Por Armando Tezucún

Las protestas y manifestaciones impulsadas por los diferentes grupos indígenas no han parado. El 13 de agosto varias organizaciones indígenas presentaron ante el Ministerio Público y la Casa Presidencial un memorial exigiendo la renuncia del presidente Alejandro Giammattei y la fiscal general Consuelo Porras. Un representante del Parlamento Xinca declaró al respecto: “Hoy nos encontramos acá solicitando directamente al presidente de la República Alejandro Giammattei la renuncia inmediata y después de acá realizaremos algunas otras acciones, pero aquí nos encontramos con las autoridades indígenas a nivel nacional presentando un memorial donde solicitamos su renuncia…si no se da la renuncia del presidente pues saldremos a manifestar y haremos las convocatorias necesarias para que nuestras comunidades, nuestros pueblos salgan a pronunciarse directamente” (La Hora 13/08/2021). Ese mismo día en conferencia de prensa las organizaciones anunciaron que daban a ambos funcionarios un plazo de cinco días para que presenten su renuncia, a más tardar el 18 de agosto.

Los grupos que respaldan la demanda son: las autoridades de la Alcaldía Indígena de Sololá, el Parlamento del Pueblo Xinca, el Consejo de Alcaldes Comunales de los 48 Cantones de Totonicapán, Consejo de Autoridades Ancestrales del Pueblo Maya Ixil, Alcaldía Indígena Maya Achí de Rabinal, Consejo de Autoridades Ancestrales Los Copones, Alcaldía Indígena de Palín, Coordinación y Convergencia Maya Wakib´Kej, Asamblea Social y Popular, Consejo MAM de Quetzaltenango, Consejo Chortí, Asociación de Estudiantes Universitarios de la USAC, Landivarianos de la Universidad Rafael Landívar, el Comité de Unidad Campesina, Comité Campesino del Altiplano, Articulación Chimaltenango, Coordinadora de Organizaciones Ixiles. Los compañeros advirtieron que, de no darse la renuncia de los funcionarios, se tomarían acciones.

Se vence el plazo

Al finalizar el plazo que las agrupaciones dieron a los funcionarios para que presentaran su renuncia, siendo éste ignorado, se convocó a nuevas acciones de protesta. “…nuestra exigencia fue ignorada y hasta la fecha no recibimos respuesta ni reacción a las mismas. Ante tales circunstancias las Autoridades Indígenas y las Organizaciones Sociales y Populares nos encontramos en Asamblea permanente para coordinar las próximas acciones” (comunicado del 19 de agosto).

Previendo que se producirían nuevos bloqueos de carreteras, la Policía Nacional Civil colocó agentes en al menos 8 tramos carreteros para impedir la interrupción del tráfico.

Se organizan las fuerzas de choque

No solo la policía se preparó para impedir las protestas en las carreteras. Un numeroso grupo de vendedores del mercado La Terminal de la zona 4 de la capital, uno de los más grandes, donde llegan los camiones con frutas y verduras provenientes del interior, anunció que impediría por la fuerza que las organizaciones indígenas y populares bloquearan las vías por donde circula la mercadería que ellos distribuyen desde sus puestos de venta.

En sus intervenciones, los líderes de los comerciantes expresaron su inconformidad con los bloqueos. “…lo que nosotros necesitamos es trabajar y se lo suplicamos, señores: obténgase a lo que vienen a hacer a la capital porque estamos hartos de ustedes, ustedes no representan todo el pueblo de Guatemala…Ellos -manifestantes- piensan que están afectando a un gobierno, pero están afectando la economía de un pueblo…Aquí se está afectando más el bolsillo del guatemalteco, no el bolsillo de un gobierno, ellos tienen un sueldo fijo, a ellos les vale que tengan bloqueos hasta quince días; estamos siendo afectados somos los que trabajamos día a día…Ya estamos coordinados y bloqueo que hagan, nosotros lo vamos a ir a desbloquear. Y unos 48 cantones no van a decidir por un pueblo, nosotros somos el pueblo” (La Hora 18/08/21).

Días después se dio a conocer en las redes sociales que el presidente del Congreso de la República, el oficialista Allan Rodríguez, estuvo presente el 27 de julio en el mercado La Terminal, reuniéndose con los líderes de los comerciantes; tanto el congresista como los vendedores reconocieron que se dio esa reunión, pero que no fue para coordinar acciones contra los manifestantes.

Cabe mencionar que no sería la primera vez que los dirigentes de los comerciantes de este mercado salen en defensa de un gobierno. En mayo de 2018, cuando la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y el Ministerio Público dirigido por Thelma Aldana acusaron formalmente al partido del presidente Jimmy Morales (FCN-Nación) y a reconocidos empresarios de financiamiento electoral ilícito, los directivos de estos comerciantes organizaron una manifestación de apoyo al corrupto gobernante. Luego se supo que muchos vendedores desconocían el motivo de la marcha, pero que tenían obligación de asistir, so pena de que les cerraran su local por un mes y les multaran con Q 500 (El Periódico 03/05/2018).

