Por Tribunal Dignidad, Soberanía, Paz contra la guerra-Comité Independencia y Soberanía para América Latina (CISPAL)

El Presidente del Ecuador, Rafael Correa Delgado, indiscutido líder de la revolución ciudadana, mantiene un encendido discurso antiimperialista y nacionalista con el que defiende la soberanía nacional tanto en el manejo de los recursos naturales como en la definición y práctica de las políticas económicas, pero en la realidad este país de la mitad del mundo, lo que ha hecho es cambiar de amo: salir del dictado imperial yanqui y de la subordinación al Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial, para pasar a la dependencia de la República Popular China que concede créditos caros en miles de millones de dólares, que los cobra llevándose el petróleo, para venderlo a otros países a mayor precio del facturado por el Ecuador.

 

Por dónde quiera que se vea, el negocio es redondo que, para muchos analistas y opositores al régimen, propicia la existencia de grandes redes de corrupción que se tejen al socaire de alianzas estratégicas binacionales propuestas y suscritas por la sui géneris revolución ciudadana que comercializa el crudo sin procesos de licitación, y por sobre las leyes que pueden entorpecer y demorar la venta o el transporte de millones de barriles de petróleo que son traspasados de un barco tanquero a otro en alta mar, sin testigos molestos que, eventualmente, podrían denunciar que la mayor parte va a refinerías estadounidenses ubicadas en la costa del Pacífico, y otras veces a las ubicadas en el Golfo de México, cuando pasa por el Canal de Panamá.

El valor del barril de petróleo es determinado por el mercado internacional, pero sustancialmente por los gigantes consorcios estadounidenses como Shell y Conoco-Phillips en las operaciones establecidas, en especial, con Petrochina. Para adquirir el petróleo ecuatoriano, inclusive participan las grandes refinerías como las del consorcio Stusco-Shell USA Trading Co, otra refinería de Estados Unidos. En los obscuros negocios petroleros no es raro que los consorcios se adjudiquen miles de barriles diarios con alzas y rebajas determinadas por ellos mismos. Petroecuador negocia su crudo con una rebaja o "diferencial" (para mejorar su oferta) respecto a la cotización del crudo Intermedio de Texas (WTI), que sirve de referencia para Ecuador y que se negociaba directamente en la Bolsa de Nueva York, antes de que se efectúen las triangulaciones casi perfectas, creadas por las empresa chinas, a tal punto que se habla sobre el “asalto chino al petróleo ecuatoriano”, al advertir que el 80 % del petróleo de la nación andina fue a parar a manos chinas en el año 2012, pero lo que no se dice es que China no se queda con el petróleo, pues lo comercializa preferentemente con empresas petroleras y refinerías de Estados Unidos, con el conocimiento del gobierno del presidente Correa, con lo que se demostraría que una cosa es el discurso y otra es el negocio que le deja millones de dólares, para las obras de la revolución ciudadana y para mantener costosos subsidios para satisfacer exigencias políticas clientelares.

El diario El Comercio de Quito, que es un medio de comunicación abiertamente opositor al régimen de Correa, refiriéndose a declaraciones del Gerente de Petroecuador, Marco Calvopiña, confirmaba que de cada 10 barriles de petróleo que el Estado ecuatoriano exportó en el 2012, 8 fueron a manos de empresas chinas de manera directa y sin licitación. Ello implicó un incremento cercano a 16 puntos porcentuales respecto al dato registrado en el 2011, cuando el 64% de las exportaciones de crudo llegaron a manos chinas.

Las transacciones se han llevado a cabo bajo los contratos de venta anticipada de petróleo con el gigante asiático que arrancaron en julio del 2009. Los acuerdos, también calificados como contratos a largo plazo, implican una exportación de petróleo a cambio de desembolsos anticipados de parte de China para el Ecuador, de USD 1 000 millones y con tasas de interés que varían entre el 6 y 7,25% anual. Desde el 2009, la venta directa de petróleo a China para pagar estos préstamos ha ido creciendo progresivamente. Así, hasta el año pasado ambos países mantenían tres contratos vigentes que equivalían a una deuda por USD 4 000 millones para el Ecuador. Esta deuda se va amortizando con un porcentaje de cada barril que exporta el país y que el año pasado bordeaba el 15%.

