Género

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Por  Winston Smith

“El 8 de Marzo de 1.908, un grupo de mujeres se reunieron en la fábrica textil Cotton de Nueva York para declararse en huelga. El dueño las encerró con llave y prendió fuego al edificio: murieron 129 mujeres. Las telas que fabricaban eran de color violeta, por eso desde entonces este color se convirtió en un símbolo de la lucha  de la mujer por sus derechos”1.

Esta es la versión más extendida de la falsificación de la realidad histórica del 8 de Marzo. En otras versiones el color violeta proviene del color del uniforme que, supuestamente, estaban obligadas a llevar las obreras del textil. Y en otras el incendio ocurrió en el año de 1.910, algunas versiones se retrotraen al año 1.857, con el objetivo de hacer más difícil la investigación histórica pues suponen que hay menos documentos para su corroboración o desmentido.

A pesar de todo en algunas ocasiones la prensa burguesa ha declarado la falsedad del mito. Pero las necesidades de clase se imponen por encima de las consideraciones a la verdad, y no es sólo por ignorancia.

“El 8 de Marzo de 1.908 –fecha que se toma como referencia para la celebración del Día Internacional de la Mujer- no hubo ningún incendio en ninguna fábrica textil de Nueva York. Tampoco perecieron en él, como se suele contar 156 mujeres. Y tampoco ocurrió en 1.857 ni en 1.910”2.

Las dos citas sacadas del periódico El Mundo plantean algunas preguntas del porqué se eligió el día 8 de Marzo para la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. ¿Es cierto o falso que el 8 de Marzo de 1.908 ocurrió el mítico incendio? ¿En el caso de ser falso porqué se sigue divulgando tal falsificación? ¿Cuál es el motivo de dicha falsificación?

La leyenda del mítico incendio es una falsificación deliberada por parte de las feministas burguesas con el único fin de engañar y manipular a las mujeres de la clase trabajadora. Un intento de las mujeres burguesas de poner bajo su control a las trabajadoras para dividir al proletariado y al tiempo conseguir una masa de maniobra para luchar contra los hombres burgueses por una mayor parte de la plusvalía arrancada a todo el proletariado.

El 8 de Marzo de 1.908 no hubo ningún incendio en ninguna fábrica textil de Nueva York. Ese día era domingo, día de descanso, y por esa razón es absolutamente imposible que se reunieran y declararan en huelga dentro de los recintos de la fábrica. En esas fechas no se desarrolló ninguna huelga ni manifestación. Tampoco se incendió nunca, que se sepa, una fábrica de nombre Cotton. Cogidas in fraganti las feministas cambian de fecha y dicen que sucedió en 1.910, pero esto también ha sido demostrado que es completamente falso. Nuevamente las burguesas continúan en su intento de falsificación y declaran que ocurrió en 1.857, porque será más difícil demostrar su falsificación, y nuevamente las falsificadoras quedan en evidencia, ese día también era domingo y no hubo ningún incendio ni ninguna huelga ni manifestación. También es falso que las obreras del textil estuvieran obligadas a llevar uniforme de color lila o que trabajaran telas de color violeta.

La verdadera historia del 8 de marzo

“Sería un enemigo del proletariado quien le halagase, el que construyese para adularle falsas leyendas pseudo-revolucionarias, tan criminal como el cartógrafo que trazase mapas embusteros para los navegantes del mañana”.3

La situación de la mujer fue objeto de diversas consideraciones por parte de los filósofos de la Ilustración y de los ideólogos de la nueva clase ascendente, la burguesía. Como continuación de esas preocupaciones los socialistas utópicos dirigieron su atención hacia la llamada cuestión femenina. También algunas mujeres de carácter lucharon por sus derechos contando con la simpatía de la mayoría de la opinión progresista y democrática de la época.

Pero hasta la aparición en la escena histórica del partido comunista, del partido del proletariado, con los escritos de Marx y Engels no existió una concepción científica sobre la historia y la situación de la mujer en las diferentes sociedades de clase, y más concretamente de la situación de la mujer trabajadora en el capitalismo. Fue el libro del padre de la socialdemocracia alemana August Bebel titulado “La mujer y el socialismo”, publicado en 1.879, el que presentaría para varias generaciones socialistas la concepción proletaria sobre esta cuestión. Del libro se vendieron decenas de miles de ejemplares, en 1.910 se publicó la edición número 50, y fue traducido a la mayoría de los idiomas europeos, donde también su publicaron numerosas reediciones.

