Por José René Tamariz Corea

Recientemente, Carlos Alvarado, presidente electo en la segunda ronda electoral, eligió a la mayor parte de su gabinete de gobierno. Desde su campaña electoral el presidente electo propuso, de forma insistente, su denominado “gobierno de unidad nacional”.  De acuerdo con la conformación y las fuerzas políticas que integraran ese gobierno, en realidad, será un gobierno de unidad de algunos partidos minoritarios (PAC tiene 10 diputados, el PUSC 9 diputados y el FA 1 diputados), en total representan un 35% de los parlamentarios, haciendo la aclaración que no son, el PAC y PUSC, fracciones homogéneas, en cualquier momento algunos de sus diputados pueden romper con ellos. Al no estar el Partido Liberación Nacional (PLN) y el Partido Restauración Nacional (PRN), como fracciones mayoritarias, el carácter de "unidad" tan cacareado de ese gobierno es un engaño y falsedad. El PLN y el PRN no se quisieron quemar y van a jugar un rol de oposición burguesa para capitalizar el futuro desgaste y desprendimientos que hayan de la "unidad" del Gobierno de Alvarado.

Lo que sí está bien claro y cristalino es el carácter burgués neoliberal de ese mal llamado "Gobierno de unidad Nacional". La señora, Edna Camacho, coordinadora del equipo económico del gobierno es una neoliberal ortodoxa, proviene de la Coalición Costarricense de Iniciativa de Desarrollo (CINDE) y de la Academia Centroamericana, una especie de escuela de formación de neoliberales. La señora Rocío Aguilar, ministra de Hacienda, ex contralora de la República y actual superintendente de entidades financieras (SUGEF), es una enemiga de los pluses salariales y de los trabajadores del sector público. El señor Rodrigo Cubero, próximo presidente del Banco Central, es un agente y empleado del FMI, organismo con el cual Carlos Alvarado pretende congraciarse al elegir a este personaje proveniente de su planilla. Ese equipo económico del mal llamado gobierno de “unidad nacional” indica el rumbo económico y carácter anti-trabajador del nuevo gobierno. Todos ellos tienen como su norte la aprobación, a toda costa, de plan fiscal del gobierno saliente, así como la aprobación de próximas medidas para reducir el gasto fiscal, sacrificando los salarios y empleo en el sector público.  

Ahora, si a estos personajes le sumamos a Ottón Solís, asesor principal, de Carlos Alvarado presidente electo, un enemigo a muerte de los trabajadores del sector público a los cuales, con la mayor desfachatez y desprecio, acusa de "vagabundos", conforman un equipo peligroso y temerario, al cual habría que combatir con todas las fuerzas y todos los métodos de lucha para derrotarlos, ya que serán la punta de lanza y ataque del nuevo Gobierno contra los trabajadores del sector público.

Por otra parte, es necesario señalar que mientras a los trabajadores y a sectores populares el gobierno saliente y el entrante, así como los diputados que se fueron y los que entran, pretenden hacer pagar el déficit fiscal, mediante la reducción de sus componentes salariales, el congelamiento salarial y el impuesto a los productos de la canasta básica, un puñado de grandes empresarios de las denominadas grandes empresas territoriales declaran pérdidas para no pagar impuestos, de igual forma cientos de empresarios , utilizando distintas artimañas, evaden a diestra y siniestra los impuestos.

¡No al impuesto del 2% a la canasta básica!

En Costa Rica, según el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC), existen dos tipos de canastas básicas de alimentos (CBA), la urbana compuesta por 52 productos y la rural integrada por 44 bienes. Si se aprobara ese impuesto del 2% a los productos de la canasta básica afectaría, principalmente, a los sectores populares de la ciudad y el campo que, debido a sus bajos ingresos, destinan un gran porcentaje de sus ingresos a la compra de unos pocos alimentos.

En realidad, ese impuesto del 2%, es un impuesto contra los pobres, porque los sectores de clase media y los ricos tienen otro tipo de "canasta especial" que no aparece en las estadísticas del INEC.