Sin embargo, los contratos son poco transparentes y no se conoce específicamente cuánto petróleo se va en cada uno ellos. En este escenario, ni Petroecuador ni el Ministerio de Finanzas han explicado el por qué cada vez se destina más petróleo a China. El secretario del Observatorio de la Política Fiscal, Jaime Carrera, indicó que a finales del año pasado se firmó un nuevo crédito desde China y de USD 2 000 millones, pero este último se comenzará a cobrar desde que se haga el desembolso a las arcas fiscales. Cuando eso suceda también se comenzará a pagar con más petróleo la deuda al gigante asiático. Para Carrera, China tiene un triple beneficio con estos contratos. Por un lado, recibe el petróleo nacional de manera directa y preferente. En segundo lugar, el crudo sirve para garantizar los préstamos que le hace al Ecuador, a altas tasas de interés. Y finalmente, esos créditos son para pagar las obras que realizan las empresas chinas.

En cambio, para el Ecuador, hay tres desventajas. Por un lado, no obtiene mejores precios en la venta de crudo. Además, debe pagar altas tasas de interés, a diferencia de países vecinos como Bolivia o Paraguay. Finalmente, pierde la oportunidad de licitar obras de infraestructura con empresas internacionales que busquen invertir. Según El Comercio, Calvopiña habría revelado, además, que el Ecuador cada vez intercambia menos crudo por derivados con Venezuela, por las dificultades que ha tenido en sus refinerías. El año pasado fue apenas el 2,5% del total exportado del país.

10 ofertas para crudo Oriente Petroecuador lanzó un concurso de 4,3 millones de barriles de crudo nacional tipo Oriente. Esta licitación se dio en dos lotes, cada uno ellos de seis cargamentos de 360 000 barriles. A la oferta fueron invitadas 16 empresas privadas y estatales. De ellas, sin embargo, se excusaron y fueron descalificadas 6. Entre los invitados estuvieron Petrovietnam, Petroperú, Maldives, Unipec, Valero, Petrochina, BP, Repsol, Astra, SK y Noble, entre otras. Las empresas que mejores ofertas presentaron fueron Repsol para el primer lote con un diferencial positivo de USD 8.41 por barril por sobre el precio del marcador internacional West Texas Intermediate (WTI). Y para el segundo lote, la mejor oferta fue la de Petroperú con un diferencial positivo de USD 5.69 por barril sobre el WTI.

Por su parte, la empresa petrolera Estatal Petroecuador afirmaba que “la actual comercialización de nuestro crudo obedece a una lógica de la tendencia mundial de las relaciones comerciales, donde productores y consumidores eliminan a intermediarios, optimizando costos y evitando procesos especulativos".

Advertía que "el mercado asiático significa para el mercado petrolero ecuatoriano, la mejor posibilidad de diversificación" de mercados. Asimismo, destacaba que los precios obtenidos con Shell y Conoco-Phillips marcan el valor del crudo ecuatoriano en operaciones establecidas con Petrochina y ENAP de Chile.

En las operaciones comerciales del crudo ecuatoriano han intervenido también las transnacionales Shell Western Supply And Trading Ltd., Valero Marketing & Supply Co., y Arcadia Petroleum Corp. Estas empresas compraron petróleo ecuatoriano para el mercado estadounidense.

El mercado petrolero es volátil debido a una serie de circunstancias. Así por ejemplo, el precio del petróleo sufrió un alza en Nueva York, por encima de $94 por barril por primera vez desde septiembre, en un mercado impulsado por la reactivación de un oleoducto en Estados Unidos, pero sobre todo por la debilidad del dólar.

El barril de "light sweet crude" (WTI) - referencia del petróleo ecuatoriano subió 58 centavos y terminó en $94,14 en el New York Mercantile Exchange (Nymex). El alza del barril de crudo se produjo por la reactivación del oleoducto de Seaway, que transporta crudo de Cushing -principal terminal petrolera de Estados Unidos, en Oklahoma (sur)- hasta las refinerías de la costa del Golfo de México.

