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HONDURAS.- Un primer balance de las movilizaciones contra la corrupción y la creación de la MACCIH

El escándalo de corrupción en el Instituto Hondureños de Seguridad Social (IHSS fue el detonante de la lucha contra la corrupción en ese país. La alianza de partidos de la oposición burguesa (PL, LIBRE, PAC y otros minoritarios) vieron la gran oportunidad de encabezar un movimiento de masas que obligara al gobierno de JOH a negociar reformas al régimen político.

Desde el inicio observamos que las primeras movilizaciones fueron impulsadas por los partidos de la oposición burguesa, lo que no esperaron sus organizadores fue la amplia respuesta de descontento de la clase media. Así surgió el movimiento de Indignados, reflejando, por un lado, el enorme descontento de la clase media urbana y, por el otro, las maquinaciones de la oposición burguesa, para montarse y cabalgar sobre ese movimiento de masas.

Al igual que en Guatemala, este tipo de movilización democrática de la clase media contó con la venia del imperialismo norteamericano, que está aplicando una nueva política de presionar los gobiernos amigos, corruptos e incapaces, con el objetivo de a impulsar reformas políticas que eviten el estallido de la revolución popular.

Como el objetivo de las movilizaciones era presionar para negociar, apenas el gobierno de JOH dio muestras de apertura, los impulsores de estas marchas fueron quitando el pie del acelerador, y poco a poco la dinámica de las movilizaciones fue decayendo y entrando en el pantano del Diálogo Nacional por sectores.

La consigna central de la oposición burguesa en este periodo fue la instalación de una Comisión Internacional de Lucha contra la Impunidad en Honduras (CICIH), una especie de árbitro internacional, manejado por Estados Unidos, que vigilaría el comportamiento del gobierno.

La presión social ejercida por las marchas de las antorchas obligó al gobierno de JOH a crear el Sistema Integral Hondureño de Combate a la Impunidad y la Corrupción (SIHCIC), para que fuera discutido en un Diálogo Nacional por sectores. Casi todos cayeron en la trampa. El Dialogo Nacional entró en crisis, pero mientras decaían las marchas de las antorchas, JOH le dio vida nuevamente a la negociación con la propuesta de discutir la composición de la nueva CSJ. El Movimiento de los Indignados se dividió y algunos sectores entraron de lleno en el proceso de negociación.

A mediados de septiembre, el gobierno de JOH, acorralado, aceptó las propuestas del Centro de Estudios de Justicia de las Américas (CEJA), adscrito a la OEA, en torno a la necesaria reforma del sistema judicial. Después, en medio de presiones de todo tipo, en su discurso ante la ONU, JOH aceptó finalmente la creación de la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH). Este es un organismo intermedio entre la SIHCIC y la CICIH, un hibrido, una salida salomónica producto de la negociación entre burgueses.

A manera de conclusión, podemos afirmar que la resistencia inicial de JOH fue vencida, que la oposición burguesa logró doblarle el brazo a JOH y al Partido Nacional (PN), que se va a producir cambios en el régimen bonapartista, con tendencia a un mayor juego democrático entre las fracciones de la burguesía.

Ante la ausencia de una dirección proletaria, revolucionaria, las movilizaciones de la clase media al final sirvieron como fuerza de choque entre los grupos burgueses, para obligar al gobierno de JOH a retroceder. Existen ilusiones democráticas entre un amplio sector de masas, y entre la propia izquierda, que la MACCIH traerán beneficio al pueblo de Honduras. De antemano decimos que no será así. La experiencia práctica demostrará lo contrario.

El imperialismo norteamericano se ha anotado otro triunfo en Centroamérica, en la medida en que va aplicando su planes, poco a poco, plaza por plaza, país por país. Primero pone el orden en Guatemala, ahora aprieta en Honduras. Las fuerzas se concentraran después en El Salvador. En esta coyuntura el imperialismo norteamericano, en alianza con la oposición burguesa de Honduras, logró imponer su control y supervisión a través de la MACCIH.