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Barack Obama y Al Gore

Se definen los candidatos para las elecciones de Noviembre…

¿Triunfará el "fenómeno Obama"?

Barack Obama, Senador por el Estado de Illinois, logró la postulación del Partido Demócrata para la Presidencia. El “Fenómeno Obama” ha suscitado simpatía no sólo en gran parte del electorado norteamericano, sino en países y líderes políticos de todo signo alrededor del mundo. Pero… ¿Qué significa la candidatura de Barack Obama?

Por ALex Burguess.

La democracia norteamericana lejos de ser un paradigma de participación, es un sistema antidemocrático. Los hegemónicos partidos Demócratas y Republicanos, únicos actores de un bipartidismo centenario, son la “cara política” de los grupos oligárquicas y transnacionales, y cada uno posee sus elites familiares, en los Republicanos la familia Bush, Chaney, etc.; en los demócrata los Clinton, Kennedy, etc.

Barack Obama es sin duda una cara nueva en la palestra política de EE.UU., considerando que no pertenecen a las elites del Partido Demócrata y desplazó a una de las “fuertes” (Hillary Clinton). Obama un joven abogado de 46 años, Senador por un periodo solamente, afrodescendiente y cuyo padre es origen keniano y practicante del Islam, es ahora un fuerte candidato a ocupar la Presidencia de EE.UU.

El Desastre de Bush.

Obama bajo el slogan “Si podemos” (Yes, we can) ha predicado el cambio a las masas norteamericanas ansiosas de un cambio luego de las dos administraciones Republicanas. George W. Bush luego de ocho años en la Presidencia, y a pesar de haber recibido la economía en saldo positivo, deja a EE.UU. empantanado en la guerra en Irak y sumergido en una crisis económica aguda a raíz de la caída del mercado inmobiliario y empeorada por el aumento del precio en los granos básicos y del petróleo.

La crisis económica afecta fuertemente a los sectores pobres y medios de EE.UU., sobre todo en el precio de combustible (casi US $ 5.00 por galón). Peor aún, la crisis económica generada por la caída del mercado inmobiliario no parece tener fin, el magnate bursátil George Soros señala: “Encuentro inconcebible el esperar que salgamos de la recesión a fin de año. Pero puedo prever una variedad de escenarios. Uno podría ser una recesión muy prolongada a nivel mundial. No imagino una repetición de lo que pasó en los años 30, pero uno puede esperar una repetición del escenario japonés de diez años de estancamiento…” (The Wall Street Journal 23/06/2008)

Obama y el cambio.

En este escenario ha surgido Obama, quien bajo promesas de cambio pretende agrupar a un electorado que sufre: “(…) las consecuencias de la crisis financiera desatada hace ya casi un año, con la mayor tasa de desempleo en décadas y los precios de la gasolina imparables.” (El País 11/06/2008).

Obama no es el primer fenómeno de esta naturaleza. El demócrata Franklin Roosevelt triunfó sobre el republicano Herbert C. Hoover a raíz del “crack” económico de 1929; igualmente Jimmy Carter ante la crisis del petróleo de la década de los 70’s, y Bill Clinton como efecto del “Crash” de los años 80´s. No es casualidad, que su adversario, el republicano Jhon McCain haya señalado que elegir a Obama es: “como elegir a Jimmy Carter para un segundo mandato”.

Obama ha delineado su programa económico a la medida de la burguesía demócrata. Propone una reforma fiscal que aumente la carga tributaria a los más ricos quienes fueron beneficiados por Bush: “El año pasado el Congreso publicó un informe que revelaba que las dos bajadas de impuestos acometidas por Bush, en 2001 y 2003, han beneficiado, sobre todo, a los ciudadanos que ganan más de un millón de dólares al año, que han visto sus impuestos reducidos en un 20% anual.” (El País.- 10/06/2008). Enfatizando que: “El principio general de aumentar los impuestos a los estadounidenses que tienen mayores ingresos, como yo, y ofrecer alivio a los que no se han beneficiado tanto de esta nueva economía global, creo que es razonable" (El País.- 11/06/2008).

Ante la crisis financiera, Obama tiende a revivir la táctica demócrata de “intervenir para salvar”: “Si podemos darles una mano a los bancos en Wall Street, podemos darles una mano a los estadounidenses que la están pasando mal” dijo. (BBC.- 4/04/2008), al momento que ataca a los especuladores, culpables del aumento imparable del precio del petróleo: “Mi plan cierra completamente el resquicio legal de Enron y restablece una regulación basada en el sentido común, como parte de mi plan más amplio para mitigar la carga sobre las familias que hoy pasan problemas, invirtiendo simultáneamente en un mejor futuro” (La Prensa.- 23/06/2008). Su plan propone combatir la dependencia del petróleo (EE.UU. consume 20 millones de barriles diarios y produce 5), sector económico íntimamente vinculado a la burguesía Republicana; planteando que su eventual gobierno invertiría 150,000 millones de dólares en 10 años en desarrollo de energía alternativa.

