Por Armando Tezucún

Durante las últimas semanas ha generado gran expectativa la reunión de los presidentes del Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador) con el vicemandatario estadounidense Mike Pence, a realizarse los días 15 y 16 de junio en Florida. El tema del encuentro será el Plan Alianza Para la Prosperidad del Triángulo Norte (PAPTN), lanzado por el gobierno de Barack Obama como un intento de poner un freno a la creciente migración procedente de estos tres países hacia Estados Unidos; el plan tiene un componente de impulso al desarrollo infraestructura y servicios, propicia la inversión privada que genere empleos, y pretende sanear los sistemas políticos de la subregión para hacer más eficiente la administración pública, fortaleciendo la institucionalidad burguesa.

Ahora la administración Trump se propone adecuar el plan a su orientación de proteccionismo económico, reposicionándose en el área e imponiendo su sello. Ya fue dado un primer paso con la exigencia de que el gobierno mexicano tome un papel más activo en la detención de migrantes centroamericanos que van rumbo al norte, aparte de la amenaza de renegociar el tratado de libre comercio entre Canadá, México y Estados Unidos –Nafta-, para beneficiar al sector burgués que respalda a Trump, y financiar la construcción del muro fronterizo con un aumento a los aranceles a las exportaciones mexicanas.

Según el canciller guatemalteco Carlos Raúl Morales, el gobierno gringo busca cambiar el nombre del PAPTN y orientarlo hacia un enfoque en seguridad. Esto ya fue evidente durante la visita en febrero de John Kelly, Secretario de Seguridad Interna de Estados Unidos. Las instrucciones de Kelly fueron que el ejército guatemalteco dejara el patrullaje en las calles y se concentrara en el cuidado de las fronteras, lugar de paso del narcotráfico; coincidentemente, en esos días se reunieron los altos mandos militares de Estados Unidos y México para definir el fortalecimiento de la presencia militar mexicana en las fronteras con Centroamérica. Morales explicó que preocupa a los gringos el incremento importante de la producción de drogas en América del Sur, y si bien los países de la región lograron controlar el trasiego por vía aérea, habrá que concentrarse en destruir las rutas marítimas.

Pero a los gobiernos del área les preocupa más el aspecto de desarrollo y prosperidad contenido en el PAPTN, que no significa otra cosa que atraer inversiones del capital local y extranjero para mermar la migración. Es decir, mientras al imperialismo gringo le interesa proteger sus fronteras del flujo de drogas, las burguesías locales están interesadas en hacer negocios.

Pero los gringos son los que tienen la plata y deciden en última instancia qué hacer con ella. A inicios de mayo la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el proyecto de ley del presupuesto para el resto del año fiscal, y decidió un recorte de US$ 95 millones a la ayuda destinada a Centroamérica. En el año anterior esta ayuda fue de US$ 750 millones, mientras que el nuevo monto será de US$ 655 millones. Guatemala recibirá US$ 138 millones; de ellos US$ 7.5 millones para la Cicig, US$ 3 millones para la Unidad de Delitos Sexuales de la Policía Nacional Civil, US$ 775 mil para la educación y el entrenamiento del ejército, US$ 1,740 para programas militares, US$ 112 millones para asistencia para el desarrollo y US$ 13 millones para programas de salud de la Usaid (Publinews, 4/05/17).

El jueves 18 de mayo se reunieron en Washington los cancilleres del Triángulo Norte con John Kelly, para definir en definitiva la agenda de la reunión de junio con Pence. En ella estarán presentes también representantes de México, Canadá, España, Colombia, Costa Rica y Panamá. La reunión del 15 de junio será en Miami y el tema será la prosperidad y desarrollo para la región. El tema no será la cooperación para implementar el desarrollo en servicios, infraestructura, etc., sino cómo atraer la inversión privada y las condiciones jurídicas que ofrece cada país para la inversión. Este día estarán presentes delegados de las burguesías de Guatemala, Honduras y El Salvador; por parte de Estados Unidos participarán también los secretarios de Estado, Seguridad Nacional, Comercio y Tesoro. La segunda reunión, el día 16, será en la sede del Comando Sur; estará a cargo de Kelly y serán revisados los mecanismos de cooperación en materia de seguridad.

En resumen, lo que pretende el nuevo gobierno imperialista es reestructurar el PAPTN invirtiendo menos dinero, presionando de múltiples maneras al gobierno mexicano para tome más responsabilidades en el freno de la migración y la gobernabilidad de la región, y servir en bandeja de plata nuestros países a los capitalistas locales y extranjeros para que hagan negocios a su gusto y antojo.