Por: Alberto Castro

El atraso en la elección de los magistrados de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) devela las fricciones de interés entre las dos fuerzas políticas mayoritarias del régimen, es decir, entre ARENA y FMLN, para quienes resulta de mucha importancia el escogimiento de magistrados.

La salida de los cinco magistrados del periodo (2009-2018), cuya función fue caracterizada por fallos en contra del FMLN y en una clara posición a favor de ARENA, abrió una fuerte pugna por cuotas de poder. El FMLN intenta aprovechar la oportunidad para heredar, al cierre de su segunda gestión presidencial, una Sala Constitucional balanceada, que le sea pertinente, sobre todo ante la posibilidad que prosiga el desgaste electoral en el futuro inmediato. Por su parte, ARENA quiere seguir contando con la fidelidad de este tribunal, que le es de mucha importancia política, gracias a las facultades constitucionales que posee, por medio del cual podría continuar poniendo frenos a sus rivales políticos. Mientras se produce la elección, las partes negocian y discuten, pero los trabajadores y el pueblo salvadoreño son tratados como observadores distantes del proceso electivo.

Los magistrados salientes

Sídney Blanco, Rodolfo González, Belarmino Jaime y Florentín Meléndez fueron los magistrados electos en el 2009. Blanco reconoció que los nueve años de funciones fueron de “mucha intensidad” porque afrontaron temas en el ámbito político, electoral y derechos sociales. Destacó que entre las sentencias emitidas está la inconstitucionalidad de la Ley de Amnistía. “Se revive los derechos de las víctimas. Es una sentencia cuyo punto principal son las víctimas y el acceso a la justicia, verdad y reparación integral”.

Pese a ello, no han sido aperturados casos loables contra criminales de la guerra civil. Otros fallos donde se dieron choques con el FMLN fueron: la declaración de inconstitucionalidad de una emisión de bonos por $900 millones y la eliminación de los 84 diputados suplentes de la Asamblea Legislativa. 

La importancia del tribunal constitucional

La Sala de lo Constitucional es el único tribunal creado por la Constitución de la Republica de El Salvador, para dirimir las posibles controversias entre los llamados ’’poderes del Estado’’ (art.174.-Cn), en concordancia con el principio de la supremacía constitucional, que se concreta bajo el sistema de control judicial de la constitucionalidad de los actos normativos, o sea, de justicia constitucional, tanto de carácter difuso (en cada juzgado) como de carácter concentrado (en la propia Sala Constitucional). De esta manera, las formas de protección de la Constitución, acogidas por el ordenamiento jurídico salvadoreño, se dividen en un control concreto o difuso y un control abstracto o concentrado.

En el primero de los casos, se faculta a los distintos jueces ejercer una parte de esta justicia constitucional en los casos particulares que les corresponde decidir (art. 334.-Cn); para el caso del control concentrado compete a la máxima instancia de la jurisdicción constitucional, el control de la constitucionalidad de los actos dictados en ejecución directa e inmediata de la Constitución o que tengan rango de Ley. A partir de allí, se despliega la supremacía constitucional, la cual, en algunos casos, es competencia de la Sala de lo Constitucional, único tribunal con la facultad de determinar la constitucional o inconstitucionalidad de la Ley y/o actos subjetivos, amparo constitucional; y exhibición personal (hábeas corpus).

Detrás del formalismo jurídico constitucional se enhiesta el esparcimiento del terreno político donde las funciones dadas a la Sala Constitucional dan empuje a la presteza estatal, de ahí la importancia que tiene para las fuerzas políticas preponderantes del régimen que su vez son la expresión de facciones burguesas, contar con magistrados a su servicio. Bajo estas circunstancias, la elección de magistrados de la CSJ está de antemano supeditada al interés de los grupos de la burguesía, y en ese sentido sometida al poder económico. La autonomía del Órgano Judicial está descrita formalmente en la norma jurídica, no en la realidad política, por lo que los trabajadores y pueblo salvadoreños debemos aspirar y pelar para que sea el mismo pueblo quienes alija directamente los magistrados, para que la elección de magistrados de la CSJ sea vía popular no despótica.