Petroecuador informaba que se busca eliminar a los intermediarios para que el Ecuador obtuviera un mejor precio por su petróleo. Bajo el mismo argumento se firmaron convenios de venta directa de crudo, sin concurso, con Ancap y Petrochina. De todas maneras Petrochina es la que siempre gana en las ventas del crudo ecuatoriano.

Según cifras oficiales del Banco Central del Ecuador, en el 2006, el 63% del volumen del petróleo ecuatoriano tenía como consumidor final a clientes en Estados Unidos. La situación no ha cambiado entre el 2007 y el 2012, ya que Estados Unidos sigue siendo el principal consumidor con más del 62% del petróleo que recibe China.

“Adicionalmente, un informe de Petroecuador entregado al asambleísta Kléver Jiménez muestra que, del 2009 al 2011, la mayoría de petróleo comprado por Petrochina y Ancap tenían como destino Estados Unidos y Panamá.

Para el caso de Pdvsa, se dio una situación similar hasta el 2010, pero a partir del año pasado la estatal venezolana comenzó a consumir petróleo ecuatoriano en sus refinerías, luego de cuatro años de vigencia del convenio firmado con el Ecuador.

Por un lado, el destino final del crudo nacional no ha ido a los países con los que se firmó los convenios. En segundo lugar, el precio con el que se vende el crudo nacional en ventas ocasionales tipo ‘spot’ a compañías privadas es entre USD 4 y 8 más por barril frente al precio del crudo entregado a Petrochina y Pdvsa.

En el negocio petrolero participan firmas intermediadoras como Trafigura o Glencore que transportan el crudo ecuatoriano hacia refinerías estadounidenses.

La Revista Vanguardia destacaba que una investigación descubre el laberinto comercial y financiero de la venta del crudo ecuatoriano. Afirmaba que diez contratos están en duda y en el texto añadía: Un nuevo crédito de 2000 millones de dólares, garantizado con petróleo fue suscrito por el Ecuador con el Banco de Desarrollo de China, en los últimos días del año 2012, con el cual se compromete 36 000 barriles diarios de petróleo, durante los próximos tres años. Con la nueva cifra, suman cinco líneas de crédito por un monto total de 7000 millones de dólares, con intereses que oscilan entre el 6 y el 7,25% anual, durante el gobierno de Rafael Correa.

Este nuevo endeudamiento, estaría condicionado, además, a la adjudicación de varios bloques petroleros en el sur oriente, según se desprende del libro Ecuador Made in China, de la autoría de Fernando Villavicencio, experto petrolero.

Ecuador Made in China desentierra secretos comerciales y financieros. Como el cambio de propiedad del crudo ecuatoriano en altamar, en los propios buques de la Flota Petrolera Ecuatoriana, Flopec; o que el petróleo entregado a Petrochina es revendido por traders, especialmente a las refinerías de la multinacional Chevron-Texaco, en la costa oeste de EE.UU., y aun más, descubrir que por esta intermediación el país habría perdido al menos 3 dólares por barril, lo cual representa una cifra de 1250 millones de dólares durante todo el período.

La investigación de Villavicencio revela que en este gobierno se han llevado a cabo 10 contratos de provisión de crudo y fuel oil, sin licitación entre Petroecuador y Petrochina. Los compromisos representan 461 millones de barriles de petróleo en contratos a largo plazo, uno de ellos se extiende hasta el año 2019. De acuerdo con la publicación, se ha edificado un escenario en el cual Petroecuador realiza una transacción con Petrochina, donde se transfiere un monto superior a 36 000 millones de dólares –si se considera cada barril a USD 80-, por la recepción de tres créditos de 1000 millones y dos de 2000 millones de dólares.

