Por Leonardo Ixim

Después de dos años de trabajo caracterizado por acciones dilatorias de parte de los sectores conservadores de la Universidad San Carlos (USAC), la Comisión Multisectorial Para la Elaboración de Bases y Metodologías de la Reforma Universitaria, completó el documento que servirá de ruta estratégica para implementar el proceso de reforma. Este proceso implica transformaciones políticas, administrativas y académicas de la USAC en el marco del respeto y el derecho de la autonomía universitaria.

Fue un trabajo arduo a causa de las acciones entorpecedoras de los representantes del Consejo Superior Universitario (CSU), respaldado por los representantes de escuelas no facultativas y centros universitarios del interior del país, por la Asamblea de Colegios Profesionales e inicialmente por el Sindicato de Trabajadores de la USAC (STUSC), quienes se separaron de la comisión y presentaron una propuesta antidemocrática. En el caso del CSU, esto implicaba una violación a los acuerdos firmados con Estudiantes Por la Autonomía (EPA) hace dos años.

Por otra parte, los representantes estudiantiles de EPA, de los grupos organizados de mujeres y del movimiento universitario maya,  siempre estuvieron a la vanguardia en lo que se refiere a plantear un movimiento de reforma incluyente y realmente transformador en base al derecho a la educación superior pública. A partir de ese papel, se logró consensuar con los docentes progresistas una propuesta de avanzada.

Al interior de EPA (conformada por una alianza de grupos estudiantiles) hubo diferencias sobre todo con los colectivos de las facultades de ingeniería y ciencias económicas, los cuales se retiraron del proceso, quedando solamente representantes de las escuelas de historia y ciencia política, quienes mantuvieron vivo el espíritu con que se conformó tal colectivo. Sin embargo esta situación repercutió en la composición interna de dicha agrupación, la cual sufrió resquebrajamientos, como se evidenció en la reciente y fallida toma de parte de estudiantes autodenominados EPA.

El lamentable papel de los representantes iniciales del STUSC, que respaldaron a la patronal, fue modificado tras las elecciones de directiva realizadas en julio pasado, en las que ganó una planilla clasista e independiente; esta nueva directiva cambió a sus representantes, que apoyaron la propuesta. La Asamblea de Presidentes de Colegios Profesionales por su parte, quedo desgastada a su interior, profundizándose una tendencia de falta de representatividad de esta directiva con sus agremiados; los directores de escuelas y centros universitarios en la Comisión perdieron todo tipo de legitimidad, pues en varias de estas unidades académicas hubo elecciones, ganando sectores democráticos.

Ahora que el documento fue presentado ante el CSU, éste no puede rehuir su responsabilidad, tiene que aprobarlo sin cambios, desconocer la otra propuesta y echarlo andar. Por la naturaleza del acuerdo firmado con EPA y del proceso, caracterizado por ser constitutivo y participativo, el CSU tiene que apoyar la implementación de la etapas siguientes, sobre todo la de precongreso, cuya finalidad es elaborar un diagnóstico por unidad académica orientado por un planteamiento general acerca del papel de la universidad para con la sociedad.

Los sectores universitarios democráticos deben fortalecerse como movimiento ético y académico en un diálogo con las organizaciones populares; aquí el estudiantado tiene que asumir el papel de vanguardia para lograr una universidad vinculada con la clase trabajadora.

Por último, cuestionamos la forma en que se realizarán las elecciones  para la nueva directiva de la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU), cooptada por intereses de derecha, pues como resultado de los espurios acuerdos con que finalizó la toma del campus a mediados de agosto, se abren las posibilidades para que el CSU intervenga vergonzosamente. Éste decidió formar, junto a la desprestigiada Junta Directiva de AEU, una comisión para garantizar la supuesta transparencia en las elecciones. Esto es una violación flagrante a la autonomía universitaria y al principio de cogobierno. En ese sentido llamamos a los colectivos estudiantiles a denunciar esta monstruosa situación, pues consideramos urgente una reforma a la estructura de la AEU, lograr su democratización y que acompañe el proceso de reforma universitaria.

Llamamos pues al estudiantado a movilizarse para impedir que el CSU altere el documento entregado por la comisión de reforma, organizando comités pro reforma universitaria en todas las unidades académicas, y en defensa de la autonomía del movimiento estudiantil, rechazando la injerencia de las autoridades en los asuntos de la AEU.