Por Orson Mojica

El 1 de agosto el gobierno de Hugo Chávez volvió nuevamente a la carga contra los medios de comunicación que le critican, procediendo a cerrar 32 estaciones de radio y dos televisoras. El argumento legal fue que había terminado el periodo de la concesión y como el espectro radio electrónico es propiedad del Estado, la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL), se reservaba el derecho de renovarlas o cancelarlas, como realmente ocurrió.

206 emisoras estén pendientes de revisión de las concesiones. Nuevamente el tema de la libertad de prensa está en el tapete de la discusión. El debate se ha tornado mucho más interesante, debido a que el presidente Hugo Chávez se declara “socialista” y toda la prensa burguesa del continente lo considera un gobierno de izquierda. Entonces surge la gran pregunta: ¿es lícito que un gobierno que se considera de “izquierda” cierre medios de comunicación bajo el pretexto que son controlados por la derecha?

Los efectos de la crisis económica

Aunque el chavismo ha nacionalizado varias empresas, o ha constituido “empresas mixtas” con las transnacionales y los grandes empresarios, las nacionalizaciones no son un indicador del tránsito hacia el socialismo. Los regímenes fascistas de Mussulini y Hitler, solo para citar los ejemplos más chocantes, nacionalizaron la mayor parte de los medios de producción de Italia y Alemania. En estos dos casos el estado capitalista controló y dirigió la economía, preparando a ambos países para desatar la segunda guerra mundial. Entonces, las nacionalizaciones por sí mismas, no son un indicador de avance hacia el socialismo, todo depende de que clase social dirija este proceso. Y en Venezuela no son los trabajadores los que dirigen este proceso de nacionalizaciones que en un corto periodo nos augura nuevas privatizaciones.

Además, la época de la bonanza petrolera ha terminado. El endurecimiento del chavismo esta directamente relacionado con la crisis económica, que para Venezuela adquiere una especial significación, dada su naturaleza de país productor de petróleo y cuyos principales ingresos provienen de la renta petrolera. En esta recesión de la economía capitalista, los precios del petróleo han bajado estrepitosamente provocando un déficit presupuestario del gobierno venezolano que lo obliga a reducir sus programas de asistencia social. Estos programas o “misiones” son, los que le han garantizado la base social necesaria para ganar casi todas las elecciones en los últimos diez años.

Chávez ganó las últimas elecciones municipales y estatales, pero con el inconveniente que la oposición burguesa se hizo fuerte en los principales centros urbanos, los más poblados. Este es un peligroso síntoma de agotamiento del modelo chavista

La evolución política del chavismo

Bueno, lo primero que debemos aclarar es que el término “Izquierda” o “derecha” no indican realmente cuales son las verdaderas posiciones políticos de cada quien, son términos relativos. De igual manera, el término “capitalista” o “socialista” por si solos no indican nada. Se debe descubrir la dinámica de la lucha de clases para indicar si un gobierno es capitalista o socialista, si protege el funcionamiento de la economía capitalista o no.

En el último periodo, las categorías del marxismo para analizar el comportamiento de los individuos y de las clases sociales han sido más que prostituidas. La ofensiva del neoliberalismo durante los últimos 25 años produjo reacciones y fenómeno nacionalistas en muchos países, como en Venezuela. Entonces surgió el chavismo como una expresión nacionalista, revolucionaria, antiimperialista, con un programa democrático y con una ideología ecléctica que mezclaba nacionalismo, cristianismo, bolivarianismo, castrismo, etc.. Pero no es lo mismo el chavismo en sus inicios, cuando llamaba  a la movilización democrática de las masas en contra del sistema político bipartidista corrupto, al chavismo después de una década en la administración del Estado burgués.

En su ofensiva por vencer la resistencia de la oligarquía, el chavismo desató una enorme fuerza revolucionaria, que ahora procura contener, frenar y desviar.

A nivel político, el chavismo en el gobierno evolucionó de un régimen bonapartista sui generis a un régimen bonapartista cada vez más reaccionario. La defensa de la economía capitalista lo obliga a endurecerse contra las propias masas que fueron su base social de apoyo, y quienes lo llevaron al poder. En este giro reaccionario del chavismo, el principal ataque ha sido contra las libertades democráticas.

