Por Hercilia Cáceres

Luego de más de 17 años, el jueves 6 de septiembre de 2018 se realizó la primera asamblea general de estudiantes convocada por la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU) “Oliverio Castañeda de León”, debido a presiones desde el sector estudiantil en relación con la coyuntura nacional causada por el gobierno de Jimmy Morales. La asamblea representaba un gran reto para el sector estudiantil porque después de casi 2 décadas sin tradición de lucha, ni organización, la apatía era uno de los mayores desafíos que se debían romper y a pesar de los esfuerzos de convocatoria, la presencia estudiantil fue satisfactoria más no masiva.

Las asambleas generales

Se realizaron dos asambleas, una para la jornada matutina a las 12:00 PM y otra las 5:00 PM para la jornada vespertina y nocturna. En la matutina, según datos de la AEU, se alcanzó la presencia de más de 600 personas, esta cifra fue duplicada en la tarde/noche. La asamblea necesitaba escuchar las voces silenciadas, pero en un inicio la metodología propuesta las limitaba, ya que el sector estudiantil fue organizado por unidades académicas, y debía ser una persona la vocera que expresaría el sentir de todo el bloque. Vale la pena recalcar que esa metodología no era completamente representativa, ya que estudiantes de distintas jornadas académicas se hicieron presentes fuera de sus unidades, pero no expresaron sus demandas porque era individuos, no bloques; pero era evidente la necesidad de expresarse y las asambleas se salieron de la línea indicada haciendo uso de la palabra sin orden establecido ¿Cómo limitar el pensar de los estudiantes después de tanto no expresarse fuera de sus unidades académicas?

El descontento era claro, el sector estudiantil estaba molesto y no solo contra el gobierno del país, sino también contra las autoridades del Consejo Superior Universitario (CSU), exigiendo posturas claras, no tibias, ni mucho menos que actuaran servilmente ante las manipulaciones desde el legislativo en contra de las movilizaciones universitarias a cambio de la ampliación presupuestaria que por ley le corresponde a la USAC. Así que un grupo de estudiantes asaltó los techos de la rectoría y quitó una manta de muchos metros de altura de la campaña publicitaria del actual rector Murphy Paiz con la frase: Yo amo la USAC, la  lanzaron desde lo alto, entre aplausos y gritos de victoria; algunos policías intentaron tomarla, pero otro grupo de estudiantes no lo permitió, se plantaron de fuerza mientras la arrebataron siendo una simbólica acción en contra de la tibieza del rector.

Las demandas eran claras, no más comunicados ni manifestaciones desgastantes en la Plaza Central de la ciudad, organizar de primera mano a la comunidad universitaria y después buscar la organización con los diferentes sectores del pueblo guatemalteco. Las principales propuestas fueron: el paro nacional, toma del edificio de rectoría para exigir una sesión extraordinaria, una toma en el Congreso de la República y evitar la aprobación de la ley 5300, además de declararse en asamblea permanente. Otras de las exigencias de los estudiantes radicaron en exigir acciones de hecho a la AEU y respaldarlas cuando fuera necesario, asambleas en las otras jornadas estudiantiles (no se realizaron asambleas generales en el plan sabatino, ni dominical), toma de la universidad y un paro activo de toda la comunidad universitaria, pero ninguna de estas últimas fue tomada en cuenta.

Los estudiantes presionan al CSU

Durante la asamblea del medio día, una representante estudiantil del CSU, pidió apoyo para realizar una toma en rectoría y exigir una sesión extraordinaria en ese preciso momento, ya que el día viernes existía una convocatoria pero se corría el riesgo de que los cobardes representantes del Consejo cambiaran de lugar la sesión. Entre debates, se acordó respetar esa propuesta pero en los hechos fue un sector reducido el que siguió a la representante. Muy similar fue la dinámica durante la tarde/noche, acordándose ocho puntos principales.

