Por Ricardo Velásquez

El primero de mayo debe servir como un catalizador de unidad en la clase trabajadora de Honduras. Los golpes asestados por Juan Orlando Hernández, han tenido como objetivo principal de imponer el neoliberalismo, mandato ordenado por el imperialismo y sus organismos de crédito internacional. Las medidas económicas neoliberales habían sido imperceptibles hasta antes del golpe de estado del 2009, sin embargo, una vez que el golpe consolidó al Partido Nacional en el engranaje del gobierno, las medidas se fueron volviendo más drásticas contra la clase trabajadora.

Para arremeter contra el sector laboral, se violentó la ley y convenios internacionales, al reprimir, despedir, suspender u hostigar a los que se ponían enfrente para movilizar y luchar contra la arremetida. El primer sector derrotado fue el magisterio; no escatimó esfuerzo el gobierno de Porfirio Lobo primero y seguidamente el de Juan Orlando Hernández. Reprimieron y asesinaron compañeros como fue el caso de la maestra Ilse Ivania Velásquez, docente de lucha que se desmayó en una movilización que fue reprimida, cayó al suelo producto de los gases lacrimógenos y una tanqueta de las que lanza gas pimienta le pasó por encima del cuerpo.

Para terminar de doblegar al magisterio después de que fue reprimido hasta atemorizarlo, pusieron al frente del Ministerio de Educación a Marlon Escoto, quien, violentando la ley en múltiples ocasiones, ordenó disposiciones totalmente ilegales, que son aplaudidas por la comunidad internacional y la empresa privada del país que siempre vio con recelo a los maestros. Tal es la derrota sufrida por los maestros, que ya son 7 años los que han pasado desde la última vez que se gozó de un aumento salarial en el 2009.

Al derrotar al magisterio, se le volvió fácil para el gobierno doblegar a cualquier sector trabajador. De esa forma iniciaron la escalada en contra de aquellas instituciones donde se encontraban los sindicatos fuertes en la lucha y que no escatimaron esfuerzo en la lucha contra el golpe de estado del 2009. Así el turno le siguió a los empleados de la Unah en todos los niveles, a los del Infha, Enee, Sanaa, y en los casos más recientes a la Dei y la Secretaría de Transporte.

En todos estos casos de arremetida neoliberal contra los trabajadores, el que menos ha importado es el trabajador mismo. Y ha sido tan grande la derrota que no ha existido ningún intento de aglutinar a todos esto trabajadores despedidos o suspendidos en un solo objetivo de lucha: la defensa del empleo. Los Secretarios Generales de las Centrales Obreras brillan por su ausencia, los dirigentes sindicales temen se les despida si convocan a asambleas. El ejemplo más patético es el del magisterio donde se emitió un oficio prohibiendo cualquier tipo de reunión o de asamblea en los centros educativos y amenazando de despedir a los directores que prestaran las instalaciones físicas para tales actividades.

Toda esta andanada de acciones contra los trabajadores nos evidencia un plan estratégico muy bien elaborado y ejecutado por el gobierno de Juan Orlando Hernández para aplicar el neoliberalismo y destruir el sindicalismo como referente de lucha organizada.

Ante la embestida neoliberal solo unidad popular

Si el gobierno logró imponerse ante los trabajadores, entonces solo la unidad y una fina estrategia de lucha podrá oponerse y detener los planes de JOH. La dirigencia sindical hondureña cometió el gran error de la burocratización en las direcciones sindicales, de esa forma se involucró en muchas de las situaciones nacionales del país, como la elección de los nominados a la Corte Suprema de Justicia que se eligió en el 2009 y que legalizó el golpe de estado del 2009; lo mismo hicieron en la elección de los nominados del 2016 y donde los mismos Secretarios Generales propusieron como candidatos a abogados que habían actuado en contra de los derechos de los trabajadores.

Otro caso emblemático es el de latrocino hecho al Instituto Hondureño de Seguridad Social, en que los trabajadores tenían representación en la mesa directiva del IHSS y nunca supieron (aducen los representantes de las centrales) del millonario saqueo al Ihss.

Teniendo este panorama, no le queda a la base más que asumir y elaborar jornadas de discusión y análisis para conformar una estrategia de lucha que se oponga a JOH. La recién creada Plataforma del Movimiento Popular “Berta Cáceres Vive” debe ser fortalecida con la incorporación del sector laboral, desde ahí se puede iniciar la construcción de un gigante que detenga a JOH.

Solo la unidad y la sapiencia podrá detener la arremetida neoliberal de JOH, iniciemos defendiendo el empleo y movilizándonos por un aumento general de salarios.