Por Gualberto Arenas

Secretario general del Partido de los Trabajadores

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El 15 de octubre, en vísperas del décimo aniversario de la guerra del gas, y cuando el gobierno quiere hacer una fiesta que sería como una burla, el pueblo de El Alto cumplió un masivo paro cívico. Y eso no fue un problema “municipal” como mintió el gobierno nacional. Es la confirmación de que la Agenda de Octubre no se ha cumplido.

Recordamos de las Tesis Políticas de Huanuni (8 de marzo 2013), programa del Partido de los Trabajadores:

“El M.A.S. desempeño la vergonzosa tarea de socavar el proceso insurgente vivido el 2003 y 2005. Se opuso al levantamiento del 2003, defendió el ascenso de Carlos Mesa e hizo todo lo posible para que éste no cayera, una vez echado Mesa volvió a intervenir para apoyar al neoliberal Eduardo Rodríguez Beltzé… Al no existir otro referente en el espectro político nacional, el MAS… Llegó al poder, con la ayuda de transnacionales y ONGs que lo apoyaron económicamente. Y éste se dio a la tarea de desvirtuar las históricas demandas del pueblo boliviano: la agenda de octubre. Manipulando la Asamblea Constituyente a favor de sus intereses. Por lo tanto la revolución en curso fue convertida en una restauración del sistema capitalista imperante•.

“…El actual gobierno se ufana de la bonanza económica que es producto de los altos precios de las materias primas. La economía y las finanzas públicas dependen cada vez más de los sectores extractivos, mientras se estanca la producción industrial y agropecuaria. En concreto la actual política económica… dominada por el capital monopólico que aprovecha los recursos naturales nativos y la explotación de la fuerza de trabajo local, pero que realiza y acumula la plusvalía fuera de nuestras fronteras. Nuevamente se repite el libreto neoliberal de la liberalización de precios, privatización y fomento a la inversión extranjera…”

“Las masas oprimidas en el país tenemos claramente identificados a nuestros enemigos: las transnacionales saqueadoras (imperialismo), los latifundistas, los grandes empresarios vende-patrias, los politiqueros de los partidos burgueses tradicionales, pero esta claridad de visión se ha visto en la última época ofuscada por la labor confusionista del reformismo masista… sin tocar para nada el basamento económico sobre el que se asienta la opresión imperialista y la explotación burguesa. Las medidas adoptadas contra el pueblo como el gasolinazo, su negativa a nacionalizar verdaderamente las minas e hidrocarburos, su postura demagógica en el conflicto del TIPNIS muestra los objetivos… procapitalistas del MAS”.

“Por todo lo señalado, los trabajadores bolivianos proclamamos que nuestra misión histórica, en el presente momento, es aplastar al Capitalismo y a sus sirvientes… la lucha por el socialismo… La alianza de obreros y campesinos con la gente pobre de las ciudades y con todas las fuerzas antiimperialistas y anticapitalistas es la garantía de la victoria.”

Una muestra clara de la traición del gobierno es lo que ocurre con Huanuni, la única mina totalmente nacionalizada por la lucha de los trabajadores mineros en el 2002, que nuevamente debieron salir a la lucha en el 2006, ante el ataque artero y el enfrentamiento con los cooperativistas promovido por el gobierno masista, con el saldo luctuoso de 16 muertos. En el 2003 los mineros de Huanuni fueron parte de la insurrección de octubre, enfrentando al ejército para llegar a El Alto a apoyar a su pueblo heroico.

Hoy nuevamente el gobierno se ensaña con Huanuni chantajeando a los trabajadores con la privatización y liquidación de COMIBOL y hasta un absurdo descuento de los bonos que cobraron por trabajo extraordinario durante años, amenazando con descontarles 100.000 bs por trabajador, además de haber 22 mineros procesados penalmente por la huelga de mayo. Mediante estas amenazas, y al verse abandonados por la COB, ha conseguido el gobierno obligar a los trabajadores a elegir a Pedro Montes “porque sólo con él dialogaría el gobierno”. Este traicionó a los trabajadores cuando fue ejecutivo de la COB y los volverá a traicionar. Y esto porque el gobierno quiere destruir Huanuni que se ha convertido en un peligroso ejemplo para los trabajadores del país, de que se puede administrar la minería y los hidrocarburos nacionalizados y bajo control de los trabajadores. El gobierno tiene también el objetivo inmediato de golpear al Partido de los Trabajadores, ya que el sindicato de Huanuni fue uno de los sindicatos vanguardia de su fundación y que incluso sus trabajadores aportaron de sus salarios para sostenerlo. Independientemente de que, hayan elegido obligados a Pedro Montes, los trabajadores de Huanuni tienen todo el apoyo del PT para luchar por sus demandas, defenderse del ataque del gobierno y para eso, deberán comprender que sometiéndose al gobierno mediante Pedro Montes no van a solucionar y por el contrario van a perder sus conquistas, tendrán que pensar en dotarse de nuevos dirigentes que de verdad estén dispuestos a encabezar la lucha por defender sus conquistas, por defender a Huanuni, que el gobierno devuelva lo que le debe a la empresa y por extender la nacionalización de la minería.

