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CUESTIONADOS RESULTADOS DE LAS ELECCIÓNES MUNICIPALES EN NICARAGUA

Hemos recibido la siguiente colaboración, la que publicamos íntegramente, como un aporte al debate sobre el resultado de las elecciones municipales en Nicaragua

Por: Miriam Hernández H.

Las elecciones municipales 2008, realizada el 9 de noviembre, deja efectos negativos en la sociedad nicaragüense, específicamente deja una pueblo dividido, fraccionado, inconforme. Pareciera que se utilizó el proceso electoral para institucionalizar el divisionismo; que el proceso electoral fue un mecanismo para romper en pedazo a la sociedad.

Cuando se inició el proceso electoral esperábamos que al final del camino dejara una Nicaragua más democrática, pero parece que las elecciones se realizaron para legitimar estrategias partidarias concebidas de previo a las elecciones.

La realidad nicaragüense, viéndola de forma dialéctica, después de las elecciones está más llena de conflictos y se vislumbran más problemas peligrosos. Las elecciones municipales no arrojaron soluciones, más bien crearon dificultades y enemistades entre los nicaragüenses. Conflictos que ponen en peligro el marco institucional, la estructura legal, la referencia de legitimidad.

Al final del proceso electoral, los competidores se autoproclamaron ganadores sin esperar la resolución del juez, el árbitro no había terminado de hablar cuando los competidores habían levantado sus brazos en señal de triunfo, lo que trajo confusión e incertidumbre. Al final fue la confrontación entre bandos, destrucción y sangre, que de profundizarse puede dejar muerte y luto entre las familias nicaragüenses.

En definitiva el proceso electoral no nos dejo soluciones, sino abrió luchas. Este caso es complejo. No abonó a la sociedad, no nos dejó consenso ni nos dejó fortalecida las instituciones electorales. Todo lo contrario nuestro Consejo Supremo Electoral ha perdido credibilidad y está acusado de cometer fraude, sin observadores nacionales que rechacen o respalden sus decisiones.

Estamos viviendo un compas de espera. Mientras tantos las elecciones nos dejaron fragilidad y la amenaza de tener un estado de legalidad que no goza de legitimidad.

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