Por tanto, debemos promover un amplio movimiento unitario popular y de los trabajadores para impedir que el nefasto combo fiscal sea aprobado por la jauría neoliberal de la Asamblea Legislativa. Hay que arrodillar al gobierno entrante y saliente, así como a los políticos neoliberales del Congreso, mediante un movimiento huelguístico de varios días.

¡Por una huelga general indefinida que derrote el plan fiscal del gobierno saliente y entrante!

La gigantesca marcha realizada el miércoles 25 de abril, producto de una amplia unidad sindical de diferentes organizaciones y bloques sindicales, contra el combo fiscal demuestra la disposición de lucha de los distintos sectores de trabajadores del sector público.

Como una provocación a esa gigantesca marcha, los diputados acogieron la propuesta del Gobierno de imponerle un impuesto del 2% a los productos de la canasta básica.

Esta gigantesca movilización debe constituir el inicio de un movimiento de largo alcance que derrote e impida que ese nefasto combo fiscal se apruebe. Les exigimos a las dirigencias sindicales que convoquen con carácter de urgencia a una amplia asamblea y se vote una huelga de varios días para echar abajo el combo fiscal. No hay salida. Es el lenguaje que entienden los neoliberales.

Hay que arrodillar al gobierno, a los diputados neoliberales de la Asamblea Legislativa que ingresan a partir del 1 de mayo y, de paso a Carlos Alvarado, llegado a presidente por razones circunstanciales, que exige se apruebe ese impopular proyecto fiscal. Los diputados salientes que entregaron sus puestos el 30 de abril no pudieron dejar aprobado el proyecto del combo fiscal en primer debate, entonces esa es una tarea que les quedó a los nuevos parlamentarios. De ahí que es necesario organizar, preparar y lanzar la huelga general contra las nuevas pretensiones de los congresistas.

Todos los dirigentes sindicales les ruegan a las nuevas autoridades que lo único que piden es un diálogo para discutir el combo fiscal. En realidad, ese “dialogó” que tanto solicitan las cupulas sindicales no lo es salida, ya que el gobierno no está dispuesto a echar marcha atrás en la aprobación de ese proyecto fiscal, tal como está, entonces la única salida que tenemos los trabajadores es prepararnos para impulsar la huelga general indefinida.  

¿Es comparable administrar una municipalidad y dirigir el MEP?

A Propósito de la Designación del Nuevo Ministro de Educación. Según Édgar Mora, actual alcalde de Curridabat y ministro de educación designado por el Gobierno de Carlos Alvarado, es comparable administrar esa municipalidad de 75 mil personas y dirigir el MEP, con la planilla más grande del país, unos 82 mil empleados porque ambos son sistemas "complejos". Declara que no es educador ni sabe nada de educación, que llegará a aprender de los educadores. No se trata de prejuzgar a priori, sin embargo, no es con buena voluntad que se puede dirigir el elefante llamado MEP.

El MEP constituye un andamiaje no sólo complejo sino también un conjunto de estructuras y recovecos corruptos, integrados por mandos medios fogueados en el teje y manejo de esa maquinaria que nadie se ha atrevido a desmontar.

Por otro lado, sus declaraciones son ingenuas y románticas, lo cual demuestra su ignorancia del sector educativo. Si no logra entender que la educación ha sido desvirtuada de sus verdaderas funciones, la formación integral de los niños y jóvenes no sabe nada.

No habla ni menciona de la sobrecarga laboral de los docentes: montones de adecuaciones curriculares, significativas y no significativas, PEI anuales, llenados de hojas de adecuaciones, múltiples tareas, rúbricas periódicas, comités, efemérides continúas, festivales de artes, ferias científicas, materia de afectividad y sexualidad sin paga para educadores de Ciencias y un montón de papeleo que han enfermado a los educadores.

Entonces, estamos frente a un personaje que, más allá de su voluntad, desconoce la realidad del sector educativo.