Por Ramona Itzep

De los aproximadamente 15.1 millones de habitantes de Guatemala en el 2012, aproximadamente 3.4 millones corresponden a población adolescente entre las edades de 10 a 19 años y el 51% de la población es menor de 18 años. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud Materno Infantil del año 2002, el 20% de las adolescentes tienen su primera experiencia sexual antes de los 15 años de edad y el 55% la tienen entre los 15 y los 17 años; el 92% no utiliza ningún método anticonceptivo durante la primera relación. Este inicio temprano de la actividad sexual sin protección da como resultado que el 44% de las adolescentes hayan estado al menos una vez embarazadas y que el 40% ya sean madres.

La Sala Situacional del Programa Nacional de Salud Reproductiva del año 2009 nos indica que el 18.5% de los nacimientos de ese año ocurrieron en adolescentes y el monitoreo realizado por el Observatorio en Salud Reproductiva en el año 2012 nos indica que el 25% de los nacimientos ocurridos en los servicios públicos de salud fueron en adolescentes de 10 a 19 años de edad.

Datos reportados por el Sistema de Información Gerencial en Salud del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social muestran que en 2009 hubo un total de 41,529 nacimientos en adolescentes, en el 2010 fueron 44,786, en el 2011 hubo 49,231 nacimientos y en el período de enero a julio de 2012 se contabilizaban 22,067. Entre enero y febrero del 2013 el Observatorio de Salud Reproductiva reporta 112 partos en menores de 14 años.

El Ministerio de Salud, a través del Programa de Salud para Adolescentes y Jóvenes creó hace varios años los “Espacios Amigables para Adolescentes y Jóvenes”, con el objetivo de brindar un abordaje integral a las necesidades de salud sexual y reproductiva de estos grupos de población, por considerárseles grupos vulnerables en una etapa formativa y que ha de moldear su estilo de vida para la etapa adulta. Este abordaje integral se considera clave para el desarrollo social, económico, cultural y político del país. El “Espacio Amigable” es un espacio de intercambio y convivencia para adolescentes y jóvenes, en donde se realizan actividades de información, educación y comunicación en salud, facilitadas por personal de salud, con la participación de otros actores de la comunidad y líderes juveniles, a través de metodologías participativas, los adolescentes y jóvenes aprenden a identificar factores de riesgo, a fortalecer factores protectores y a plantear la toma de decisiones asertivas y la práctica de estilos de vida saludables. Para su funcionamiento los “Espacios Amigables” deben reunir ciertos criterios entre los que se mencionan: accesibilidad geográfica, accesibilidad en horarios, accesibilidad a grupos de mayor vulnerabilidad, privacidad y confidencialidad, perspectiva de género, pertinencia cultural y enfoque de derechos humanos.

Sin embargo, el gobierno no cumple con este plan, muy bueno en teoría. A pesar de constituir un segmento importante de la población, la salud de las y los adolescentes y jóvenes no ha sido una prioridad para las administraciones de gobierno del país, lo que se refleja en las asignaciones presupuestarias a los programas dirigidos a adolescencia y juventud. Es responsabilidad del Estado garantizar condiciones de vida digna para la población, que incluye el derecho a la salud, esto no se cumple en Guatemala.

Estos embarazos y partos en adolescentes y jóvenes, son claro ejemplo de la situación de opresión y la criminalización del ejercicio de los derechos sexuales y derechos reproductivos; entre ellos, falta de acceso a Educación Integral en Sexualidad, falta de acceso a métodos anticonceptivos, Violencia Sexual y la penalización del aborto.

Esta problemática tiene sus raíces en la criminalización de la sexualidad, la opresión del sistema patriarcal y la violencia contra las mujeres que se ejerce desde el patriarcado. Es en los cuerpos de las mujeres en donde se ejerce con mayor fuerza la violencia capitalista patriarcal. Es en este sistema que tiene más de 400 años y que no ha resuelto los grandes problemas de muertes por desnutrición, muertes maternas, femicidios, Violencia Sexual, en donde a las mujeres se nos desvaloriza y se nos ve únicamente como reproductoras, como mercancía cuando somos abusadas y explotadas sexualmente, sin la libertad de tomar nuestras propias decisiones.

Hace falta que las exigencias al Estado sean incluyentes de las demandas de las mujeres y jóvenes en toda su diversidad, y que se exija el cumplimiento de todos los derechos, incluyendo el ejercicio de los Derechos Sexuales y Reproductivos.