Política Exterior: Imperialista como siempre

Obama sigue la misma línea política de los republicanos para Medio Oriente, proclamado que Jerusalén no debe ser dividida (atentando contra la creación de un Estado Palestino) y reconociendo al gobierno sionista de Israel el derecho a “defenderse” ante la agresión de los patriotas palestinos. Con respecto a Irán, Anthony Lake principal asesor de política exterior de Obama, firmó una declaración que: “Proclama que Israel no aceptará limitarse a la amenaza de represalias severas para disuadir a Irán de nuclearizarse. Israel exigirá una acción militar preventiva de EE UU, cuyo próximo presidente debería considerar prioritario el peligro iraní.” (El País.- 20/06/2008). Norman Birnbaum, catedrático de la Universidad de Georgetown señala acertadamente que:”El ‘Sí, podemos’ no engloba una reducción gradual del poder militar estadounidense en un mundo cada vez más escéptico sobre el uso que Washington hace de la retórica de la democracia y la moral para disfrazar proyectos más profanos.”

Para Latinoamérica, Obama seguirá la línea Demócrata opuesta históricamente a los tratados de libre comercio, anunciado que suspendería las negociaciones de nuevos acuerdos (Colombia, Panamá, Perú, etc.). Así mismo, revisaría –de ganar- el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (México, Estados Unidos y Canadá).

Este giro de Obama no contradice al sistema de explotación que EE.UU. aplica a nuestros países, sino que busca a nivel electoral ganarse a los trabajadores y sindicatos (tradicionalmente demócratas); y a nivel económico-político: “(…) la defensa de la seguridad nacional, la preocupación por el abastecimiento de alimentos tras el gran repunte de los precios en los productos básicos y el deseo de proteger los trabajos locales y el medioambiente.” (El País.- 22/06/2008)

Simpatía Mundial.

El “fenómeno Obama” ha suscitado simpatía a nivel mundial. Según el sondeo realizado por la firma Actitudes Globales del Centro Pew, en 21 de 23 países Obama es el candidato favorito. The New York Times ha señalado que: “existe un efecto Obama en el mundo, y es un efecto real. La imagen del candidato ha acabado mejorando las cifras de aceptación de Estados Unidos en el extranjero.” (El País.-14/06/2008)

Esta “buena impresión” es extensiva a los auto proclamados “enemigos del imperialismo”. Fidel Castro desde su lecho de enfermo escribió: “"No cuestiono la aguda inteligencia de Obama, su capacidad polémica y su espíritu de trabajo. Domina las técnicas de comunicación y está por encima de sus rivales en la competencia electoral (...); es sin duda un cuadro humano agradable" (El País.- 27/05/2008). En Nicaragua, Daniel Ortega fue más allá señalando que Obama: “sentando las bases para un cambio revolucionario” (El Nuevo Diario.- 25/06/2005)

Obama: ¿La transformación del Imperialismo?

Barack Obama es sin duda un fenómeno en la política Norteamericana, aún no está claro que sector económico de la burguesía demócrata obedece; pero su arrastre en las capas medias y sobre todo en la juventud, lo colocan con buenas posibilidades de alcanzar la Presidencia.

EE.UU. necesita “reconvertir” su política económica y exterior para superar el caos dejado por la administración Bush. Obama, a pesar de proponer un cambio, está claro que no romperá, ni siquiera trastocará el sistema imperialista de saqueo a nuestros países. La “simpatía” que le demuestran dirigentes pequeño burgueses como Daniel Ortega, o el burócrata Fidel Castro, no hacen nada mas que revelar que su verborrea antiimperialista no es más que un recurso populista, y que están dispuestas a claudicarle “al menos peor” de las alas políticas del imperialismo yanqui.

La crisis actual del capitalismo busca ser resuelta por la burguesía mediante una “transformación” que les permita sortear las “épocas de vacas flacas”. Obama se perfila como el hombre capaz de hacer esa reconvención desde el corazón del imperialismo mismo. El sistema de explotación capitalista, aunque entre en crisis, no podrá ser destruido hasta que los trabajadores organizados de forma clasista expulsen a la oligarquía y sus personeros del poder.

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