Por José René Tamariz

La educación, previo a la pandemia de la Covid-19 tenía una serie problemas, tales como, la exclusión estudiantil del sistema educativo, la repitencia, el fracaso escolar, escuelas y colegios en mal estado, condiciones de inestabilidad en el personal docente debido al alto interinazgo, trabajo en diferentes instituciones y sobrecarga laboral que provoca el denominado “síndrome del quemado”, así como un conjunto de problemas, gran cantidad de estudiantes por grupo con adecuación no significativa y significativa. La mayoría de estos, lejos de resolverse en el tiempo se han profundizado en tiempos de pandemia. Veamos.

El Ministerio de Educación Pública (MEP) no estaba preparado para adecuar el proceso de enseñanza-aprendizaje en período de pandemia. Todas las políticas de la ministra de educación, viceministros y asesores han sido zigzagueante, erráticas y equivocadas lo cual han conducido al desastre actual, aunque públicamente digan lo contrario.

En marzo del 2020, el MEP suspende las clases presenciales debido al proceso de contagio por el SARS-CoV2, sin embargo, envío a los miles estudiantes y personal de escuelas y colegios sin ninguna planificación. Fue una desbandada sin orden y plan alternativo. Eso fue grave, ya que cada docente continúo realizando sus trabajos, pero a criterio personal con diferentes plataformas y actividades. Nadie sabía cuál era la política educativa del MEP. Sencillamente, el MEP había desaparecido, faltando a sus responsabilidades y actuando contra el derecho a la educación de los miles de estudiantes. Cuando se suspendieron las clases en el mes de marzo, la mayoría de las escuelas y colegios se preparaban para realizar la primera prueba del primer trimestre. Entonces, lo correcto era realizar a distancia ese examen para generar la primera nota y posteriormente organizar y programar diversas actividades escolares.

Fue hasta después de un mes, luego de semana santa que, de forma improvisada, se inventaron la llamada “educación a distancia” que debía combinar las clases asincrónica y sincrónica con las tareas guías de trabajo autónomo (GTA).  Al mismo tiempo, programó las “famosas capacitaciones” a los docentes, mediante la plataforma de Microsoft denominada Teams. En ese proceso, el MEP se dio cuenta que miles de estudiantes no tenían ni equipo electrónico ni conexión a Internet para poder realizar el proceso de la educación a distancia. Después, de ese “gran descubrimiento”, problema que se conocía desde hace muchos años, se inventaron la entrega en físico de las GTA y el resultado fue que solo un pequeño sector de estudiantes llegaba a retirarla y la mayoría no la retiraba quedándose el montón de guías en las escuelas y colegios, las cuales terminaban en el basurero o en el reciclaje.

Por otro lado, lejos de dirigir y guiar el proceso educativo, creó y provocó un conjunto de confusiones y errores graves entre la población estudiantil en el primer semestre del 2020 diciendo públicamente que los trabajos que se realizaran durante ese período tenían solamente carácter formativo. Qué si el estudiante no realizaba los trabajos no podían perder el semestre, ya que no tenía valor. Entonces, sencillamente miles de estudiantes, acostumbrados a la evaluación con notas no hacían nada y se perdieron. Fue un semestre perdido por la grave irresponsabilidad de la ministra de educación y demás jerarquía del MEP.

Hasta el segundo semestre, la ministra de educación y las demás altas autoridades plantearon que ese proceso educativo iba a tener un valor numérico. Que a las GTA y el llamado instrumento de evaluación sumativo (IMS) se le debía dar un valor y que los estudiantes que la realizaran correctamente podían promoverse al siguiente nivel, pero, tanto a los que les diera una nota inferior a 60 como a los que nunca realizaron ningún trabajo, se les debía dar el derecho a realizar un trabajo denominado estrategia de promoción. Al final, a nadie se podía aplazar ni quedar en el mismo nivel, excepto, solo aquellos casos de estudiantes que no se presentaran a realizar dicha estrategia de promoción. Simple y sencillamente un desastre educativo en medio de la pandemia y los responsables son las altas autoridades del MEP.