Al día siguiente la reunión del CSU estaba programada a las 3:00 PM en la ciudad universitaria, pero como ya había sido previsto, la cobardía del rector y demás representantes, hizo que cambiaran de lugar la sesión que iba a ser realizada en las afueras de la USAC y más tarde fue cambiada nuevamente para realizarse en La Estancia (restaurante sumamente costoso, ubicado en un centro comercial). Los estudiantes presentes en un plantón en el edificio de rectoría se manifestaron en contra, junto con más estudiantes pendientes desde otros lugares, cuando se tomó la iniciativa de manifestarse en las afueras de dicho restaurante. Cuando se llegó a La Estancia, la AEU en compañía de otras agrupaciones se plantaron y gritaron consignas, después ingresaron a exponer su solicitud, pero no se veía avance en la aprobación de las exigencias, por lo que a eso de las 7:00 de la noche ingresaron sin autorización, para replantear el descaro de sesionar fuera de la Universidad, además de hacer presentes las demandadas estudiantiles.

Mientras todo esto sucedía fuera de la USAC, dentro de ella un grupo de estudiantes molestos decidió tomar el edificio de Rectoría para que los consejeros aprobaran las demandas antes mencionadas. La acción se realizó, en su mayoría por estudiantes de la Escuela de Historia, quiénes esperaban respuestas claras y tomar decisiones relacionadas con el edificio, pero en la reunión celebrada corrían rumores de que estudiantes destruían las instalaciones de la rectoría, con la intención de criminalizar al sector estudiantil. Más tarde dos personas, aparentemente trabajadores del rector llegaron a su oficina a retirar 2 bolsas llenas con documentos, levantando sospechas en el numeroso grupo de estudiantes, así que detuvieron a estos dos trabajadores para que rindieran cuentas de los documentos, pero no fue así, de esa manera se dio un enfrentamiento por medio de exigencias a los presuntos responsables de irregularidades, quienes se asustaron por el descontento generado. Cuando enviaron información de las demandas aceptadas se decidió dejar libre la Rectoría.

Las protestas frente al Congreso logran suspender la sesión plenaria

El martes 11 de septiembre estaría por realizarse la tercera lectura de la ley 5300 en el Congreso de la República; recordando que en la pasada Asamblea general quedó como punto realizar una toma alrededor de dicho recinto para impedir el ingreso de los diputados asociados al “Pacto de Golpistas”, el lunes se llevó a cabo una velada artística, convocada por la AEU en el Museo de la Universidad de San Carlos (MUSAC), ubicado frente al Congreso, que inspiraba la democracia y la paz. Dicha actividad tenía como fin último preparar la toma de una calle pacíficamente frente al congreso y de esa manera iniciar el plantón por la democracia y la paz, sin fines de alterar el orden público. Cabe mencionar que a dicha convocatoria asistió un reducido número de estudiantes, pero los suficientes para llevar a flote la actividad indicada.

Por la mañana del martes, las personas que mantuvieron su descanso en el MUSAC se toparon con una fila de policías que protegían el Congreso, por lo que se realizó el llamado para acuerpar la toma de la calle a los estudiantes universitarios y población en general; debido al reducido número no se logró impedir el ingreso de algunos diputados a tempranas horas. Más tarde, aún durante la mañana se hizo presente un grupo más grande de estudiantes, que rodearon las dos entradas que posee el edificio del organismo legislativo, gritando consignas. La sesión extraordinaria del congreso que discutiría la iniciativa de ley 5300 estaba programada para las 2:00 PM, pero por la mañana asistió el ministro de salud a una reunión dentro del Congreso.

A la salida del ministro mencionado, en horas del mediodía, un grupo de estudiantes se manifestó e inició su persecución hasta que éste tuvo que resguardarse dentro de un comercio de zapatos, siendo inmediatamente resguardado por un buen número de policías. Estuvo dentro por algunos minutos mientras decenas de manifestantes rodeaban las afueras de la zapatería, gritando enfurecidos y exigiendo su salida, además de exigir a la fuerza policial que dejaran de resguardar a un asesino de cientos de enfermos en hospitales públicos y centros de salud. Dentro de la zapatería, el ministró expresó frente a los medios de comunicación su temor a la población enfurecida, pero momentos más tarde salió a la sombra de los insultos y se marchó velozmente en su automóvil blindado.

