Por Ángela Cardona

El 15 de octubre se anunció la firma de un nuevo pacto colectivo entre los trabajadores del sector de salud estatal y el gobierno de Otto Pérez Molina. Sin duda alguna este acuerdo traerá múltiples beneficios a unos 35 mil trabajadores del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social.

Una de las ventajas para los trabajadores es que 17 mil empleados que laboran bajo un régimen temporal serán contratados formalmente, gozando todas las prestaciones de ley. Otra es que los numerosos trabajadores que ganan sueldos por debajo del mínimo serán nivelados para estar acordes con las leyes laborales. Por otro lado, todos los bonos salariales que hasta ahora recibían los empleados serán unificados de modo que hagan parte del salario base; de este modo, los salarios más bajos ahora ascenderán a Q 4,400.

Sin duda estas conquistas son un gran logro para las compañeras y compañeros trabajadores de la salud. Pero este logro significó un costo político muy alto, pues los dirigentes del Sindicato Nacional de Trabajadores de Salud de Guatemala (SNTSG) y del Frente Nacional de Lucha (FNL), al cual pertenece, se plegaron al gobierno, al igual que desde hace años lo hicieron, no solo con el actual gobierno, sino con el anterior, los dirigentes del principal sindicato magisterial con Joviel Acevedo a la cabeza.

Mientras que en El Salvador, Honduras, Panamá y Costa Rica los trabajadores públicos, en especial los de salud y los maestros están a la vanguardia de las luchas populares contra los gobiernos neoliberales, en Guatemala sucede todo lo contrario. Desde antes de tomar posesión de su cargo, el presidente Otto Pérez Molina implementó la astuta política de neutralizar a los sindicatos públicos, iniciando pláticas con las dirigencias sindicales del magisterio y de salud, para llegar acuerdos haciéndoles concesiones para ganárselas y tener la paz social necesaria para implementar sus políticas a favor de los empresarios nacionales y extranjeros.

Haciendo gala de una torpe visión política, de un cerrado oportunismo, y traicionando a los militantes y dirigentes del FNL y de las demás organizaciones populares asesinados y perseguidos por el actual gobierno, el dirigente sindical Luis Lara (y seguramente detrás de él los funcionarios del FNL), no cabía en sí elogiando al general Otto Pérez, llamándolo “presidente amigo” y “usted está identificado con las clases más desposeídas” (Siglo XXI 15/10/13), durante la asamblea general del sindicato realizada en el Hospital San Juan de Dios. El general no pudo más que reciprocar los cumplidos, diciendo “Muchos quisieran que estuviéramos enfrentados, que ustedes estuvieran en las calles protestando, porque hay detractores que solo saben enfrentar. Aquí hemos encontrado una dirigencia que critica, pero que también propone” (Siglo XXI 15/ 10 /13) y “Les agradezco y le agradezco sus palabras a Luis Lara, que ha dicho que este es un Presidente amigo, me siento honrado con esas palabras y yo les digo a ustedes que son mis amigos, quiero ser amigo de ustedes, para que juntos podamos trabajar y salir adelante con la salud de los guatemaltecos, que es algo tan importante, por eso este pacto colectivo, que finalmente está disponible” (La Hora 24/10/13).

Las vergonzosas alabanzas de Luis Lara hacia Pérez Molina hacen abstracción de la constante represión sindical existente en otras dependencias del Estado y en numerosas municipalidades, de la persecución del gobierno contra las y los dirigentes populares y comunitarios que valientemente se oponen a las empresas mineras e hidroeléctricas que, los estados de sitio y de excepción impuestos por el gobierno, de los continuos desalojos contra comunidades campesinas, de la represión contra los estudiantes de magisterio y de un largo etcétera de injusticias y calamidades que sufre el pueblo guatemalteco.

El Frente Nacional de Lucha y su sindicato de salud ya empezó a realizar concentraciones en las afueras del Congreso para presionar por la aprobación del presupuesto 2013 solicitado por el gobierno, tal como lo hizo Joviel Acevedo y su sindicato magisterial para beneficiar al gobierno de Álvaro Colom.

El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llama a las compañeras y compañeros del SNTSG a oponerse a la lamentable traición de sus dirigentes; convertirse en furgón de cola del gobierno patriota es un alto precio por pagar por las innegables ventajas del pacto colectivo. La implementación del acuerdo con el gobierno tomará más tiempo del que esperan los compañeros trabajadores, por lo que avecinan nuevas luchas en las que las trabajadoras y trabajadores deben exigir a sus dirigentes que rompan con el gobierno y cesen de lamer sus botas.