Debido a la ola de la pandemia en que nos encontramos, el MEP en unidad con el Ministerio de Salud decidieron suspender las clases desde el 24 de mayo hasta el 11 de julio y enviar a vacaciones forzadas tanto los trabajadores de la educación como a los estudiantes. Nuevamente se vuelve a producir otro grave error del MEP con el proceso educativo, ya que lo correcto era suspender las clases presenciales, pero seguir con las clases a distancia para concluir el primer semestre. Cuando el MEP suspende totalmente todo el proceso educativo en todos los colegios y escuelas se preparaban y disponían a aplicar el segundo instrumento de evaluación sumativa (IES) y, prácticamente, con ese trabajo y su evaluación, los docentes debían proceder a la nota final del primer semestre. Lo correcto era aplicar y evaluar ese instrumento desde la distancia. Y posteriormente entrar a vacaciones de medio año. Pero, ese corte brusco y de largo tiempo del proceso educativo que hizo las autoridades del mes más bien afectó el proceso de enseñanza-aprendizaje. Afectó, principalmente, a todos los estudiantes.

Por otro lado, las contradicciones y confusiones que promueven las autoridades del MEP y del ministerio de salud han y están afectado la educación. Cuando suspenden las lecciones y envían a vacaciones forzadas a los trabajadores y estudiantes lo hacen diciendo que era para contribuir a disminuir el alto nivel de contagio y de muertes por la pandemia. Que esa larga suspensión iba a disminuir la movilización de personas y, por ende, el nivel de contagio. Pero, ahora resulta que haber enviado a las casas a los estudiantes ha incrementado el contagio entre niños y adolescentes, por tanto, hay que reanudar las clases presenciales en el 12 de julio.

De otro lado, recientemente la ministra de educación en conferencia de prensa sostuvo que el 97 de los trabajadores de la educación estaban vacunados y, por ende, van protegidos a las clases presenciales. Sin embargo, eso es falso. Solamente 9,083 funcionarios del MEP tienen las dos dosis de la vacuna contra el coronavirus y 83,053 sólo tienen una dosis de dicha vacuna. Es decir, solamente el 9,85% del personal de educación tiene una mayor protección contra una eventual infección del coronavirus, mientras que el 90,15% apenas tiene una protección del 30% contra la Covid-19. En otras palabras, la mayoría aplastante de trabajadores de la educación corren el mayor riesgo de enfermarse por el virus SARS-CoV2. También es importante y necesario destacar que, con el eventual e inevitable ingreso de la variante Delta del virus de la Covid-19, habrá otra ola pandémica ya que ese virus es altamente contagioso y más dañino que las demás variantes que circulan actualmente en el país. Por otra parte, es necesario señalar que debido a que los miles de estudiantes no han sido vacunados y que, en este periodo, ese sector es el que más se enferma, podríamos estar frente a una oleada de infecciones en diversos colegios y escuelas. Aunque, las autoridades del MEP y algunos “especialistas” sostengan que las escuelas y colegios son lugares seguros porque se siguen todos los protocolos correctamente, lo cierto es que ese planteamiento no es correcto. Hay muchas escuelas y colegios que no cuentan con los recursos económicos para sufragar los gastos en materiales de prevención contra la Covid-19. Existen centros educativos que no tienen el suficiente dinero para comprar jabón en líquido, alcohol en gel, alcohol, papel higiénico, toallas para limpiarse al mano.

De último hay que mencionar el grave problema que siguen enfrentando miles de estudiantes de bajos recursos en cuanto al acceso a la tecnología y al Internet. Son casi unos 400.000 alumnos que siguen sin tener un dispositivo electrónico y conectividad para realizar el proceso de la denominada educación combinada. Este ha sido un problema que se ha vuelto irresoluble por la incapacidad de las autoridades del MEP y del gobierno de Carlos Alvarado. Mientras un puñado de empresarios en colusión con mandos de diversas instituciones como CONAVI y otros se roban miles de millones de colones del erario mediante diversos mecanismos y triquiñuelas, miles de estudiantes carecen de la posibilidad de tener un aparato electrónico e Internet. Con todo el dinero robado al Estado se podría haber equipado a todos esos estudiantes con su equipo y conectividad.

Se puede y se debe resolver de inmediato esa grave carencia de miles de estudiantes, ya que esa situación convierte en letra muerta el cacareado acceso al derecho fundamental de la educación. El gobierno debía haber introducido un proyecto al Congreso y que se le dispense de todo tramite para utilizar los miles de millones de dólares que tiene el fondo nacional de telecomunicaciones (FONATEL). Con esa gran cantidad de dinero se le debe dar a cada estudiante que la necesita una buena computadora y la conectividad para continuar el proceso educativo. Asimismo, el gobierno y el MEP deben hacer un acuerdo con el ICE para que este le garantice a esos miles de estudiantes la conexión gratuita y de bajo costo para que el MEP y el gobierno le pague al ICE. Sino se garantiza esas condiciones mínimas a miles de estudiantes este otro año será otro desastre educativo.