Por Lisandro Espinoza

El Salvador actualmente ocupa el segundo lugar en materia de asesinatos, siendo superado por Honduras, lo que pone la región Centroamericana como una de las más violentas. En el caso de El Salvador, se señala como las principales causantes a las Maras y Pandillas, a pesar que de que está vigente una tregua entre ambas.

El fraude de Arena a los procesos de diálogo con Maras y pandillas

Fuentes periodísticas como el FARO señalan que el proceso de diálogo entre miembros de la Mara Salvatrucha (MS X3) y la Pandilla 18 con los gobiernos no es nada nuevo. Así, refiere que Francisco Flores…dialogó con los líderes de la Mara Salvatrucha acerca de mejoras en las condiciones carcelarias. Antonio Saca…dialogó con los líderes del Barrio 18… Lo anterior es confirmado en el comunicado lanzado por ambas organizaciones fechado 19 de marzo de 2012 en donde señalan “Estamos hartos de políticos corruptos y mentirosos, porque ya hemos sido defraudados en ocasiones anteriores, desde el gobierno de Calderón Sol nos han venido utilizando y pidiéndonos el voto de nuestras familias y a pesar de ello nada se nos ha cumplido”.

La derecha arenera lo que único que ha buscado son votos para ganar las elecciones y no ha estado interesada en dar una solución real al problema de la violencia y delincuencia.

Cuestionable cumplimiento y la estabilidad de la tregua

El gobierno de Funes y del FMLN ha mantenido las políticas areneras en materia de seguridad: planes y leyes represivas y negociaciones incumplidas. En este marco, el gobierno de Funes y del FMLN facilitó ciertas condiciones para una tregua entre ambas organizaciones, que según miembros de las mismas no es ninguna negociación con el gobierno, pues como ellos han señalado, ya han sido engañados por gobiernos anteriores. La no eliminación de la renta, los índices de asesinatos, unido a los ataques y la campaña mediática de la derecha arenera al proceso de la tregua, han llevado a que la población cuestione dicho proceso.

La derecha arenera preventivamente busca evitar un posible apoyo entre dichas organizaciones y cualquier partido político de cara a las próximas elecciones, a la vez que quiere deslegitimar dicho proceso y ganar tiempo para evitar que avance. Además de los intereses políticos, también están los intereses de las empresas de seguridad, quienes han obtenido grandes ganancias con la imparable violencia.

Políticos y religiosos vacilantes ante tregua

Inicialmente muchos buscaban sacar provecho del proceso de tregua, pero debido a los cuestionamientos de la población, representantes de partidos políticos proponen aumentar la represión. Mientras tanto el gobierno defiende tímidamente la tregua y el Fiscal Luis Martínez denuncia la existencia de un contubernio del gobierno con las maras y las pandillas. Por su parte la iglesia católica a través del Nuncio Apostólico del Vaticano, Luigi Pezzuto, inicialmente apoyó la tregua, pero luego los obispos se han distanciado.

Luego José Luis Escobar, arzobispo de San Salvador, durante la celebración de las fiestas patronales, llamó a un acuerdo nacional para detener la violencia, pero no aclaró si un acuerdo de los partidos políticos de oposición y el gobierno de Funes y del FMLN sobre el tema de la tregua o un acuerdo mediante el cual el gobierno asuma una posición desde el Estado con respecto al proceso de la tregua.

Por un acuerdo definitivo entre el gobierno, las maras y las pandillas

Mientras las acciones de las maras y de la pandilla no tengan como blanco de sus acciones a la clase dominante, a los imperialistas y altos funcionarios de gobierno y que los intereses económicos de estos no se vean afectados, el gobierno no asumirá de manera responsable un acuerdo; mientras, el pueblo seguirá sufriendo las consecuencias y los partidos políticos haciendo de ello una promesa de campaña. Todos los planes represivos implementados por los gobiernos areneros y el actual han demostrado ser ineficaces. Dialécticamente dichas organizaciones se ha fortalecido para poder sobrevivir; podría decirse que hasta han llegado a una equiparación de fuerzas.  

En estos momentos se debe exigir al actual gobierno que asuma desde el Estado la tregua y abra un proceso de diálogo y negociación que llegue a un acuerdo definitivo entre el gobierno, las maras y las pandillas, mediante el cual se le ponga fin a las acciones en contra de la población. Mientras tanto la clase trabajadora, campesinos, pueblos originarios y demás sectores populares debemos organizarnos y prepararnos para combatir a los capitalistas e imperialistas que son la causa estructural de la violencia, delincuencia y de la actual situación económica.