Por Leonardo Ixim

El resultado de las elecciones parlamentarias del seis de diciembre del año pasado, donde la derechista Mesa de la Unidad Democrática se impuso sobre el oficialista Gran Polo Patriótico con 7 millones 726 mil votos sobre 5 millones 623 mil votos, de un padrón de 19 millones 505 mil, participando el 74 por ciento de los habilitados para votar, muestra una tendencia de crecimiento de la MUD que inició aun en vida Hugo Chávez Frías

La derecha logró 167 diputados, con tan solo 56 del chavismo, ganando en 14 de los estados más poblados del pais entre ellos Caracas y solo 8 estados el oficialismo, siendo éstos los menos poblados. Lo sorpresivo fue que la MUD ganó estados y municipios que eran base dura del chavismo, como Miranda, Aragua, Carabobo, Vargas, Zulia, Táchira; además de ser mayoría en barrios de Caracas simbólicos del chavismo.

Es que el chavismo, que aglutina entre otros partidos al Socialista Unificado de Venezuela, al Comunista Venezolano, Patria Para Todos, etc., está sufriendo, al igual que otros gobiernos “progresistas”, el fin de ciclo de gobiernos pos neoliberales. Estos gobiernos, aprovechando el auge de los precios de los commodities, nacionalizaron algunos sectores estratégicos de la economía como el petróleo en Venezuela, logrando más ingresos para distribuir en los presupuestos públicos en obras, planes y mejoras de los servicios sociales.

Tal situación, que permitió sacar de la pobreza a muchos venezolanos, se enfocó en programas asistenciales y leves mejoras de los ingresos salariales, pero sin lograr sostenibilidad, ya que no se realizaron reformas fiscales progresivas. Paradójicamente, este país es uno de los que tiene más baja carga tributaria con respecto al PIB, según la CEPAL. Ni que decir de avanzar en un proceso socialista nacionalizando los principales resortes económicos, como las grandes empresas importadoras y de procesamiento de alimentos, o los bancos que ganaron millones en este ciclo “pos neoliberal”.

La economía, por su parte, continuó sin diversificarse, manteniendo su carácter rentista y mono exportador, al grado que el 96 % de las divisas provienen de la exportación petrolera. Esto pese a los planes e intentos de industrialización, los acuerdos con China sobre la materia, etc.; al grado que, debido al agravamiento de la crisis, como denuncian líderes sindicales de la industria petrolera, el mantenimiento de la planta para el procesamiento de los hidrocarburos, se encuentra en estado deplorable.

La crispación social

El gobierno de Nicolás Maduro ha seguido subsidiando las grandes empresas importadoras que surten los productos de consumo humano. Pese a que existen precios controlados, estos aumentan constantemente, siendo este país el que tiene la tasa de inflación más alta del mundo, un 720 %. Hay un complejo sistema cambiario, que ha ido modificándose desde 2003 cuando se estableció el control cambiario, habiendo en la actualidad dos tipos, uno de 6 bolívares por dólares lo cual esta mantenido artificialmente por el gobierno y uno libre que llega hasta 200 bolívares por dólar.

Tal situación causa desabastecimiento que crispa a la población, provocando en las últimas semanas saqueos en las principales ciudades. Las causas no solo hay que achacárselas al real acaparamiento de estos empresarios beneficiados por el subsidio a la importación o al contrabando hacia Colombia, que pese a los distintos intentos para controlarlo no se ha detenido, ante la corrupción galopante de las mismas autoridades gubernamentales; poco se ha aprendido de experiencias como la de Chile en tiempos de Allende, donde al igual que ahora no se estatizó los principales sectores de la economía.

Para el economista Manuel Sutherland, del Centro de Investigación y Formación Obrera, la caída en un 75 % de los precios del petróleo ha provocado un retroceso del PIB de -7.1 %, situando las reservas monetarias mas bajas en una década, provocando una constante fuga de capitales pese al control de cambios.

Según este economista, la fuga de capitales entre 2000 a 2010 fue de un 42 por ciento, transfiriendo entre 2003-2014 para los bolsillos de la burguesía 295 mil millones, 20 veces la totalidad de las RIN mientras que las exportaciones en ese periodo fueron de tan solo 30 mil mdd. Otro economista, Andrés Villegas, afín al Partido Comunista Venezolano, señala que el endeudamiento entre 1999 y 2015 ha pasado de 40,820 mdd a 133,899 mdd. Y entre las causas de esto señala la baja productividad del trabajo, la nula diversificación de la economía y por ende la escasez de divisas centrándose en la exportación petrolera, situando el barril en solo $20, después de haber llegado con Chávez a $100.