Por la tarde se hizo conocimiento de la suspensión de la sesión por los diputados (esta sería programada para el día siguiente), por lo que inmediatamente la mayoría de los estudiantes, que no superaba las expectativas de la convocatoria desde el inicio, se retiró, dejando a un reducido grupo de personas que esperaban la salida de los diputados aún dentro del Congreso. A la salida de los diputados se realizó un cordón con 2 filas de policías; algunas de las agentes expresaron al jefe policial su descontento en tener que proteger a los diputados, pero acataron la orden de protegerlos. El cordón se rompió gracias a la rabia que sentían los manifestantes que despidieron bajo insultos a los personajes de la corrupción. Por la tarde, esta manifestación fue suspendida por un grupo conocido como “la batucada del pueblo”, conocido por ser un agente desmovilizador del descontento social, que se esconden bajo un traje de consignas que no trasciende en acciones que incidan verdaderamente ante el régimen.

Los estudiantes marchan junto al movimiento campesino

Después, el miércoles 13 estaba programada una movilización por parte del Comité de Desarrollo Campesino CODECA, que sería respaldado por la Asociación de Estudiantes Universitarios, que pretendió ser intimidado por un gran despliegue policial y militar en los alrededores de los lugares donde pasaría la marcha. Mientras, el CSU realizaba una sesión ordinaria con sus representantes en el Campus Central, que se vio interrumpida por un grupo de encapuchados denominados “Organización de Huelga de Dolores”, integrada por un grupo de choque con tácticas paramilitares que buscan reprimir acciones de verdaderos estudiantes. Se presume que el rector Murphy Paiz, tenía conocimiento de esta actuación ya que el día anterior envío un audio a los consejeros informando el posible atraco, recordando que Paiz ha sido un personaje que se posiciona favor de estos grupos. El grupo de encapuchados llevó al Consejo, un mediocre documento en el que “exigen” llamar Non Gratos a Jimmy Morales y el vicepresidente, exrector Jafeth Cabrera.

Más tarde, se acercó un grupo de estudiantes de Agronomía a tomar la sala de sesiones del CSU, sin conocer con claridad sus demandas; lo que evidencia una fractura en el movimiento estudiantil, debido a que la AEU se encontraba acompañando la marcha de CODECA y este grupo en acciones distintas. Esa fractura solo demuestra una inmadurez política en busca del protagonismo mediático, alejada de un interés en conjunto. De la misma manera, el estudiantado ve de manera inestable la posición de los dirigentes estudiantiles que no presentan una postura concisa y digna de ser la consigna de lucha de todo el sector estudiantil.

La manifestación del 20 de septiembre

En 2017, se realizó un "paro nacional" el 20 de septiembre, convocado desde la AEU y el exrector Carlos Alvarado Cerezo, que hizo que un gran porcentaje de la comunidad universitaria saliera desde el campus hasta la Plaza Central, manifestando contra el presidente Jimmy Morales. Este año, ante la expectativa de los diferentes sectores sociales, la AEU convocó una marcha con la consigna de un "Preparo". En la movilización se observó que el número de asistentes de la USAC se redujo considerablemente con respecto a la de 2017, pero se sumaron múltiples organizaciones sociales y otras universidades privadas, repudiando la actual crisis política por la que atraviesa el país. Los sancarlistas, además de exigir la renuncia del binomio presidencial, también gritaron consignas exigiendo el 5% del presupuesto nacional. En esta movilización se hizo presente el CSU gracias a las presiones estudiantiles, repudiando la corrupción cuando todos saben que la mayoría de estos son cómplices de las irregularidades financieras dentro de la USAC.

Luego se recorrer un gran número de kilómetros, se llegó a la Plaza Central, en dónde estaba una tarima con un gran número de personas gritando consignas y expresándose por medio de discursos. Entre los personajes que dieron su discurso se encontraba Murphy Paiz, que fue recibido con abucheos por los asistentes, ya que en múltiples ocasiones se le vincula a casos de corrupción. Movilizaciones como esta dan una esperanza a muchos estudiantes, pero no convencen a otro buen número políticamente más atrasado que no las consideran como acciones que en realidad cambien algo. El hecho de que la Asociación de Ingeniería, junto al Comité de Huelga de esa facultad, marchara por separado, arribando a la plaza al menos media hora antes que el grueso de la manifestación, muestra las varias caras que hay dentro de la universidad. Se debe trabajar para que el gobierno estudiantil dirija el movimiento también hacia acciones reivindicativas que atraigan a los sectores menos politizados, les anime a organizarse y se identifiquen con los más despiertos y conscientes, para lograr un movimiento estudiantil fuerte y unido.