Por Armando Tezucún

Los compañeros y compañeras médicos del sistema de salud público llevan ya tres meses y medio de firme lucha, pese a las amenazas represivas del ministro de salud Carlos Soto. Fue el 25 de julio cuando por medio de una marcha iniciaron las acciones de hecho reclamando incrementos salariales y otros beneficios, que hacía ya 16 meses venían planteando a las autoridades del Ministerio de Salud, y a partir del 13 de agosto, ante la falta de acuerdos con el ministro y el presidente Jimmy Morales, se empezó la suspensión de la atención en las consultas externas. Hasta ahora se han sumado al movimiento profesionales de la salud de los centros hospitalarios de 22 departamentos del país.

La demanda inicial, que incluye el traslado de los médicos por contrato a plaza fija bajo el reglón 011, y el establecimiento de la Carrera Administrativa del Profesional de la Salud Pública, proponía una tabla de diferentes incrementos salariales según 18 categorías de puestos laborales. El 25 de septiembre los compañeros, ante la testaruda cerrazón de las autoridades, hicieron una nueva propuesta: los profesionales que ganen menos de Q 6 mil tendrían un incremento salarial del 100%; los que ganan de Q 6 mil a Q 15 mil un aumento del 75%; y para los que ganan más de Q 15 mil un 50%. Esto implica cerca de Q 601 millones adicionales al presupuesto de salud, para beneficiar a cerca de 7 mil médicos.

Luego de varias propuestas de parte de las autoridades, que fueron rechazadas por el Comité Ad Hoc que dirige la lucha de los compañeros, el ministro Soto hizo una propuesta acompañada de una maniobra para dividir a los trabajadores de salud.

Desde el 30 de agosto empezó a negociar un aumento salarial con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud de Guatemala (SNTSG), el sindicato mayoritario del sector, afiliado al Frente Nacional de Lucha. El acuerdo final de las negociaciones, anunciado el 7 de noviembre, consiste en un incremento del 15% para los trabajadores con un salario menor a Q 7,250; del 8% para quienes devengan entre Q 7,250 y Q 15 mil; el 5% para los trabajadores del reglón 031; y un 2% para los salarios por encima de Q 15 mil. Este beneficio sería para todos los trabajadores del Ministerio, unos 57,560. Según el ministro Soto, los médicos recibirían esos incrementos, argumentando que el Pacto Colectivo debe abarcar a todos los empleados de salud, galenos incluidos. Para el Ministerio de Salud este nuevo pacto implica un gasto extra de Q 460 millones, que el ministro informó que los puede reasignar de fondos de diversos programas en el presupuesto del próximo año. Además, se está negociando el traslado de más de 5 mil empleados por contrato a plaza fija, de lo cual se esperan resultados en los próximos meses.

Si bien el nuevo pacto colectivo implica indudablemente beneficios para los trabajadores del sector, es lamentable la actitud del SNTSG, de no haber tomado en cuenta que los médicos han estado planteando desde hace meses sus propias demandas, con incrementos diferentes. La división y falta de acuerdos entre los diferentes sectores sindicales de la salud están resultando dañinas para el movimiento en su conjunto. En conversaciones con dirigentes sindicales del sector, se nos ha expresado que hay una separación entre los trabajadores de servicio, enfermeras, personal administrativo, etc., y los médicos y profesionales especializados, a quienes acusan de sentirse superiores al resto de trabajadores de salud. El resultado ha sido que la actual lucha de los galenos no ha tenido el apoyo del resto de compañeros salubristas; y lo mismo ha sucedido cuando el SNTSG declara la huelga, los médicos, salvo raras excepciones, permanecen indiferentes. 

Ahora el pacto firmado por el Frente Nacional de Lucha no solo boicotea las demandas de los médicos, sino que implica recortes de fondos de programas importantes como la formación del personal, la promoción de la salud y medicina preventiva, y  la atención médica a pacientes con enfermedades de diversa índole.  

Si bien es cierto que el monto demandado por los médicos es mayor que lo que implica el pacto, los compañeros se están concentrando ahora en hacer presión al Congreso para que incluya los Q 601 millones como un incremento al presupuesto de salud 2019, no en base a recortes de programas importantes. Para ello instalaron un plantón permanente en las afueras del Congreso, donde están brindando atención gratuita a las personas que lo soliciten. Así como con esta acción se están ganando el apoyo de la población, se debe hacer el esfuerzo por llegar a  acuerdos con el SNTSG, haciendo un frente común para que ambos aumentos resulten de un incremento presupuestario al Ministerio para el próximo año, sin afectar a la población.