Como consecuencia de la preocupación del movimiento socialista hacia la cuestión de la mujer, se desarrollo el Movimiento Alemán de Mujeres Socialistas, animado sobre todo por Clara Zetkin, que sería la líder indiscutible de este sector de la actividad socialista, el periódico que dirigía dedicado a las mujeres trabajadoras, Die Glechheit (La Igualdad), alcanzaba los 125.000 ejemplares de tirada. Precisamente, a iniciativa de Clara Zetkin se aprobó en la 1ª Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, celebrada de manera paralela al Congreso de la IIª Internacional celebrado en Sttutgart en 1.907, una resolución que instaba a todos los partidos socialistas a realizar una campaña a favor del voto para la mujer.

Y recogiendo esta resolución el Partido Socialista Americano decidió en su Congreso celebrado en Chicago del 10 al 17 de mayo de 1.908 celebrar un Woman´s Day el último domingo del mes de febrero de 1.909, día 28 de febrero, aunque en Chicago se adelantó al día 31de enero. En el año 1.910 volvió a conmemorarse el último domingo de febrero, día 27. En ese año de 1.910 el Partido Socialista Americano encargo a sus delegadas a la 2ª Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas a celebrar en agosto en Copenhage que propusieran el último domingo de febrero como Día Internacional de la Mujer. El Woman´s Day siguió celebrándose el último domingo de febrero hasta 1.914.

La 2ª Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas aprobó la realización en todos los países de un día dedicado a la exigencia del derecho al voto para las mujeres pero sin precisar una fecha concreta. Las alemanas eligieron el día 19 de marzo de 1.911. En 1.913 se celebró el 2 de marzo al igual que en Rusia. Fue en el año 1.914 cuando por primera vez se realizó la celebración el día 8 de marzo en Alemania, Suecia y Rusia, a propuesta de las alemanas.

En Rusia el movimiento de las mujeres socialistas fue impulsado de manera especial por Nadezhda Krupskaya, compañera de Lenin, Inessa Armand y Alexandra Kollontai. La conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora se realiza por primera vez el 17 de febrero de 1.913 según el calendario ortodoxo (2 de marzo en el calendario occidental). Los bolcheviques publicaron Rabonitsa (Mujer Obrera) como revista especial para las obreras el mismo día de la celebración del año 1.914 (23 de febrero-8 de marzo). Rabonitsa dejó de publicarse en junio de ese año al ser arrestada su redacción por la policía zarista. Las mujeres bolcheviques siguieron celebrando en reuniones clandestinas y mediante la difusión de proclamas el Día Internacional de la Mujer Trabajadora durante los años de la guerra imperialista, a pesar de la represión existente en Rusia.

También hay que recordar que fue la Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas celebrada en Berna, Suiza, el 15 de Marzo de 1.915, la primera manifestación internacional contra la guerra imperialista, conferencia precursora de las de Kienthal y Zimmerwald donde los internacionalistas se unirían, aun con diferencias importantes, en contra del capitalismo y de la guerra.

Para el año 1.917, las mujeres bolcheviques rusas tenían muy presente la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. La situación en Rusia después de tres años de guerra imperialista con las secuelas de millones de muertos era realmente desesperante. La falta de pan, de comida, para los trabajadores explotados hasta las medulas completaba una situación angustiosa para toda la clase obrera, para todo el proletariado. El día 23 de febrero (8 de marzo según el calendario occidental) la situación se agravó. Después de esperar desde la madrugada en filas para conseguir la ración de pan, las mujeres de Petrogrado vieron que en muchos sitios se les negaba la más mínima ración. La indignación creció hasta el paroxismo y los asaltos a las panaderías y a los almacenes de alimentación se extendieron a toda la ciudad. Enterados los trabajadores abandonaron las fábricas declarándose en huelga y uniéndose a las mujeres en los disturbios. Fue el final de una dinastía milenaria. La revuelta se extendió a toda Rusia y a los pocos días el Zar renunciaba a su trono.