Desde este prisma, China recibe 461 millones de barriles de petróleo -36 000 millones de dólares- del Ecuador, los cuales son revendidos por adelantado, por la intervención de los traders Taurus Petroleum y Castor Petroleum, especialmente en el mercado estadounidense. Por esa cantidad de crudo Ecuador ha recibido, en comparación, la cantidad de 7000 millones de dólares al 7% de interés, más comisiones del 1,07%, menos 3 dólares por barril que se llevan los intermediarios. La matriz de Petrochina es China National Petroleum Corporation (CNPC), una empresa semiestatal que controla el 86,32 % del capital accionario, el resto está en manos de capitalistas estadounidenses y la petrolera inglesa BP. CNPC fue inscrita en la Superintendencia de Compañías del Ecuador en el 2006, tiene su domicilio en las Islas Vírgenes Británicas, territorio que enlista el cuadro de paraísos fiscales del Servicios de Rentas Internas del Ecuador.

LABERINTO PETROLERO Y FINANCIERO

El instructivo de comercialización externa de Petroecuador promueve la venta del petróleo a consumidores finales. Pero la respuesta de Petroecuador sorprendió al autor: no es de interés del Estado la suerte final del petróleo. "¿No es de interés? pregunta el autor ¿O infunde el temor de que el país sepa que en la reventa o segunda facturación del crudo a través de los traders, aparezcan los precios reales y así se descubran las diferencias que engordan chequeras?", responde. Durante seis años las autoridades respondieron con la excusa de que la responsabilidad del Estado acaba cuando el buque ha sido cargado en Balao, Esmeraldas. El propio presidente Rafael Correa respaldó los acuerdos con Petrochina, insistiendo que el petróleo ya no va a Estados Unidos, como en época de la “partidocracia corrupta”. Pero, pese a estar informado de que el petróleo ecuatoriano va a Estados Unidos, Correa afirmó que éste va a China y, además, porque comercialmente hablando era un absurdo desplazar un buque Panamax (360 000 Bls) desde Balao en el Pacífico, pasando por el Canal de Panamá, hasta la República Popular China.

Luego de una larga investigación el autor puede afirmar que: "se ha generado una auténtica piratería en altamar con el petróleo ecuatoriano, llamada swap por los tecnócratas, ante los ojos y con el aval de los gobernantes".

Esta investigación identificó la entrada al laberinto. Una vez firmada la alianza estratégica entre Petrochina y Petroecuador, aparecieron en escena los traders Taurus Petroleum y Castor Petroleum, de la mano de sus lobistas. Ellos se encargaron de vender por adelantado el crudo ecuatoriano a las refinerías, reservándose una tajada del diferencial por la intermediación. Así las cosas, en el Bill of Lading (conocimiento de embarque) que levanta Petroecuador se establece el puerto de destino del cargamento, definido previamente por Taurus y Castor con la compañía refinadora, principalmente en la costa oeste de Estados Unidos, (Chevron-Texaco). Otros cargamentos de crudo tienen como destino el terminal de almacenamiento de Taurus-Gunvor en Panamá, desde donde revende a consumidores finales, de la costa atlántica. En decenas de facturas y Bills of Lading, entregados por Petroecuador, consta como beneficiaria del crudo la compañía Petrochina International América, domiciliada en Nueva Jersey, Estados Unidos, creada en el paraíso fiscal de Panamá a través de Escritura Pública 24425, inscrita el 29 de diciembre del año 2010 en la Notaría 4, empresa que, según el libro, aparece como una cortina de Petrochina International Company Limited, domiciliada en Beijing, suscriptora de los contratos.

Petrochina América, beneficiaria real del crudo, fue constituida recién en diciembre del 2010 en Panamá, "sin embargo desde el año 2008 Petroecuador endosó los cargamentos de petróleo a una empresa inexistente". Así, el petróleo ecuatoriano cargado en Esmeraldas a nombre de Petrochina, cambió de dueño en alta mar. En el Istmo de Panamá también se cambió de dueño del petróleo, utilizando la terminal de almacenamiento controlado por la empresa Petroterminal (PTP) en sociedad con Taurus, Castor y Gunvor. Lo expresado se comprueba en varios Bills of Lading, obtenidos de fuentes internacionales, en los cuales Petrochina América, transfiere la propiedad de los cargamentos de crudos Napo y Oriente a Taurus Petroleum y Castor Petroleum, generándose un segundo Bills of Lading entre Petrochina América y Taurus o Castor, y en algunos casos modificando el destino del crudo. En este punto, el petróleo dejó de ser de Petrochina y pasó a manos de los traders privados, para consumar la triangulación y entregarlo a los refinadores.

