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Preparemos la Jornada del 1 de Mayo: 6 puntos básicos para la lucha obrera en Centroamérica

Este 1 de Mayo celebraremos el 130 aniversario de la masacre de obreros y obreras ocurrida en Chicago, Estados Unidos, entre el 1 y 4 de Mayo de 1886, en la plaza Haymarket. Desde entonces, el movimiento obrero internacional ha retomado la fecha del 1 de Mayo, como una jornada de lucha obrera, contra el capitalismo y el imperialismo. En muchos países, ahora el 1 de Mayo es una fecha de descanso, institucionalizada por la burguesía, con el objetivo de borrar las tradiciones de lucha del movimiento obrero.

A pesar de ello, las centrales obreras y los sindicatos, salen a marchar a las calles, enarbolando sus más sentidas reivindicaciones. Pero los efectos del neoliberalismo se han hecho sentir dentro de las organizaciones sindicales, especialmente un Centroamérica donde la industria manufacturera de la época del Mercado Común Centroamericano (MCCA) ha sido diezmada. Ahora el grueso de la clase trabajadora lo conforman el proletariado maquilero, compuestos por trabajadores muy jóvenes, en su mayoría mujeres, con escasa tradición de lucha y sometidos a la atomización sindical y a embrutecedoras jornadas de sobre explotación, con salarios miserables que no traspasan (con las horas extras) los 250 dólares mensuales.

Y no es, como lo dijeron en su momento los postmodernistas, que la clase obrera ya no existía en esta nueva fase del capitalismo donde predominan los servicios. Al contrario, decimos nosotros, la clase trabajadora ha aumentado su número, pero está dormida. La mayoría de la clase trabajadora de las maquilas y de las empresas privadas en Centroamérica no tienen organización sindical. El ejemplo más representativo de esta dramática situación es Costa Rica.

Como una relativa excepción al panorama general de atomización y desorganización sindical, los trabajadores del sector público se mantienen luchando, resistiendo en carne propia los efectos nefastos de las políticas de reducción del Estado. Y no es casual que, en Guatemala y Costa Rica, los países de mayor importancia económica en la región, exista una sistemática campaña de propaganda, orquestada desde las cámaras patronales y los gobiernos de turno, en contra de los pactos o convenciones colectivas, que es el preludio de ataques directos contra las pocas conquistas de los trabajadores que todavía quedan en pie.

Es urgente y necesario promover la unidad de acción en la lucha entre todos las centrales obreras y sindicatos del sector público y privado en toda Centroamérica. En la mayoría de los casos, las dirigencias de estas centrales están acobardadas por la ofensiva de los gobiernos y por los efectos de la crisis capitalista, introduciendo un pensamiento y acción derrotista. Muchas de estas dirigencias sindicales prefieren mantener intacto su feudo, y no ligarse en la lucha con otras organizaciones sindicales, a las que consideran parte de la competencia.

Los trabajadores centroamericanos tenemos el desafío de luchar contra los efectos de la crisis capitalista, y al mismo tiempo barrer de las centrales obreras y sindicatos, a aquellos dirigentes que se niegan a organizar la lucha conjunta.

La primera gran reivindicación que debemos levantar este primero de Mayo, es la lucha por un aumento general de salarios. Si los precios están dolarizados los salarios deben dolarizarse, para evitar que las políticas monetarias afecten a los trabajadores. El salario mínimo en toda la región debe ser por lo menos 500 dólares. Solo en El salvador y Panamá circula el dólar, pero a ellos les afecta la inflación, por eso debemos luchar por el aumento de salarios conforme suba el costo de la vida.

La segunda gran reivindicación es la defensa de la seguridad social, pero no a como está en este momento, en ruinas, por la política de privatización total o parcial que se ha aplicado en la región, con la autorización de empresas previsionales privadas. Debemos volver al esquema se seguridad social clásica, donde el Estado y la patronal aporten las mayores contribuciones para las pensiones de los trabajadores.

La tercera gran reivindicación es la defensa y ampliación de los pactos o convenios colectivos de los trabajadores del sector público. La cuarta reivindicación es la alianza obrera, campesina y popular en cada país y en toda la región centroamericana. La quinta reivindicación es que la crisis fiscal la paguen los empresarios, quienes más ganan deben pagar más impuestos, y no la clase media y la clase trabajadora, como ocurre en la actualidad.

La sexta reivindicación, quizá la más importante, es retomar la movilización y lucha por la independencia nacional de Centroamérica, para terminar con la dominación del imperialismo norteamericano. Esta lucha por la nueva independencia nacional nos plantea la inmediata tarea de reconstruir el Estado Federal, en el camino del socialismo, y esto lo lograremos solo bajo un gobierno de los trabajadores en toda Centroamérica.

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