Fórmula presidencial del FMLN 

Por Adrián Mendoza

En las anteriores elecciones presidenciales el pueblo salvadoreño logró sacar a la derecha arenera del gobierno. El FMLN hasta la fecha ha perdido la oportunidad de implementar un programa revolucionario que de soluciones reales a las diferentes problemáticas que afectan a la población salvadoreña, dando infinidad de pretextos, aun los aspectos presentados en el plan de gobierno de Funes, que en cierta medida beneficiarían no han sido ejecutados.

El país que quiero: un país sin explotadores

En este nuevo evento electoral la dirección del FMLN ha lanzado su plataforma de Diálogo de País, la cual busca la construcción del programa de gobierno "El Salvador que queremos, alrededor del mismo se ha conformado el Consejo Nacional Ciudadano Consultivo conformado por personalidades de la vida nacional, empresarios, profesionales, académicos, intelectuales y artistas, entre los que están: Marcos Rodríguez Director Ejecutivo, Nelson Vanegas, Presidente de la Asociación Salvadoreña de Empresarios del Transporte de Carga ASETCA, Julio Cesar Villagrán Director Ejecutivo de la Asociación Salvadoreña de Productos de Petróleos (ASPP), Lilian Vega jefa del departamento de economía de la Universidad Centro Americana José Simeón Cañas (UCA), Mauricio Escalante, Presidente del Colegio de Profesionales de Ciencia Económicas (COLPROCE), Roberto Argüello, Presidente de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de El Salvador (ASIA), Felipe Rivas, Consultor experto en Educación, Mario Nieto Lobo, Rector de la Universidad de El Salvador (UES), Cesar Menéndez, Artista Plástico, y Fabio Castillo,..”( http://voces.org.sv. ABRIL 17, 2013).

Ningún diálogo y negociación con los capitalistas

Parece paradójico que el FMLN esté consultando a la población cuáles son sus necesidades si ya sabe qué es lo que la clase trabajadora, los campesinos y demás sectores populares necesitan. Lo único es que la dirección del FMLN, para asegurar el bienestar de las grandes mayorías, tendría que enfrentarse a las cúpulas empresariales y al imperialismo. A esto la cúpula dirigente del FMLN pareciera no estar dispuesta. Así lo refleja lo manifestado por Nayib Bukele, quien expresó: “Se ha roto el paradigma, está claro que el FMLN apoyará a los empresarios y ya los empresarios saben que pueden tener buenas relaciones con el FMLN…según señala el medio electrónico informativo: “En el estirar de brazos hacia el considerado “sector creador de la riqueza”, los oficialistas están promoviendo la creación de un grupo empresarial en sus entrañas, que tendrá por propósito tres asuntos: colaborar en la plataforma programática del programa de gobierno que ofertará la dupla presidencial, movilización de recursos financieros para la campaña – que inicia en agosto de este año – y el establecimiento de una “mesa nacional” que impulsará, en caso de ganar el Frente los comicios, un pacto “público - privado”.( http://contrapunto.com.sv/partidos/efemelenistas-disminuyen-brechas-con-empresarios).

Por su parte Oscar Ortiz señala que “Muchos empresarios han perdido la confianza en partidos conservadores, hoy están viendo a un FMLN más consistente, más serio y en la medida que pase el tiempo veremos más ese acercamiento entre FMLN y un grupo importante de empresarios”.

Preparemos la lucha

Muchas de las personas que dieron su apoyo crítico al FMLN y a Mauricio Funes, han terminado desencantándose, pero no se debe caer en el derrotismo; hicieron la experiencia y ahora lo que queda es trabajar en el fortalecimiento de las organizaciones revolucionarias de izquierda.

Estamos ante una recomposición de la clase dominante, nuevos núcleos económicos dominantes han surgido y con ello también sus organizaciones políticas. Al momento la realidad ha demostrado que ninguno de los partidos representados en el Legislativo y el Ejecutivo defiende los intereses de la clase trabajadora.

Todavía muchas personas creen que el FMLN podría ser la solución, lo cual nos presenta un desafío a las organizaciones revolucionarias de izquierda. Debemos debatir y votar una política de cara a las elecciones del 2014, debemos luchar por la independencia de clase de las organizaciones.