Por Armando Tezucún

Los días 11 y 12 de octubre, en la ciudad de Washington, se llevó a cabo la segunda Conferencia sobre Prosperidad y Seguridad en Centroamérica. La primera conferencia se llevó a cabo en junio de 2017 en Miami, y en junio del presente año el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, se reunió en la ciudad de Guatemala con los mandatarios del Triángulo Norte, encuentro en el que se programó la segunda conferencia.

El tema sigue siendo la permanente crisis migratoria provocada por los acuciantes problemas de hambre, falta de oportunidades y violencia que reinan en Guatemala, Honduras y El Salvador. En 2017, según datos oficiales, 27,114 personas procedentes de El Salvador trataron de cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, 23,067 guatemaltecos lo hicieron, al igual que 20,226 hondureños. Estas cifras han aumentado en 2018 a 42,757 en el caso de Guatemala, y 33,123 en el caso de Honduras; solamente la migración salvadoreña ha bajado a 11,525. 

En la conferencia estuvieron presentes por parte de Estados Unidos el vicepresidente Pence, el Secretario de Estado Mike Pompeo y la secretaria de Seguridad Nacional Kirstjen Nielsen. Por parte de México el secretario de Gobierno Alfonso Navarrete y el canciller Luis Videgaray. Los países del Triángulo Norte estuvieron representados por los presidentes Juan Orlando Hernández de Honduras, Jimmy Morales de Guatemala y el vicepresidente salvadoreño Óscar Ortiz.

Recordemos que en los dos encuentros anteriores los representantes del imperialismo llegaron a imponer y exigir acciones y medidas a los gobiernos serviles del área, quienes no han hecho más que agachar la cabeza e implorar migajas. En junio del año pasado Pence afirmó: “…Lo primordial para el presidente Trump es la seguridad de los Estados Unidos, pero él sabe que la seguridad y prosperidad de la región está directamente vinculada con la nuestra”. En junio del presente año el vicepresidente gringo repitió el tono prepotente: “Este éxodo tiene que terminar, es una amenaza a la seguridad de EE. UU. y, como nosotros respetamos su soberanía, sus fronteras, nosotros insistimos que ustedes respeten la nuestra”.

En esta segunda conferencia la escena no fue muy distinta. Pence insistió en la necesidad de enfrentar las raíces de la migración y el narcotráfico dentro de Centroamérica y giró instrucciones a cada uno de los mandatarios sobre las tareas pendientes, “Presidente (Juan Orlando) Hernández, le alentamos, con gran respeto, a seguir redoblando esfuerzos para incrementar el número de policías fronterizos para combatir el tráfico de personas (…) Presidente (Jimmy) Morales, con igual respeto, le alentamos a destinar todavía más recursos para asegurar su frontera, tome más ventaja de la fuerza especial de seguridad fronteriza que Estados Unidos ya estableció (…) Vicepresidente (Óscar) Ortiz, le alentamos a expandir el programa Salvador Seguro para reducir la delincuencia en su país” (Proceso 12/10/18).

Esta vez la novedad fue la advertencia de parte del imperialismo gringo sobre las relaciones entre los países de la región y China. "Les digo a cada uno de los países representados aquí, en nombre de mi gobierno, en un momento en que ustedes construyen asociaciones comerciales con otras naciones como China, les pedimos que se concentren y les pedimos transparencia y que piensen en sus, y en nuestros, intereses a largo plazo…Hoy, en un momento en que China intenta expandir su influencia en la región, creemos que la mejor manera de resolver estos problemas es el fortalecimiento de los vínculos entre Estados Unidos y el Triángulo del Norte", dijo Pence (Prensa Libre 12/10/18). Hasta el momento Costa Rica, Panamá, El Salvador y República Dominicana han roto relaciones con Taiwan para favorecer los intercambios con China, esto sin duda es percibido como una amenaza en momentos que la administración Trump impulsa una guerra comercial con el gigante asiático.

La contraparte de esta tragicomedia, los presidentes del Triángulo Norte, compitieron entre sí para demostrar quién ha tenido más logros y se esforzado más en frenar la migración y combatir el narcotráfico. Todos finalizaron sus discursos exaltando la colaboración de sus gobiernos y pidiendo prebendas, ya sea dinero o que se suavicen las políticas sobre el TPS o “tolerancia cero”. Quien se llevó el premio en ridiculez y servidumbre fue el presidente guatemalteco Jimmy Morales, quien hasta afirmó que su gobierno capturó a cien terroristas vinculados con Isis, se quejó de la Cicig y finalizó pidiendo un préstamo de US$ 15 mil millones para infraestructura.

Exigimos el cese de las políticas represivas de la administración Trump contra los migrantes centroamericanos, la implementación de programas de empleo para ellos y la solución inmediata de su situación migratoria.