En el Bill of Lading de Castor se establece como puerto de embarque del cargamento de crudo Napo, a Chiriquí Grande (Panamá), en la terminal de almacenamiento, pese a que el único país que produce crudo Napo es Ecuador, y su puerto de carga, Balao-Esmeraldas. Según certificación oficial, EP Petroecuador no ha suscrito ningún contrato con Castor Petroleum, ni Taurus Petroleum.

La investigación revela que el principal comprador del petróleo ecuatoriano en Estados Unidos, a través de Taurus y Castor, es Chevron-Texaco, la propia empresa demandada por comunidades en el Ecuador, acusada por Correa de cruel, al haber provocado, según los denunciantes, uno de los mayores impactos sociales y ambientales en la Amazonía y daños irreparables a los pueblos ancestrales, -y sobre la cual pesa una orden de embargo internacional-. Chevron recibe el petróleo ecuatoriano a través de Petrochina.

En los reportes publicados por Taurus y Castor se registran las transferencias: el cargamento de 276 000 barriles de crudo Oriente, embarcado en Esmeraldas en el buque Pichincha de Flopec a nombre de Petrochina, según el Bill of Lading de Petroecuador, fue transferido por Taurus Petroleum a la compañía norteamericana Chevron, registrando en el nuevo Bill of Lading como lugar de carga (Shipper Country) un singular país en alta mar (High Seas). El buque descargó el crudo en California, el 20 de agosto del año 2012. El contenido del reporte de Taurus expresa que en alta mar se cambió la propiedad del petróleo, pero no en cualquier barco, sino en el buque tanque Pichincha, perteneciente a la empresa pública Flopec, de propiedad de la Armada Ecuatoriana.

El informe demuestra que Petrochina revende el crudo ecuatoriano, aplicando un sistema de doble facturación: la primera factura con descuento la hace Petroecuador con Petrochina, mientras Taurus o Castor realiza la segunda a nombre de Petrochina América con el consumidor final a precio de mercado.

En el plano petrolero se produce un intercambio o swap (el petróleo ecuatoriano se revende y en compensación se adquieren volúmenes de crudo para las refinerías chinas, de productores más cercanos, especialmente iraníes) y, en el ámbito financiero se genera un mecanismo de circulación a través de varias cuentas y bancos domiciliados en Estados Unidos, Panamá y otros paraísos fiscales; laberinto en el cual el dinero, sin perder su identidad, se desvanece sin dejar rastro ni permitir seguimientos.

De acuerdo con la estructura de la transacción que integra el Convenio de Cuatro Partes, el Banco de Desarrollo de China (CDB) figura como el ente proveedor del crédito, aunque no se identifique el destino del dinero (dólares americanos), que ingresa al Ministerio de Finanzas de Ecuador, a través del Bladex de Panamá, al menos en uno de los créditos asumió esa ruta en varias transferencias de 200 millones de dólares cada una.

A cambio Petroecuador entrega varios cargamentos mensuales de petróleo a Petrochina, los cuales son revendidos. Esos recursos económicos que Taurus Petroleum y Castor Petroleum reciben cash de los refinadores son manejados en cuentas particulares a las cuales el Estado ecuatoriano no tiene acceso ni controla

De las cuentas de los referidos traders, se transfieren a la cuenta de Petrochina los valores facturados con descuento por Petroecuador. De acuerdo con las cláusulas contractuales, Petrochina tiene hasta 40 días para depositar esos recursos en la cuenta conjunta en el CDB de Nueva York. A esta cuenta llegan los valores expresados en la primera factura, es decir, el precio del crudo descontado. ¿Dónde queda la diferencia entre el precio comprado a Ecuador y el vendido a los refinadores (3 dólares o más por barril)? El siguiente paso es transferir los valores correspondientes al pago de capital e interés a la cuenta del CDB, y la otra parte a la cuenta del Banco Central o de Petroecuador en el Bladex de Panamá, utilizando bancos intermediarios como el JP Morgan o el Wachovia Bank, de Nueva York. Todas las transferencias se realizan en el corazón financiero de EE.UU. ¿Con qué dólares paga Petrochina el crudo a Irán? Esa es la pregunta que provoca dolores de cabeza en Estados Unidos.