El 8 de Marzo de 1.917 las mujeres trabajadoras derribaron un régimen que dominaba un sexto del planeta y una décima parte de la población mundial.

Es más o menos conocido por todo el mundo la continuación de la historia. Tras varios meses de gobiernos burgueses asesinos de los trabajadores la llamada Revolución de Febrero (ocurrida en realidad el 8 de marzo) dio lugar a la gran y gloriosa revolución proletaria comunista bolchevique de Octubre (ocurrida en realidad el 7 de noviembre). Aunque la Revolución de Febrero sólo fue el advenimiento de gobiernos capitalistas, la Revolución de Octubre hubiera sido imposible sin ella.

Tras la toma del poder por el proletariado internacionalista en Rusia se proclamó la constitución de la Internacional Comunista en 1.919. Durante el 2º Congreso se organizó de forma paralela la 1ª Conferencia Internacional  de Mujeres Comunistas creándose la Secretaría Internacional de Mujeres Comunista cuya primera presidenta fue Inessa Armand y tras su muerte Clara Zetkin siendo subdirectora Alexandra Kollontai. Durante el Tercer Congreso de la Internacional Comunista, celebrado en junio de 1.921, se celebró la 2ª Conferencia Internacional de Mujeres Comunistas, donde las mujeres búlgaras propusieron que en adelante se celebrara el Día Internacional de la Mujer Trabajadora el día 8 de Marzo como homenaje a la participación de las mujeres rusas en la revolución proletaria.

El 8 de Marzo pertenece a la clase obrera, a las mujeres explotadas por el capitalismo. El 8 de Marzo es el Día de la Mujer Trabajadora, de la mujer explotada, no es el Día de la Mujer Burguesa, de las empresarias, capitalistas y profesionales emprendedoras, no es el Día de la Mujer Explotadora. Es el día en que todo el proletariado rinde homenaje a las proletarias en lucha contra el Capital y, por tanto, también contra las mujeres capitalistas, prestando especial atención a los problemas que afectan a este sector de nuestra clase.

Un apunte histórico sobre el feminismo burgués

El feminismo burgués, a partir de ahora simplemente el feminismo pues las mujeres trabajadoras nunca han sido feministas y se han enfrentado siempre a las feministas, ha tejido toda una serie de mitos sobre su historia presentándose como un movimiento democrático y atribuyéndose la conquista de los derechos de todas las mujeres, desde el derecho al voto al derecho al aborto, para mejor poder dominar a las mujeres trabajadoras para sus propios fines.

Siempre cuentan como algunas feministas apoyaron en EE. UU. el movimiento anti-esclavista. Pero la realidad es mucho más compleja. Es necesario saber que se podía estar en contra de la esclavitud y ser al mismo tiempo un auténtico racista. De hecho muchos de los anti-esclavistas lo eran por racismo: querían devolver a los negros a Africa para no tener que encontrarse con seres inferiores por la calle.

En junio de 1.866 se aprobó la Decimocuarta Enmienda a la Constitución americana que concedía “el derecho a voto a todo varón residente en cualquier Estado, que tenga veintiún años y sea ciudadano de los Estados Unidos”. Estaba destinada a impedir leyes que discriminaran a la población de color. En 1.868 se aprobaba la Decimoquinta Enmienda aún más explícita: “El derecho de los ciudadanos de los Estados Unidos a votar no será negado o limitado por los Estados Unidos o por cualquier Estado, sobre la base de la raza, color o previa condición de servidumbre”.

Las feministas protestaron y agitaron contra estas Enmiendas. Ellen Carol Dubois escribe: “Las objeciones a la Decimoquinta Enmienda eran a la vez feministas y racistas....ese feminismo era progresivamente racista y elitista. Las mujeres entre las que estaba creciendo el movimiento sufragista eran blancas y de clase media (burguesas) y se consideraban los seres superiores social y culturalmente entre los hombres libres”. Demandaban el derecho al voto por considerarlo “un privilegio” que debía ser otorgado a las mujeres blancas por su “innata pureza”. Y cuanto más radical se volvía el feminismo más racista, elitista y aristocrático se manifestaba: “estamos defendiendo lo mejor para las madres de nuestra raza”.

