Por Leonardo Ixim

La composición del nuevo congreso muestra una legislatura aún más fragmentada que repercutirá en vitales decisiones estratégicos para los grupos de poder como en la elección de magistrados para la Corte Suprema de Justicia (CSJ), las Cortes de Apelaciones y el Tribunal Supremo Electoral (TSE), así como una serie de leyes impulsado por el gobierno central y el partido oficial para promover los intereses empresariales

Lo que parecía que la novena legislatura recién iniciada iba a existir una aplanadora por los 51 diputados electos por la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE); desde los primeros días a la hora de conformar la Junta Directiva las fuerzas de derecha al igual que hicieron con el anterior  partido oficialista, en esta ocasión  respaldaron para lograr una mayoría al actual partido en el gobierno VAMOS, imponiéndose en el control del Organismo Legislativo, siendo el diputado Allan Rodríguez de ese partido presidente de este órgano estatal.

El bloque oficialista está conformado por una serie de partidos entre los que destaca la Unión de Cambio Nacional conformado por caciques dedicados al narcotráfico, Visión Con Valores (VIVA) de orientación fundamentalista evangélica, el Partido Unionista feudo de la familia Arzú, Todos del archí-corrupto Felipe Alejos y Valor de la hija del militar genocidio Ríos Montt, Zury Ríos Sosa, así  como el ex partido oficialista FCN-Nación, Prosperidad Ciudadana, Podemos; el ala del tránsfuga Fidel Reyes Lee de Bienestar Nacional (BIEN), el Partido Humanista Guatemalteco.  Y un diputado del Partido de Avanzada Nacional (PAN) cascaron de lo que fue un intento de armar un partido expresión de la oligarquía.

Así la UNE se fracturo donde seis de sus diputados votaron por la planilla oficialista y con la elección de magistrados para la CSJ y las Cortes de Apelaciones esta fractura pareciera que ira recorriendo la bancada de ese partido,  con repercusiones serias a nivel nacional en que ha sido desde su fundación a inicios del siglo, lo que mejor se podía acercar a un partido institucionalizado.

Esta situación se hizo patente cuando la ex candidata presidencial de esa agrupación Sandra Torres Casanova le fue eliminada su inmunidad al terminar el proceso electoral y el Ministerio Publico procedió a vincularla penalmente en una investigación por financiamiento ilícito en 2015, decretando prisión domiciliar. Por aparte el Registro de Ciudadanos y la Inspectoría General adscritos al TSE prosiguen con el  proceso de documentación para evidenciar como el partido UNE por financiamiento no registrado y posiblemente cancelarlo.

Sin embargo estas dos aristas relacionadas, afectan a distintos actores en el seno de la UNE mostrando tal división entre la ex candidata y los principales diputados de la bancada, como Carlos Barreda, Orlando Blanco, Mario Taracena y Karina Sosa; los primeros dos procedentes de organizaciones ex insurgentes y que lograron darle sustento territorial con las bases de la ex guerrilla; mientras que los últimos dos con orígenes en diversos partidos burgueses. Al grado que Torres estaría buscando que se cancelara su aun partido y tener libertad de influir en la selección final para elegir jueces y magistrados en el Organismo Judicial

En este caos aparece Gustavo Alejos ex secretario privado del gobierno de Álvaro Colom de la UNE, ex financista de ese partido y   pese a que esta privado de libertad por delitos de financiamiento ilícito,  es descubierto reuniéndose con comisionados,  diputados y candidatos, para influir en la  designación de jueces y magistrados, que posiblemente junto a Torres busquen formar otra agrupación.

Por otro lado la oposición está conformado por la mayoría de la bancada de la UNE, CREO cercano algunos núcleos de la oligarquía denominado “modernizada”, Victoria vehículo electoral de un clan  familiar de apellido Rivera, Semilla influenciado por el ala procree del imperialismo conformada tras el movimiento denominado la “plaza” en 2015, el otro diputado del PAN, Bienestar -en el ala portillista  de orientación populista-   y la izquierda.   Está conformada por WINAQ y URNG que al tener solo siete diputados se plegaron a la fracción anti-gubernamental debido a que no tienen fuerza numérica,  pero que refleja también la incapacidad de  lograr un esfuerzo unitario Todos estos partidos por su parte han denunciado que la alianza oficialista les bloquea diversas acciones legislativas y sobre todo en torno a la elección de los funcionarios judiciales.

El Movimiento para la Liberación de los Pueblos  y su diputada Vicenta Jerónimo ha actuado aislado, esta ha sobresalido por tener una actitud austera con respecto a las dádivas que reciben los congresistas rechazando estas, pero su partido por su sectarismo tampoco ha podido influir junto a WINAQ y URNG,  en la conformación de un bloque de izquierdas, que aunque pequeño y que podría hasta jalar a diputados de Semilla, sería una fuerza independiente a favor de los intereses de las clases trabajadoras y de los pueblos.

Ante la embestida neoliberal y reaccionaria promovida desde el gobierno actual y por distintas fuerzas conservadoras, es importante que el movimiento popular busque espacios de articulación y presione a los congresistas de izquierda y de algunos partidos progresistas,  a que asuman una postura y frene estas acciones anti-populares.