Por Silvia Pavón

Entonces siga las instrucciones básicas para sobrevivir en esta tierra de nadie, camine con cuidado, vea bien para los lados, hable con cautela y no diga nada de más. La libertad está medida con cinta amarilla y si la estira destila sangre, no camine entre las sombras porque corre el riesgo de no regresar…

Los vejámenes contra los dirigentes populares y campesinos vinculados al partido LIBRE y al FNRP, acaecidos en los últimos meses han activado la alarma de la verdadera intención que tienen los grupos policiales, que nos hacen recordar con dolor la época oscura de los ochenta en donde los asesinatos, torturas y desapariciones era lo más común. Para la sociedad en general el recuerdo de los atroces actos en contra las libertades individuales y contra la vida en aquella época nunca desapareció. Y entonces en este marco de circunstancias cualquier similitud con aquel tiempo hoy en día es una realidad en la que  hay terror en Honduras.

Para dar una idea de los adelantados pasos de un sistema de “Seguridad Nacional” cuyo objetivo es mantener el orden represivo de este Estado ingobernable, recientemente el informe divulgado en junio de 2012, por el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), “sobre violaciones sistemáticas a derechos humanos en Honduras se documentaron  desde el mes de junio de 2009,  143 asesinatos por razones políticas que incluyeron  persecuciones intensivas para impedir la naciente colectividad resistente. Durante el 2012, siete ciudadanos de la resistencia popular y del partido LIBRE fueron asesinados”.

Una evidente política del terror del Estado burgués

Hay sectores de la burguesía que  ante la fragilidad del estado, el descontento masivo de la población, provocado por la crisis económica,  acompañado por el auge de LIBRE tienen bien claro su comportamiento ultraderechista; organizan  y fortifican su regimiento privado de matones, en contubernio con las corruptas y desprestigiadas instituciones de la policía, las fuerzas armadas y todo el sistema judicial, todos ellos responsables de estos asesinatos.

No es casual que el presidente del Congreso Nacional Juan Orlando Hernández, haya introducido  el anteproyecto de Ley para la creación “de la policía élite, llamada Tropa de Inteligencia y Grupos de Respuesta Especial de Seguridad TIGRES, dará funciones especiales como la lucha contra el narcotráfico y otras situaciones que necesiten de habilidades especiales como ser la investigación de muertes de periodistas, abogados, policías, femicidios y jóvenes” (Proceso Digital Septiembre/12).

Listado interminable de dirigentes asesinados

Seríamos ingenuos si pensáramos que es pura casualidad o “nefastes”, pero la realidad indica que hay una política de terror y persecución. Aquí les mostramos algunos de los compañeros que han sido vilmente asesinados, en lo que vamos de este año, sin  mencionarles los compañeros que han sido ultimados en el sector del “Bajo Aguán” zona atlántica del país.

1 de Mayo de 2012, Eduby Abrego, candidato a alcalde; 6 de Mayo de 2012, Erick Alexander Martínez Ávila de 32 años, candidato a diputado; 7 de mayo de 2012, Jafeteh Steven Pineda Hernández de 23 años, miembro de LIBRE;

8 de mayo de 2012, Dilberto Mejía Solano de 55 años,  aspiraba a un cargo de elección;

20 de mayo de 2012, Jesús Octavio Pineda de 55 años; 7 de junio de 2012, Miguel Ángel Ramos Díaz, miembro (FNRP); 12 de junio de 2012, Joel Orellana; 22 de Septiembre de 2012, abogado Antonio Trejo; 4 de Noviembre de 2012, Luis Aguirre de Lempira; 4 de Noviembre de 2012 Edgardo Adalid Motiño, candidato a Alcalde de Morazán, en Yoro;

Movilización contra los asesinatos

La violencia es un flagelo inherente al capitalismo y más en el caso de Honduras, que se encuentra en una zona privilegiada porque es un punto de paso de drogas que va hacia los Estados Unidos. Asimismo hay una política sostenida del terror contra la población en general y una política de persecución y muerte contra dirigentes populares y campesinos.

Por eso nuestro país enfrenta una de las tasas de homicidios más altas del mundo, 92 por cada 100 mil habitantes (UNODC). El FNRP debe convocar a movilizaciones y utilizar todas las formas de lucha contra este gobierno represor y exigir el esclarecimiento y juicio de todos los asesinatos, especialmente de aquellos en que se ha derramado la sangre compañeros.