Americas Forum for Freedom and prosperity con su conocida actitud injerencista, “interesado en el destino del petróleo ecuatoriano, mediante un comunicado de prensa decía que el petróleo estaba hipotecado a China.

Sostenía que el gobierno de Rafael Correa, ha comprometido gran parte del saldo exportable del petróleo ecuatoriano hasta los años 2016 y 2019, para cubrir créditos del orden de $ 7 mil 300 millones, concedidos por el Eximbank y el Banco de Desarrollo de China, con la cobertura de la compañía Petrochina, con intereses onerosos del 7%, y precios del barril de crudo inferiores a los del mercado, según el analista petrolero Fernando Villavicencio. Además, advirtió que el gobierno habría comprometido reservas de campos petroleros como garantía del mega crédito chino de $ 13 mil millones para financiar la Refinería del Pacífico, en el acuerdo alcanzado por los ministros Jorge Glas y Patricio Rivera con la transnacional CNPC (Petrochina), documento calificado de reservado.

El Ecuador ha perdido la soberanía sobre el manejo del comercio externo de los hidrocarburos, asegura Villavicencio, lo cual se confirma en la confesión del ministro venezolano Rafael Ramírez, cuando afirma: “Agarramos su crudo, lo valorizamos bien, se vende y buscamos los productos que ellos necesitan, de las calidades que piden”. A confesión de parte relevo de prueba.

Pero, a falta de confesión, sobran las pruebas documentales: centenares de facturas, bill of lading, certificados de origen, y contratos, confirman las denuncias que desde el año 2008, entre un 60, 90 y en algunos meses el 100% del saldo exportable de crudo ha sido entregado sin licitación, con precios descontados, a favor de las empresas estatales: Petrochina, Pdvsa de Venezuela, Ancap de Uruguay, Petrovietnam, quienes actúan como pantallas de los mismos intermediarios de la época de la partidocracia: Trafigura, Glencore y Castor Oil, que siguen acumulando fortunas en los paraísos fiscales. La diversificación de los mercados es otro cuento del Presidente Correa, el crudo no va a China, Uruguay, Vietnam o Venezuela, según los certificados de conocimiento de embarque, el 60% del crudo ecuatoriano tiene como destino EEUU, el resto se distribuye a puertos de Centroamérica, Panamá e incluso Perú, igualmente los mayores volúmenes de combustibles provienen de las refinerías de EEUU, por ello resulta contradictorio que el gobierno se declare antiimperialista, mientras sea el que provea de energía a su enemigo público. Villavicencio, agrega que en la larga noche neoliberal al menos se hacía un amague de licitación para adjudicarles cargamentos de crudo a los traders, pero en la revolución se entrega directamente el petróleo, utilizando la cortina de las empresas estatales, donde los traders siguen ahí, escondidos tras los visillos.

Si Ecuador extrae aproximadamente 182 millones de barriles de petróleo anuales, de los cuales 118 millones en promedio se destinan a la exportación, eso quiere decir que un volumen equivalente a 9 millones de barriles al mes, de crudos Napo y Oriente, son entregados al negocio de los intermediarios, violando la ley, el instructivo de comercialización de Petroecuador y los propios postulados del gobierno, que obligan a comercializar el crudo y los derivados directamente con refinadores, eliminando los intermediarios y diversificando los mercados. En lo que va del gobierno de la revolución ciudadana los intermediarios han manejado 660 millones de barriles de exportación, aproximadamente; si consideramos una diferencia de 2 dólares por barril entre el precio facturado y el real del mercado, hablaríamos de una fortuna superior a 1.300 millones de dólares que se han beneficiado los intermediarios. Solo Petrochina ha comercializado alrededor de 180 millones de barriles.

