Por Ricardo Velásquez

La clase trabajadora de Honduras nuevamente se movilizó el 1 de mayo para repudiar y condenar al gobierno de Juan Orlando Hernández. Desde el golpe de estado del 2009, se venían realizando movilizaciones muy masivas los primeros de mayo, sin embargo, en esta ocasión, aunque siempre fue masiva, la asistencia mermó un poco en comparación a los años anteriores.

La doble moral de la dirigencia

Los secretarios generales de las centrales obreras acordaron pronunciar un solo discurso, que fue el principal, con los principales ejes de condena al gobierno de JOH; también acordaron no permitir proselitismo político dentro de la movilización. En el caso del presidente del Stenee, Miguel Aguilar, amenazó -un día antes en una radioemisora- con retirarse de la movilización con todo el sindicato. A pesar de este aparente desligamiento de los partidos políticos burgueses, han sido estos mismos dirigentes quienes han negociado los miserables aumentos al salario mínimo en los últimos 6 años y son los mismos que han boicoteado una huelga general en lo más álgido de la lucha en contra del golpe de estado y una huelga general del magisterio.

El falaz cambio en la dirigencia se debe a los fuertes cuestionamientos que se les ha hecho por permitir el despojo de las conquistas económicas y sociales de los trabajadores en el actual régimen. Ante la dura crítica de la base y ante la desmovilización cómplice con el régimen, que avanza sin oposición hacia una dictadura, han maniobrado para hacer creer que mantienen un mismo discurso y un mismo accionar a favor de los trabajadores.

Lo cierto es que estas posiciones agitadoras y de vanguardia solo se les escucha el 1° de mayo y cuando en medios de comunicación dan declaraciones en aparente oposición al régimen de turno.

La fuerza y la debilidad del FNRP

El Frente Nacional de Resistencia Popular ha sido la mayor organización social y de lucha que se ha creado en la historia del país, sin embargo, los resultados obtenidos han sido dolorosos para los trabajadores. Siendo el FNRP una estructura que aglutinó la mayoría de las dirigencias de sindicatos, gremios, organizaciones políticas, sociales, campesinas, etcétera, no fue lo suficientemente fuerte para obtener triunfos ante los sucesivos gobiernos de Lobo y JOH. Pero estos resultados no son casuales, en lo más álgido de la lucha fueron los principales dirigentes del FNRP los que desmovilizaron a la base con el Acuerdo de Cartagena y convirtieron al Frente en el nuevo Partido Libre. Al suceder esto, la agenda de las direcciones sindicales y gremiales fue cambiada por una agenda política: la que ha venido a sustituir la agenda de lucha de los trabajadores.

En este 1° de mayo los principales dirigentes han aparentado desvirtuar esa verdad, pero es una falacia para calmar el malestar de la base, simplemente hay que revisar las posiciones de estos mismo dirigentes ante las últimas negociaciones del salario mínimo. Lo cierto es que las dirigencias de las centrales obreras existen como estructuras que representan a los trabajadores pero que le dan legitimidad a las leyes de los gobernantes en contra de los derechos de los trabajadores. Un ejemplo más claro es el de la Ley de Seguridad Social aprobada esta semana en el Congreso Nacional, pues no hubo ni una tan sola movilización general de trabajadores que fuera convocada por las centrales obreras.

Para ser consecuentes, hay que diferenciar una postura oportunista de un dirigente ante su base con su accionar que legitima leyes lesivas a los compañeros de clase. Para que la dirigencia refleje el sentir y pensar de la base, entonces debe preparar un plan de acción de lucha en contra de las medidas aprobadas por JOH. Esos mismos partidos políticos que se reclaman de oposición deben ser llamados a sumarse a esta lucha que deben encabezar las direcciones sindicales actuales.

Por lo tanto, consideramos que pretender divorciarse de un partido político en este 1° de mayo no es más que una falacia de la dirigencia para esconder su acomodamiento y su doble cara con el régimen.

Por un paro general de trabajadores donde se sume toda la oposición a JOH

Ya es tiempo que las principales estructuras sindicales, gremiales, campesinas y centrales obreras sean consecuentes y convoquen a un paro general que condene al régimen de JOH y que se exija la derogación de leyes como la recién aprobada sobre seguridad social, la Ley Fundamental de Educación, etcétera. Entonces creeremos en las posiciones del 1° de mayo.