Por Mario Carranza

Según la Organización de la Naciones Unida (ONU) existen  más de 476 millones de pueblos indígenas que viven en 90 países de todo el mundo, lo que representa el 6,2% de la población mundial. Según el Sistema de Integración Centroamericana (SICA) a nivel de la región existen  más de 60 pueblos originarios que representan cerca del 20% de la población total de Centroamérica. Según estimaciones del Banco Mundial las poblaciones indígenas ocupan un 15 del territorio mundial. Vale aclarar que estos datos referente a las poblaciones indígenas están sesgados a partir de intereses de la clases hegemónicas y de sus   gobiernos así  por ejemplo en el caso de El Salvador el último censo del 2007 reportaba que del total de la población salvadoreña (6, 218, 000)  solo  un 0,23% es indígena, mentira más grande del oficialismo  quien quería  borrar de las estadísticas a las poblaciones indígenas.

Un día para visibilizarnos

Nuestra apagada voz a duras penas y a regañadientes es escuchada en los fríos y videograbados salones de las diferentes dependencias de la ONU,  bien sea en Nueva York o quizá en Suiza, al final y al cabo  es lo que menos importa. Lo importante y novedoso es que,   por caprichos  de unos y presiones  de otros  se termina aprobando el 9 de agosto como el día internacional de los pueblos indígenas, mas a pesar de que en casi  de un centenar de países existimos los indígenas,  la gran mayoría de los gobiernos hacen oídos sordos a nuestras peticiones,  y  en vez de escuchar las demandas planteadas por nuestros espirituales hermanos y hermanas,  doctos en los temas indígenas , estos son sistemáticamente  perseguidos,  capturados y reprimidos y luego de ser la mayoría de las veces  brutalmente torturados,  por defender nuestros Derechos  Humanos y nuestros derechos como indígenas y como si eso fuera poco, las legislaciones de  cada estado,  hechas  están  a la medida de la brutal  ambición de la clase  dominante, la que históricamente ha  creado y condena a nuestros abuelos y abuelas mártires a un puñado de años de cárcel como para hacerles  disque un escarmiento. Mas esos conceptos ya no hacen mella en nuestra conciencia pues nosotr@s los pueblos indígenas no olvidamos.

Como indígenas herederos y dueños  de  nuestros territorios ancestrales exigimos respeto

Las enclenques democracias  de Centroamérica y del mundo  parecen desquebrajarse cada vez más con cada cambio de gobiernos, los cuales,  más que perseguir el bienestar de las grandes mayorías; se dedican con sus sangrientos  regímenes a complacer la eterna  voracidad  de unos cuantos, llamados clase dominante,

Estos tristes conceptos con sus pocas letras que les forman nos hacen tanto daño y nos niegan casi todo, muchas veces hasta nuestra existencia y si no veamos a nuestros abuelos Anastacio Mártir Aquino, de los Nonualcos 1833, Feliciano Ama, Luna y Marti del pueblo Nahua pipil 1932, y los más de 75 mil herman@s que ofrendaron sus vidas del 80 al 92 para que hoy sigamos igual o peor que antes. Y como dice un conocido mío "y así como pues".

Cada vez que un grupo quiere ser clase dominante de los países centroamericanos, terminan llevándonos de encuentro en sus luchas por el poder y robando parte de nuestros territorios.

Florecer de las luchas

Si no saber del 9 de agosto nos da más derechos y autonomía a nuestros pueblos,  bien venido sea. No  se dé  que sirve que se hable de tanto de derechos indígenas si en las comunidades  indígenas nuestras hijas e hijos viven en el analfabetismo y que por más que se llenan la boca los gobernantes y su gobierno diciendo, "cero analfabetismo". Resulta que todo es populismo tercermundista, aplicado con más énfasis  en toda nuestra  sufrida pero  valiente  Abyayala.

Ante tanto genocidio, abuso, exclusión y despojo los pueblos originarios seguimos en pie de lucha y hoy más que nunca nuestra primavera indígena tímidamente pero fortalecida con cada sol que nos  amanece se irá haciendo una realidad, la nueva realidad de nuestras hermanas y hermanos indígenas en todo el mundo.

Como hijos agradecidos defendamos a  madre tierra

Que el 9 de agosto no sirva solo para medio recordar a nuestros abuel@s, herman@s de los pueblos indígenas; sino también para interiorizar que antes que nosotros  existió y sigue existiendo  la gran dadora se vida nuestra nantal, pachamama, mamacaca o como nosotr@s le conocemos la gran madre tierra .

Esa que a diario e independientemente del color, credo o nacionalidad impuesta muy gustosa y abundantemente nos da de comer, por tanto debemos cuidarla y protegerla siempre ya que somos ella y  ella somos tod@s..

Vivan las comunidades indígenas que aún a costa de su propia vida se mantienen en acérrima defensa de sus territorios.

Y porque todos somos 9 de agosto, somos madre tierra y somos indígenas.. vivan los pueblos indígenas