Los principales perjuicios se expresan en la fijación de diferenciales y premios perjudiciales al interés nacional. Por ejemplo, los premios adjudicados a Petrochina, Pdvsa y Ancap, fueron inferiores a los establecidos por el mercado, igualmente los diferenciales acordados sobre la mesa de los convenios interestatales, difieren en algunos casos en 2 dólares por barril, y en otros, hasta en 8 dólares por barril, frente a los diferenciales determinados por el mercado. Pero, sin duda fue desde el primer trimestre del año 2011 donde se pudo visibilizar esta realidad con más nitidez, cuando los precios de los crudos ecuatorianos Napo y Oriente, superaron al precio del crudo marcador WTI, como consecuencia de un hecho atípico, generado por los conflictos políticos, militares y económicos en Egipto, Libia y Siria. Pese a experimentar efectos positivos para los crudos ecuatorianos, resultó incomprensible e injustificable que el gobierno no haya realizado licitaciones, ni ventas spot para verificar el mercado. Si no hay licitaciones y si se ha venido entregando fuera de concurso, gran parte del saldo exportable de crudo del Estado, a PETROCHINA, ANCAP y PDVSA, significa que EP Petroecuador ha establecido precios y diferenciales con palo de ciego. EP Petroecuador no hace licitaciones porque ese momento se les acaba el negocio a intermediarios como Trafigura, Glencore, Castor Oil, u otros, que operan tras de la uruguaya ANCAP, de la venezolana PDVSA, de la mexicana PMI (PEMEX) y de Petrochina.

Insistentemente varios sectores políticos y ciudadanos han solicitado la intervención de la Fiscalía, de la Contraloría, e incluso se impulsó un juicio político en la Asamblea Nacional, pero ha ganado la impunidad. No es exagerado decir que los más grandes casos de corrupción y perjuicio al país, se registran en el sector petrolero, en particular en el comercio externo de crudo y derivados. Antes de la revolución ciudadana ninguna compañía podía comprar más de 24.000 barriles diarios. En la historia del comercio mundial de petróleo, ningún país ha dejado que una o dos compañías controlen la casi totalidad de sus exportaciones y más aun sin verificar el mercado”. Por su parte, el diario El Comercio de Quito, señalaba:

El ministro Wilson Pastor ha justificado este “negociado” informando a los analistas de Petroecuador que la orden viene directamente desde Corondeles y que el dúo Cadena-Pareja son amigos de la presidencia.

En el plano de las comparaciones decía que Portugal colocó 2 500 millones de euros a cinco años y pagando una tasa de interés del 4,89%, nada mal para un país en crisis. España, otro país en crisis, también colocó hace pocos días 7 000 millones de euros en bonos a 10 años y pagando 5,4% de interés. España y Portugal están en el epicentro de la crisis financiera internacional, pero han logrado que sus papeles de deuda tengan gran demanda, pese a que sus indicadores macroeconómicos muestran bajo crecimiento y alto desempleo.

En el caso de Portugal, los papeles de deuda eran considerados como ‘bonos basura’ por las calificadoras internacionales. Pese a eso, lo máximo que llegó a pagar por sus papeles de deuda fue 6,4%. Sin ir más lejos, en América Latina se están cosechando los beneficios de la estabilidad económica, lo cual ha motivado el ingreso de grandes flujos de capitales en busca de mejores rendimientos. Paraguay, por ejemplo, debutó en el mercado internacional de deuda al colocar USD 500 millones en bonos soberanos, con un rendimiento de 4,625%. Bolivia lo había hecho a fines del 2012 por un monto similar y pagando una tasa del 4,8%.

Ecuador, en cambio, parece que le sobra la plata y sigue pagando alrededor del 7% de tasa de interés por los créditos contratados con China, la cual, incluso, tiene garantía de petróleo. Los indicadores de Ecuador, según cifras oficiales, muestran mayor empleo, menor pobreza, crecimiento económico sostenido, etc., pero no ha servido para obtener créditos más baratos. La diferencia de la tasa de crédito es del 2.2%, lo que encarece la deuda china en un 6.3% o sea en 63 millones de dólares al año por cada 1000 millones prestados.

