Por José Rene Tamariz

El gobierno de Solís tiene como táctica para enfrentar a los trabajadores de diferentes instituciones públicas y gubernamentales, negociar, golpear y derrotar por separado a sus empleados y organizaciones sindicales. El objetivo de esta táctica es reducir, congelar y eliminar los componentes salariales y otras conquistas laborales obtenidas por los trabajadores públicos a lo largo de varios años.

Lo grave de este proceso de reacción y contra-reforma en los regímenes salariales, convenciones colectivas y empleo público es que el gobierno lo desarrolla y ejecuta, en unas y otras instituciones, a la vista, paciencia, pasividad e incluso complicidad de los dirigentes sindicales, tanto de sindicatos independientes como de los bloques sindicales de Patria Justa y BUSSCO. Veamos algunos casos ejemplares de esta ofensiva y táctica.

La Ofensiva por la Vía Administrativa

En la Universidad de Costa Rica (UCR) se pretende reducir las anualidades de los trabajadores del 5,5% al 3%, reducción que se encuentra en discusión entre el sindicato SINDEU y la administración de esa universidad. En el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), el Consejo Directivo eliminó los pluses salariales a los nuevos empleados e impuso el salario único o global, convirtiéndose éstos en los primeros sacrificados y derrotados de la ofensiva del gobierno. Después seguirán los empleados de más tiempo.

Esta medida la ejecutó dicho Consejo, sin avisar y negociar con los sindicatos del FIT-ICE, a pesar de existir un acuerdo “histórico”, producto de una “mesa de diálogo”, entre las autoridades del ICE y los dirigentes del FIT-ICE. Por dicho acuerdo “histórico”, “La Nación” hizo una gran alharaca, sin sentido, porque la eliminación de los pluses de forma unilateral por parte del Consejo Directivo del ICE demuestra que ese es un acuerdo inservible.

Combinación de la Ofensiva: Administrativa, Legislativa y Traición Sindical

Por otro lado, el gobierno de Solís propuso el día martes 22 de setiembre crear una comisión integrada por miembros del Ejecutivo, diputados, empresarios y sindicatos para “…estudiar y tomar medidas para disminuir el costo de los incentivos salariales en el sector público…”. (La Nación, 23 de setiembre del 2015). De otro lado, el gobierno ha denunciado todas las convenciones colectivas que estaban cerca de su vencimiento, para negociar e imponer las reducciones y eliminación de los componentes salariales y otras conquistas laborales de los trabajadores.

Lo peor y más despreciable de estos casos, es que muchos dirigentes sindicales, sin luchar, han aceptado la rendición, aceptando voluntariamente y servilmente, disminuir o eliminar los pluses salariales de los trabajadores, tales son los casos del sindicato de la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), del instituto de Acueductos y Alcantarillados (A y A) y del Banco de Costa Rica (BCR). Es necesario e importante señalar y rescatar que tanto el sindicato SINTRAJAP y SITRAPEQUIA, de Japdeva y Recope, se han opuesto al planteamiento de la patronal por reducirles y eliminar sus componentes y otras conquistas laborales.

La campaña de propaganda sistemática orquestada por la derecha neoliberal de los medios de comunicación, sus partidos y cámaras empresariales en contra de los sistemas salariales y de empleo de los trabajadores del sector público, ha funcionado como una fuerte presión sobre el gobierno de Solís. Este gobierno ha cedido a las presiones de la derecha neoliberal. El primer turno, al parecer, le va a tocar a las anualidades. La política gubernamental es reducir las anualidades al 2.5% del salario base y cambiarle el nombre por “evaluación del desempeño” y pagar con base al “muy bueno” y “excelente” y no con el “bueno” como se hace actualmente.

Lo anterior significa que los trabajadores que no cumplan con los criterios que se estipulen en la “evaluación del desempeño” que, probablemente, tendrá una evaluación por resultados y otros de tipo draconianos, definidos y decididos por los jefes, entonces no recibiría el incentivo de la “evaluación de desempeño”. En el fondo, con este nuevo diseño de pago de las anualidades convertidas en “evaluación de desempeño”, lo que se pretende es eliminarlas, no pagando ese incentivo a miles de trabajadores del sector público. Después, le seguirá el turno a la dedicación exclusiva y otros componentes salariales.

Desmovilización y División Sindical

Mientras el gobierno de Solís, cede a las presiones de la derecha neoliberal y, la supera en cierto sentido, desmontando poco a poco el sistema salarial y sus componentes salariales y otras conquistas laborales, los dirigentes sindicales de los bloques sindicales de Patria Justa y BUSSCO, le plantean y demandan “mesas de diálogos”, se pelean entre sí, negocian y “defienden” por separados sus “feudos sindicales” con la esperanza de que las autoridades de las instituciones del gobierno les mantengan sus pluses salariales y otras conquistas, sin embargo, los hechos mencionados demuestran, con creces, que esa política y táctica de las cúpulas sindicales conllevan a la derrota de los sindicatos y de los trabajadores del sector público.

¿Y la Gran Huelga Nacional?

Las famosas “madres de todas la huelgas”, término acuñado por Beatriz Ferreto, dirigente tras bambalina del sindicato APSE; la “huelga terminal” de Ana Doris González, Presidenta de la APSE, semejanza del apocalipsis bíblico, y, el “movimiento laboral de grandes dimensiones” de Albino Vargas y Fabio Chaves, supuestamente, para realizarse en el mes de octubre o en cuanto los planes de empleo público entren a la Asamblea Legislativa todavía no llegan. Sin embargo, en el último Consejo Nacional de la APSE se aprobó realizar una huelga nacional entre el 14 y 20 de octubre. Este es un paso en la dirección correcta. Al mismo tiempo, se plantea en ese comunicado, solicitar a la comisión legislativa de gasto público, archivar el proyecto de ley de empleo público y, sino se archiva, se realizará una “gran Huelga Nacional del sector público de carácter indefinida”. Aunque este llamamiento es correcto, en términos generales, sin embargo, le faltó hacer un llamado a la más amplia unidad de acción sindical de todos los sindicatos y bloques sindicales, principalmente, BUSSCO y Patria Justa que constituyen las organizaciones sindicales más fuertes.

El éxito de una gran huelga nacional, en las condiciones actuales, sólo será posible si existe una amplia unidad de acción sindical. En ese sentido, emplazamos a las dirigencias de los bloques BUSSCO y Patria Justa a deponer sus intereses particulares y alcanzar la unidad sindical, llegando a acuerdos de puntos comunes como son la defensa de los componentes salariales, el empleo público y otros puntos de una agenda unitaria del sector estatal. Los llamamos a convocar a una Asamblea Nacional de todas las fuerzas que estén dispuestas asumir la lucha y defensa de un pliego petitorio unificado. En esa Asamblea se debe votar la fecha, el tipo y la duración de la Huelga General Indefinida. Esta es la única vía de detener y evitar que el gobierno termine derrotando, uno a uno y por separado a los diversos sectores de los trabajadores del sector púbico.