración económica (BECIE). 

     La Historia nos demuestra que hasta cierto hay un imperativo categórico para derrotar a las dictaduras, esa se llama; movilización, organización y lucha, eso fueron los tres lemas del Frente Nacional de Resistencia Popular. De a poco se fueron abandonando estos postulados para dedicarse a la politiquería, es decir a la partidocracia.  Aprendamos de los errores y asimilemos las buenas experiencias.