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COSTA RICA: ¡Abajo el proyecto de Ley de Salario Único!

El ascenso de Laura Chinchilla a la Presidencia de Costa Rica en 2010 coincidió, por un lado, con el estallido de la crisis fiscal y, por el otro lado, con la agudización de la crisis económica del capitalismo mundial. Por ello, desde el inicio, su gobierno se ha caracterizado por desarrollar una ofensiva ininterrumpida contra los salarios y las conquistas laborales de los trabajadores costarricenses, quienes junto a los trabajadores panameños, tienen el más alto nivel de vida del área Centroamericana.

 

La estrategia de Chinchilla es sencilla: reducir el déficit fiscal que asfixia a Costa Rica, congelando y reduciendo los salarios de los trabajadores, especialmente en el sector público, que es el que tiene mayor nivel de organización y tradición de lucha.

Primero fue la resurrección de la Ley de Empleo Público, que se gestó inicialmente en las mentes de los funcionarios de la administración Arias, y que después retomó Chinchilla. El salario en Costa Rica ha tenido un desarrollo muy particular. El salario básico se ha quedado estancado, pero las luchas de los trabajadores ha logrado negociaciones provechosas que se incluyen como “pluses”, y que en la actualidad representan un elevado porcentaje del salario real.

Por ello, el proyecto de salario único es contradictorio con los pluses salariales. Bajo el pretexto de unificar los salarios por ocupación, en realidad quieren recortar los salarios, eliminando los pluses.  Pero la repuesta de los trabajadores públicos fue contundente: se produjeron enormes marchas unitarias de las centrales obreras, que obligaron a retroceder al gobierno, aunque las dirigencias sindicales con sus vacilaciones desperdiciaron el caudal de lucha y no lograron los aumentos salariales exigidos por sus bases.

Esta situación contradictoria, le permitió al gobierno de Chinchilla recuperar la iniciativa en septiembre de 2012, pasando a la ofensiva con el proyecto de Ley para el Ordenamiento de las Retribuciones Adicionales al Salario Base del Sector Público, conocida popularmente como Ley de Salario Único.

Este proyecto pretende regular los pluses bajo el principio que la institución estatal no puede conceder aumentos salariales si no hay presupuesto. También obligaría a los sindicatos a negociar convenios colectivos bajo las reglas establecidas por la nueva Ley, arrancando de tajo conquistas históricas. Las indemnizaciones por cesantía querían reducidas a 9 años como máximo. Las municipalidades quedarían sujetas también a la nueva ley, etc.

En fin, se trata de una nueva ofensiva montada en un año electoral, con el objetivo que el ambiente festivo disipe el espíritu de lucha de los trabajadores.

La arremetida contra los incentivos médicos fue la primera batalla ganada en esta guerra contra los salarios. Los diputados en la Asamblea Legislativa, al realizar una interpretación auténtica de la ley de incentivos médicos, colaboraron con la primera gran embestida contra los salarios del sector público. Indudablemente, después vienen los maestros, el gobierno central, las municipalidades, etc. La Ley de Salario Único es un asunto de vida o muerte. El gobierno de Chinchilla está a punto de terminar, por eso acomete con más fuerza, quiere dejar la casa limpia a su sucesor.

Se impone, una vez más, la más amplia unidad sindical para luchar en las calles, sin darle tregua al gobierno, para evitar la aprobación de la Ley de Salario Único. Además, con este proyecto de Ley el gobierno quiere chantajear a las dirigencias sindicales para obligarlos a sacrificar el ansiado aumento de salarios que debe producirse cada semestre. Si te corres te tiro y si te paras te mato.

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