Tan mal huelen los contratos entre Petroecuador y Petrochina que la propia Contraloría General del Estado se ha visto obligada a realizar auditorías. De los exámenes realizados en el pasado mes de marzo, se desprende que el Ecuador dejó de percibir 43.4 millones de dólares de los contratos por fallas en el proceso precontractual. “El primer contrato fue suscrito en julio de 2009 y en este se estableció una venta directa y sin licitación a Petrochina de 8 lotes de mensuales de 360.000 barriles.

La Contralaría estableció que se ven dieron seis cargamentos de crudo Oriente con un premio de USD 1.25 por barril, y dos cargamentos de crudo Napo con un premio de 1.30 dólares por barril, que se suma a la cotización del crudo más un diferencial. Este contrato dejó una pérdida de 34.4 millones de dólares.

En un segundo contrato firmado el 31 de agosto de 2010, por el que Petroecuador vendió a Petrochina cinco lotes de 360.000 barriles de crudo Oriente y Napo, la Contraloría estableció que los premios entregados por Petrochina estuvieron por debajo de otras empresas, lo que dejó una pérdida de 4.5 millones de dólares.

Igualmente se estableció que en los contratos se hizo un descuento indebido de 2.58 millones de dólares a Petrochina por calidad y otros dos millones de dólares se dejaron de percibir por no considerar las cotizaciones internacionales que estuvieron vigentes.

Sin duda, el mercado petrolero es tan negro como el crudo. Mientras las corruptelas persisten para que unos cuantos se llenen las faltriqueras y cuentas corrientes y crezcan las fortunas, los desastres ecológicos continúan imparables causando muerte y destrucción entre los pobres y desamparados, debido a derrames de crudo resultantes de variados accidentes incontrolados.

Acción ecológica, pueblos hartos de pobreza mientras el crudo de sus territorios se explotan sin compasión ni medida, y organizaciones que adelantan la campaña: “La Amazonía que nos queda”, expresan por ejemplo:

Estamos sumamente preocupados por el futuro de la Amazonía Centro-Sur y el respeto de la forma de vida y la cultura de los pueblos ancestrales del Ecuador. El futuro de la conservación de la Amazonía ecuatoriana, se encuentra actualmente amenazado por la decisión del Estado ecuatoriano de abrir la XI ronda petrolera, a través de la cual se busca licitar los bloques petroleros en el Centro-Sur de la Amazonía. Esos planes afectarán a más de 3 millones de hectáreas de bosque tropical y 7 nacionalidades indígenas. La explotación de estas reservas puede generar altos ingresos en el corto plazo para el Estado y la región, pero conlleva la destrucción irreversible de la biodiversidad, con impactos sobre el clima, tanto en el Ecuador como en el planeta, así como posibles violaciones de derechos humanos.

Con la “Ronda Suroriente”, el gobierno busca ampliar la frontera petrolera hacia el Centro-Sur de la Amazonía ecuatoriana. El Centro-Sur no es simplemente 21 bloques petroleros, pero la Amazonía que nos queda: es uno de los últimos bosques tropicales más biodiversos en el mundo, hogar de 7 nacionalidades indígenas.

Es oportuno preguntarnos ¿Qué oportunidades estamos dejando para las futuras generaciones, quiénes vivirán en un país sin ingresos petroleros?

Pero, ¿qué pasará en este país, si ya no recibe créditos de la República Popular China, porque no tendría petróleo con qué pagarlos? ¿Hasta cuándo el pueblo va a tolerar la corrupción que permite la creación de nuevas fortunas o el incremento de las viejas fortunas nacidas de la explotación de los hidrocarburos?

Este sucio negocio permite la violación de las leyes y el engaño al pueblo ecuatoriano. Petrochina América que se lleva la mayor parte de la riqueza petrolera del Ecuador es una empresa domiciliada en Nueva Jersey, Estados Unidos, y se dice que el petróleo ecuatoriano no va a Estados Unidos. En realidad, tras Petrochina están los dinosaurios Taurus Petroleum, Castor Petroleum o Trafigura, tan voraces e insaciables como enorme es la explotación.

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