Mientras los aumentos de salarios son míseros y van muy por detrás de la inflación, las leyes neoliberales en materia de trabajo y jubilaciones se mantienen con cambios cosméticos muy menores. La mayoría de los trabajadores no están sindicalizados, porque gobierno y patronales se aliaron para impedirlo, y el gobierno llega a prohibir la sindicalización en la ley de Cooperativas.

En materia de política agraria el gobierno se burló del plebiscito constitucional adonde el 80% de los votantes reclamó el fin de todo latifundio mayor a 5.000 hectáreas. Apoya a los terratenientes cruceños, cuyos latifundios, producto del robo de la tierra pública durante dictaduras y neoliberalismo, se han consolidado constitucionalmente, y hasta les prometió recientemente 1500 millones de dólares de las reservas para “ayudarlos” a invertir, con la excusa de promover la soberanía alimentaria. En realidad apoya a la agroindustria capitalista de exportación de soya, azúcar. Mientras tanto hay 2 millones de campesinos e indígenas sin tierra o tierra insuficiente que deben migrar a las periferias de las grandes ciudades, sin trabajo tampoco en la ciudad. El resultado directo del apoyo a la agroindustria de exportación y el abandono de la agricultura campesina es el enorme encarecimiento de los alimentos que sufre hoy todo el pueblo boliviano.

A los trabajadores urbanos se les mantienen los salarios y jubilaciones con igual o menor poder de compra que el que tenían en gobiernos neoliberales anteriores. A centenares de miles de estudiantes de familias pobres que buscan formarse como profesionales, se le ponen todo tipo de obstáculos para poder hacerlo, desde altísimos costos para recibirse o cursar algún diplomado, hasta los prohibitivos alquileres urbanos para estudiantes de familias campesinas.

El gobierno ha puesto a su servicio a algunos dirigentes traidores de la COB, como Trujillo, así como a las direcciones campesinas de la CSUTCB. Los trabajadores y campesinos necesitamos nuevos dirigentes para volver a la lucha por nuestras demandas y por recuperar los recursos naturales.

Los viejos partidos neoliberales, MSM, ADN, MIR, UCS, UN, los “Demócratas” de Costas, tampoco son ninguna alternativa, ya han gobernado y el pueblo los ha expulsado, porque representan los intereses de transnacionales y oligarcas.

Estos son los motivos del nacimiento del Partido de los Trabajadores que continúa hoy la lucha del 2003. Vanos serán los esfuerzos del gobierno, que declaró la guerra al PT, por destruirlo porque ya su semilla comienza a germinar en los pobres de este país. Podrá ponerle piedras en el camino, podrá retrasar su crecimiento, podrá quizá intentar impedirnos la participación electoral retrasando ya dos meses la entrega de los libros para firmar, utilizando la ley de partidos políticos antidemocrática y su dominio del Tribunal Electoral, pero, si mantenemos en alto el programa revolucionario del Congreso de Huanuni por una verdadera nacionalización y por liquidar el latifundio para dar tierra al campesinos pobre, como fue la lucha del 2003, avanzaremos en la organización, con los trabajadores fabriles, con mineros, con profesores, profesionales, con estudiantes, con campesinos, con organizaciones populares urbanas. El pueblo que supo expulsar a los antiguos gobiernos neoliberales sabrá hacerlo también con los nuevos neoliberales disfrazados. Pondremos en pie a un gran Partido de los Trabajadores, en un poderoso instrumento político para que el pueblo oprimido sea gobierno.

Llamamos a luchar en lo inmediato por imponer el desprocesamiento de los trabajadores de Huanuni procesados, de los fabriles procesados, de los dirigentes indígenas también procesados, todos por luchar por sus legítimas demandas. A luchar por defender la nacionalización de Huanuni y las conquistas de sus trabajadores. A luchar junto al pueblo alteño que ha salido a contundente paro cívico contra aumento del transporte y exigiendo que se cumpla la Agenda de Octubre.

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