Si pasamos de EE. UU. a Europa el panorama del feminismo es igual de desolador. En numerosos países el derecho al voto estaba restringido a los propietarios con cierto nivel de riqueza y las sufragistas luchaban para extender el voto a las mujeres bajo las mismas condiciones, esto es a las propietarias y no para lograr el sufragio universal, que negaban a los hombres y mujeres del proletariado.

El llamado movimiento sufragista en Inglaterra estuvo dirigido por Emmeline Pankhurst que fundó en 1.903 la Woman´s Social and Political Union (la Unión Femenina Política y Social, WSPU). Secundada por sus hijas Christabel Pankhurst y Silvia Pankhurst (ésta última fue finalmente expulsada del movimiento por su madre y por su hermana por preocuparse en “exceso” de las necesidades de las trabajadoras y tener amistades en los sindicatos ingleses, según Emmeline y Christabel la obsesión por los sindicatos y los pobres era egoísta y estrecha de miras). La filosofía de Christabel se resumía en su lema: ”Voto para la mujer y castidad para los hombres”, era una especie de talibán al revés y las feministas que hablan de liberación sexual debieran meditar sobre su antecesora. Al estallar la 1ª Guerra Imperialista en 1.914, las feministas se declararon como unas contumaces belicistas partidarias de la guerra hasta la última gota de sangre, hasta la última gota de sangre obrera, pues la mayoría de los soldados procedían de la clase obrera (¿dónde quedó la supuesta vocación femenina por la paz?, otro tópico feminista que se va al garete). En septiembre de 1.914, Mrs. Pankhurst realizó una campaña a favor del reclutamiento por cuenta del gobierno, y Lloyd George se convirtió en su ídolo. Su revista, The Suffragette, llevaba como lema: “Luchar contra el kaiser a favor de la libertad es para las sufragistas un deber”, la libertad era el Imperio Británico que sojuzgaba, sometía y esclavizaba a cientos de pueblos del planeta. Durante la Guerra las feministas organizaron el reclutamiento de hombres para los frentes y de mujeres para las fábricas de producción de armamento. Su recompensa fue el derecho al voto para las mujeres mayores de treinta años en 1.918. Y una estatua de Mrs. Pankhurst en Victoria Tower Gardens inaugurada por el Primer Ministro Stanley Baldwin en 1.930, como reconocimiento de la Corona Británica a su contribución en la defensa del Imperio.

Pero fue el llamado segundo movimiento feminista nacido en los años 60 el más nefasto de todos.

Surgido entre las jóvenes generaciones de burguesas universitarias fue de los primeros movimientos que utilizó el victimismo histórico para reivindicar privilegios, llamados discriminación positiva y política de cuotas. El victimismo es la política que basada en supuestos o reales agravios infringidos en el pasado pide una compensación en el presente para aquellos que nunca han sufrido agravio alguno. Fue también de los primeros movimientos que teorizó sobre el “identitarismo” que puede definirse como la política de dominación de los grupos dominantes sobre los dominados y explotados en base a las supuestas cualidades comunes de algún grupo determinado. Así los nacionalistas, los grupos religiosos, las sexistas, los de orientación sexual, étnicos o culturales se autoproclaman representantes de tal o cual identidad sin ningún tipo de ratificación democrática, exigiendo tal o cual reivindicación que sería gestionada por ellos sin ningún tipo de control. La política feminista ha tenido éxito al conseguir que la cuestión de género se convierta en algo transversal, es decir, determinante en cualquier cuestión. Y su mayor logro fue conseguir la aceptación de la teoría de los llamados movimientos sociales según la cual el movimiento obrero sería uno más frente a otros movimientos, fundamentalmente el feminista, que tienen igual o mejor derecho histórico. Esta teoría defendida por diversos grupos stalinistas y trotsquistas, influenciados por los reaccionarios del mayo 68, ecologistas, verdes, pacifistas bélicos (Cohn-Bendit, el rojo que después fue negro y más tarde verde y que en realidad siempre ha sido pardo), ha sido un corrosivo que ha ayudado a la burguesía en la descomposición del movimiento obrero.