Por otra parte, la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) de 2015, evidencia que más de tres millones de venezolanos solo comen dos tiempos de comida, habiendo desparecido de su dieta, frutas y verduras, centrándose en cosas que llenan el estómago como harinas, arroz, pastas, etc. Por otro lado, pese a los iniciales éxitos del chavismo en reducción de la pobreza, desde 2012 ésta vuelve a crecer, situándose sobre el 70 %. Esto además de la situación de inseguridad y delincuencia que aqueja a la población -problemática anterior al chavismo- al grado que la impunidad ronda en un 90%.

Por eso no es raro que la oposición lograra convertirse en la primera fuerza en la Asamblea Nacional (AN). Según una encuesta de Datanalisis publicado por el opositor diario El Nacional el año pasado, cuando Chávez recientemente murió el 44% se consideraba chavista, reduciéndose para mediados del año pasado a un 22 %.

Para colmo la escasez de lluvias ha afectado el principal embalse que abastece en más de un 70 % la demanda de electricidad, aumentado los apagones eléctricos, pero también el acceso al agua. Nuevamente se señala la falta de inversión en la generación de distintas fuentes para cubrir las necesidades sociales.

La ofensiva de la derecha

Durante 2014 la derecha probó la salida de la desestabilización, aprovechando los síntomas del malestar con movilizaciones, llegando en algunos de casos a acciones de tipo fascista apoyadas por paramilitares colombianos, denominadas “guarimbas”; instigadas entre otros por Leopoldo López del partido Voluntad Popular, parte de la MUD, quien terminó en prisión. Con el triunfo de ésta en el legislativo, tácticas como reducir el mandato de Maduro, acción impulsada por el gobernador de Miranda y ex candidato de la MUD, Capriles Radonzky del partido Primero Justicia, se presumen posibles. Sin embargo, tal decisión chocaría con el fallo en contra del Tribunal de Justicia Venezolano, controlado por el chavismo.

Por tanto, la apuesta del MUD ahora es la posibilidad de un referéndum revocatorio del cual el primer paso fue logrado, consiguiendo 200 mil firmas que tendrán que ser aprobadas por el Consejo Nacional de Elecciones, para después volver a conseguir 4 millones de firmas más y lograr que éste convoque a elecciones. No sería la primera vez que la oposición de derecha lo intenta, pues ya durante el gobierno de Chávez este enfrentó un referéndum revocatorio el cual triunfó.

Recordemos que la MUD aglutina los partidos que representan por un lado los políticos corruptos del puntofijismo y por otro, la parásita oligarquía pro gringa. Demagógicamente han impulsado leyes para hacerle frente a la crisis social. El imperialismo por su parte da la ayudadita, manteniendo el cínico decreto de Obama de que Venezuela es un peligro para la seguridad gringa y exigiendo que se libere Leopoldo López, Antonio Ledesma y otros organizadores de guarimbas. En esta ofensiva la AN acaba de aprobar una ley de amnistía para éstos, sin importar los asesinados por las acciones fascistas de 2014.

El chavismo en su laberinto

Maduro y el Gran Polo, por su parte, se enfrascan en la misma ruta. Se convocó a un Consejo Nacional de Economía Productiva, donde pese a la retórica del presidente de llamar a tomar las empresas que realicen lockout, lo cierto es que tal consejo se conforma en buena parte por empresarios, a los cuales se les premia con mas créditos para adquirir divisas bajo tasas preferenciales. De igual forma sigue la espiral inflacionaria, pese al decreto de aumento del salario mínimo recién anunciado, en una economía donde la informalidad prima y se anuncia aumentos al impuesto sobre la renta. Por otra parte, la mayoría de ganancias de las empresas estatales, se transfiere para el pago de deuda y las ganancias de las empresas mixtas se van, sin dejar sombra, a sus matrices.

La mayoría de contratos colectivos, además, tanto en el Estado como en el sector privado, están detenidos. Y cuando los obreros se movilizan, se les criminaliza con la Guardia Nacional Bolivariana mandándoles a prisión. Se asesina, además, a líderes campesinos e indígenas ante el entrampamiento de la reforma agraria y la imposición de proyectos mineros sobre tierras comunales.

Por todo eso, consideramos que las fuerzas de izquierda, como el “chavismo crítico” con Marea Socialista, el PSL, los sindicatos del Encuentro Popular, etc., deben avanzar en procesos unitarios, movilizando a la población para convocar una Asamblea Constituyente hacia la socialización de los medios de producción fundamentales, nacionalizando la banca y el comercio exterior; dejando de subsidiar a los importadores; no pagando la deuda externa y poniendo controles a las ganancias de las trasnacionales sobre todo las que son parte de las empresas mixtas; hacerle frente a la espiral inflacionaria con verdaderos controles de precios y con escalas móviles de salarios, entre otras cosas. Estableciendo un verdadero Consejo de Planificación con la participación de los obreros, empleados públicos, trabajadores independientes, campesinos, comunidades indígenas, etc.