Ley especial sobre delitos mediáticos

Mientras en casi todos los países se discute la necesidad de despenalizar total o gradualmente los llamados “delitos de opinión”, en Venezuela la Asamblea Nacional estuvo a punto de aprobar una ley que castigaba con penas de seis meses a cuatro años de cárcel a los periodistas o medios de comunicación cuyas críticas fueren consideradas insidiosas. El escándalo del cierre de 34 medios de comunicación y la amenaza de esta ley especial represiva, desencadenó una ola de presiones sobre el gobierno de Chávez, que lo obligó a retroceder en este último punto.

Los socialistas y la libertad de prensa

En los hechos, bajo el sistema capitalista la libertad de prensa ha dejado de ser un derecho real para convertirse en una ficción, en un lucrativo negocio de las empresas transnacionales propietarias de los grandes medios de comunicación. El imperialismo y la burguesía niegan o restringen la libertad de prensa a los trabajadores y el pueblo, solo publican aquellas noticias que les interesan y censuran o minimizan todo lo que representa un peligro para el sistema capitalista.

Sin embargo, mientras no estalle una revolución anticapitalista, los socialistas luchamos por extender y desarrollar las más amplias libertades democráticas, incluida la libertad de prensa y de información. A diferencia de la burguesía que las convierte en un fetiche, luchamos por estas libertades para elevar el nivel de organización y conciencia de la clase obrera y sus aliados populares. Solamente en circunstancias excepcionales como agresión militar del imperialismo contra una semicolonia, guerra civil o golpe de estado fascista, luchamos por silenciar a aquellos medios de comunicación al servicio de la contrarrevolución, aclarando que se trata de medidas excepcionales dirigidas únicamente contra estos sectores de manera específica y nunca contra la generalidad de las organizaciones obreras, campesinas y populares. Luchamos por el cierre de los medios de comunicación fascistas por que el fascismo es la negación de la propia democracia burguesa, la cual bajo un régimen de relativas libertades, nos permite ampliar y desarrollar los niveles de organización y conciencia de la clase trabajadora y sectores populares. Aun bajo el socialismo, una vez que hayamos destruido al capitalismo, debemos luchar por avanzar hacia el reino de la libertad.

En el caso concreto de Venezuela, decimos categóricamente que a pesar de los roces del gobierno de Chávez con el imperialismo norteamericano y europeo, en ese país existe una económica capitalistas y un gobierno al servicio de un nuevo sector de la burguesía, que se conoce popularmente como “boliburguesia”

Los socialistas siempre estamos en contra de los regímenes totalitarios bajo el capitalismo y aun bajo el socialismo. La restricciones a las libertades democráticas, incluida la libertad de prensa, no constituye un principio ni forma parte del programa marxista o socialista. Este apasionante debate sobre los alcances y límites de las libertades políticas no está cerrado, concluirá cuando la humanidad se haya librado del sistema capitalista.

Una vez más: contra el control del Estado burgués

En las actuales circunstancias, Chávez no enfrenta un golpe militar, ni un ataque militar del imperialismo, y Venezuela no se encuentra inmersa en una guerra civil. Al contrario, es el periodo en que Chávez concentra un mayor poder político. A pesar de ello, Chávez quiere silenciar a la oposición burguesa que le critica ásperamente, cerrando medios de comunicación.

El cierre de 34 medios de comunicación no ayuda a elevar el nivel de conciencia y de organización de la clase obrera y sus liados populares. En las condiciones actuales, el cierre de 34 medios de comunicación no puede ser considerado una medida anticapitalista, progresiva, sino todo lo contrario. La verdadera “democratización de la información” en Venezuela se producirá en la medida en que aumente el poder, la influencia y la independencia de la prensa obrera y popular. Bajo el capitalismo estas posibilidades son muy limitadas. La autentica ampliación de la libertad de prensa e información será una realidad cuando todos los grandes medios de comunicación sean entregados a los sindicatos, organizaciones campesinas y populares, así como a las asociaciones comunitarias.

Chávez nunca va a realizar esta tarea democrática, no quiere ampliar el poder, influencia e independencia de la prensa obrera y popular, sino controlar a la actual prensa burguesa, colocarla bajo la tutela de su proyecto bonapartista.

León Trotsky afirmaba con certeza que “el modo más efectivo para combatir la prensa burguesa es extender la prensa de la clase obrera” (Libertad de Prensa y la Clase Obrera, 1938).

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