Base histórica de la falsificación del 8 de marzo

Toda buena mentira debe tener una dosis de verdad. Y la verdad sobre el mítico incendio es que ciertamente no hubo un incendio sino varios en aquellos años de principios del siglo XX donde perecieron varias decenas de mujeres. Así el 25 de noviembre de 1.910 hubo un incendio en una fábrica en Neward (New Jersey) donde murieron 25 trabajadores, la mayoría chicas jóvenes.

En Nueva York el incendio más parecido al mito fue el de la fábrica Triangle Shirtwaist Company que ocupaba tres pisos de los diez que componían el edificio. Como tantos edificios no cumplía las más mínimas condiciones de seguridad incumpliendo incluso las ordenanzas municipales. No era una situación excepcional. Una investigación declaró que tras la inspección de 1.243 talleres, el 99% incumplía las ordenanzas y no tenían medidas de seguridad. Escaleras defectuosas, puertas que se abrían hacia adentro, falta de escaleras de emergencia, todo en edificios de madera donde se amontonaban cientos de personas y se almacenaban materiales altamente combustibles.

La Triangle tenía unos quinientos empleados en su mayoría mujeres. Junto a un pequeño número de trabajadoras norteamericanas la mayoría eran inmigrantes de 16 a 24 años, italianas, rusas, judías procedentes de los países del Este de Europa.

Muchas de estas mujeres asistieron a los actos organizados por el Partido Socialista Americano en febrero de 1.909, el primer Woman´s Day. Y el día 27 de septiembre de 1.909 iniciaron una de las mayores huelgas en el textil hasta entonces, más de 40.000 huelguistas. La huelga se extendió no sólo por Nueva York sino por todo el país, Chicago, Rochester, Cleveland y Filadelfia......... Las mujeres tuvieron que enfrentarse a la violencia de la policía y de los matones contratados por los empresarios para romper la huelga. La huelga duró más de 13 semanas y terminó el 15 de febrero de 1.910. Trescientas treinta y nueve compañías aceptaron las reivindicaciones de las huelguistas, pero 13 se negaron entre ellas la Triangle. Aunque la huelga fue un éxito a nivel general, estas combativas mujeres que habían iniciado y animado el movimiento no consiguieron los objetivos. Pero debemos fijarnos en especial en lo que se consiguió: mujeres de distintas nacionalidades y religiones, judías, protestantes, ortodoxas y católicas, se unieron por encima de toda división en la defensa de las reivindicaciones de clase.

Pero, ¿y el incendio? Durante la huelga no hubo ningún incendio.

Pero el 25 de marzo de 1.911 –más de un año después- sobre las 16,45 horas una cerilla mal apagada prendió y el fuego se propagó con rapidez. Las telas y colorantes, el edificio de madera, las puertas que no abrían hacia fuera hicieron que las trabajadoras no pudieran escapar, además las mangueras sólo llegaban al séptimo piso y los bomberos no contaban con escaleras tan altas. El resultado fue 146 muertes,  todas mujeres menos una veintena de hombres. Los empresarios fueron juzgados por la falta de seguridad en el edificio y, a pesar de haber incumplido la normativa, fueron declarados inocentes por un jurado de propietarios. Hay que reconocer que no es cierto que los propietarios encerraran a las obreras con llave ni que provocaran el incendio como dice la mentira feminista.

Es importante comprobar que el primer Woman´s Day promocionado por el Partido Socialista Americano se celebró dos años antes del incendio, y que ninguna de las fechas en que se celebró el Día Internacional de la Mujer de la Trabajadora coincide con la fecha del incendio, y que ninguna resolución de ningún congreso o conferencia hace referencia a incendio alguno ocurrido en Nueva York.

El contexto histórico de la fábrica de falsificación burguesa

La revolución del 8 de Marzo de 1.917 iniciada por las mujeres trabajadoras consiguió el derecho de voto para las mujeres reconocido por el Gobierno Provisional burgués el 20 de julio de 1.917, haciendo de Rusia el primer país de todos los que participaban en la Gran Guerra Imperialista que aprobaba el sufragio universal femenino. La gran revolución proletaria comunista bolchevique rusa designó a la primera mujer con responsabilidad gubernamental de la historia, Alexandra Kollontai ocupó el puesto de Comisaria (cargo sinónimo de Ministra) de Bienestar Social. Además se decretó la igualdad total entre los sexos, el derecho a conservar los apellidos en caso de matrimonio (habrá imbéciles que se reirán de esto pero es una forma de asegurar la personalidad de la mujer, en los países donde la mujer debe cambiar su apellido familiar por el del esposo supone la aceptación de una situación de superioridad del marido que coloca su marca de propiedad sobre la mujer), se legalizó el aborto y se prohibió la prostitución (esto quizás ofenda a los defensores de ese digno comercio al que se dedican las/los trabajadores del sexo de hoy, a los que insultan a las mujeres trabajadoras equiparándolas a las prostitutas).