Los cabecillas que se han turnado para dirigir el comité que organiza a los mercaderes de La Terminal se han caracterizado por tener alianzas con los gobiernos de turno y con las autoridades de la Municipalidad de Guatemala, negociando con ellos el monopolio de ciertos servicios del sector que les generan ganancias. Además, desde hace años han organizado escuadrones que han asesinado a ladrones y rateros que merodean el mercado y de paso sirven para intimidar a los comerciantes.

En las redes sociales, personas que están a favor de las acciones de las organizaciones indígenas y campesinas se han lamentado de que el gobierno ponga a pelear “pueblo contra pueblo”. Debemos estar claros de que la burguesía siempre tiene una base social que le apoya y le sigue, que constituye la base de su dominio, junto al ejército, la iglesia y los funcionarios del Estado. En casos extremos, de crisis social y económica, la burguesía recurre a bandas armadas de la pequeña burguesía y el lumpenproletariado para atacar violentamente a las fuerzas que están del lado de la revolución. Este fue el caso de los nazis en la Alemania de los años 30 del siglo XX. En Chile durante el gobierno de la Unidad Popular los camioneros cumplieron esa función reaccionaria. En Guatemala, la oligarquía recurre a los sectores políticamente más atrasados para encontrar apoyo y amenazar a los grupos sociales que manifiestan en su contra; en ocasiones han sido los maestros que siguen a Joviel Acevedo, en este caso son los comerciantes de La Terminal, un sector de la pequeña burguesía que defiende sus intereses pactando con el gobierno de la oligarquía.

Los revolucionarios debemos desarrollar un programa de lucha democrático revolucionario que incluya las demandas más sentidas de la pequeña burguesía empobrecida, para atraerla a nuestro lado, arrebatándola de la influencia de la burguesía. Pero estamos claros de que los sectores más políticamente más atrasados se identificarán con sus opresores y servirán a sus intereses.

Pero si llegara a concretar la amenaza de los comerciantes pro gobierno, habría que pensar en la formación de comités de autodefensa para proteger las manifestaciones.   

Las protestas del 19 y 20 de agosto

Tal como lo habían anunciado, las organizaciones indígenas, campesinas, estudiantiles y urbanas realizaron nuevamente acciones al cumplirse el ultimátum que habían dado a Giammattei y Porras, pero esta vez fueron menos nutridas y menos impactantes que las de finales de julio e inicios de agosto.

El jueves 19, los grupos iniciaron con un bloqueo en la Calle Martí, zona 6 de la capital, y dos bloqueos de carreteras, en Tecún Umán, San Marcos y Camotán. Al punto de la Calle Martí donde se realizaba la protesta acudieron varios camiones acarreando comerciantes de La Terminal armados con palos, tubos y machetes, dispuestos a disolver por la fuerza a los compañeros. Elementos de la Policía Nacional Civil habían formado una valla e impidieron que se dieran enfrentamientos. Los manifestantes abandonaron el lugar y se dirigieron en una marcha hacia el Congreso de la República.

En el sitio del bloqueo en Camotán, departamento de Chiquimula, se dio un enfrentamiento con elementos de la policía, que dejó 22 agentes heridos, sin que los medios reportaran manifestantes lastimados.

El viernes 20 las organizaciones indígenas bloquearon cuatro puntos en las carreteras del interior, y una marcha recorrió el centro de la capital.

Por su parte, el Comité de Desarrollo Campesino (CODECA), que realizó importantes acciones el 9 de agosto en alianza con el Consejo del Pueblo Maya, aún no convoca a nuevas protestas, persistiendo en su falta de coordinación con las otras organizaciones indígenas.

Por la elaboración de un programa unitario de lucha

Aunque las dirigencias no lo reconocen en sus declaraciones, es evidente que las acciones del 19 y 20 de agosto no estuvieron al nivel de las anteriores. Es posible que estén en un proceso de reagrupar fuerzas para realizar acciones más contundentes para mediados de septiembre, en ocasión del bicentenario de la independencia, que ha sido denunciada por las organizaciones indígenas como una pretensión de las élites depredadoras de perpetuar el colonialismo y la esclavitud de los pueblos originarios. El tono beligerante de las declaraciones no ha bajado.

Insistimos en la importancia que tiene la incorporación de los trabajadores asalariados al proceso de lucha, mediante múltiples acciones que afecten al corazón de los negocios de la oligarquía. Invitamos a los compañeros y compañeras de CODECA que dejen a un lado sus reticencias y coordinen sus acciones con el resto de organizaciones, confluyendo en un plan de lucha que retome las demandas más sentidas de la población oprimida y explotada contra el gobierno corrupto de Giammattei.