El fracaso de la revolución proletaria en Alemania y el aislamiento consiguiente de la revolución bolchevique en Rusia impulsaron a las tendencias contrarrevolucionarias. Frente a las tendencias a la destrucción de la familia y la moral burguesa contenidas en las leyes revolucionarias, el estalinismo, expresión específicamente rusa de la contrarrevolución mundial, fomentó la estructura de familia patriarcal poniendo trabas al divorcio y a la libertad de la mujer, favoreciendo una moral sexual puritana y aboliendo el derecho al aborto en 1.936. En 1.930 había suprimido el Departamento de la Mujer del Partido Comunista (Zhenotdel) y convirtió el Día Internacional de la Mujer Trabajadora en una copia del día de la Madre de los países capitalistas.

La política contrarrevolucionaria del estalinismo primero le llevó a la coalición con los regímenes fascistas traicionando a la guerra civil española (en otro momento explicaremos esta afirmación) y una vez comenzada la 2ª Guerra Imperialista del lado nazi con el pacto Ribentrop-Molotov (en realidad Hitler-Stalin) que decretaba la desaparición y repartición de Polonia, al cambio de coalición imperialista tras el ataque alemán. En los dos casos formaba parte de coaliciones imperialistas, y en los dos casos se comportaba como un enemigo del proletariado internacional.

Así llegó el 8 de marzo de 1.944 y el estalinismo celebró el Día Internacional de la Mujer Trabajadora con una de sus innumerables traiciones y falsificaciones. Bajo la presidencia de la Señora Churchill se reunieron en Londres mujeres prominentes y altamente respetables de la sociedad burguesa de los países aliados, de las rusas y norteamericanas pasando por las chinas de la China nacionalista del asesino Chiang Kai-shek. Al año siguiente, 1.945, se reunieron en el Albert Hall de Londres bajo la presidencia de la Señora Roosevelt que habló de “Mi Día Internacional de la Mujer”. Tenía razón, las mujeres burguesas además de explotar todos los días a las mujeres trabajadoras habían robado el 8 de marzo a las mujeres proletarias, al proletariado.

Gracias al estalinismo, al feminismo y a otros movimientos burgueses y  reaccionarios, hoy el 8 de marzo es un día de la esposa, debido a la bajada de la tasa de natalidad, y a otros factores relacionados con los cambios en la estructura familiar. Y también es el día en que las burguesas reivindican su derecho a la igualdad de oportunidades para explotar a las trabajadoras y trabajadores, su derecho a acumular capital con la explotación del proletariado. Todo ello con el concurso de la cueva de bandidos imperialistas que es la ONU que, sancionando la falsificación de la historia, declaró en 1.975 el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer, suprimiendo “Trabajadora”, diciendo que “la lucha por la igualdad de las mujeres es vista ahora firmemente en el contexto de la amplia lucha por el desarrollo económico”, es decir, en el contexto del desarrollo y  la acumulación del capital.

Recapitulando

La leyenda que propagan las feministas es un intento para ocultar el origen proletario del 8 de Marzo, cuyo objetivo es impedir que el proletariado sea consciente de su situación y conozca su propia historia. En este caso es aún más deleznable y despreciable que otras pues se trata de una falsificación que tiene como objetivo apropiarse del sufrimiento de una de las partes más explotadas y oprimidas del proletariado, del sufrimiento de las mujeres trabajadoras,  para poder conseguir una mayor parte de la plusvalía arrancada a las trabajadoras y trabajadores en beneficio de una parte de la burguesía, de las hembras capitalistas.

En otras comunicaciones profundizaremos en la historia y las diferencias entre el feminismo y el movimiento proletariado femenino, mientras tanto, feministas apartad vuestras sucias manos del 8 de marzo proletario