La movilización popular contra la Ley 72, que pretendía vender terrenos de la Zona Libre de Colón, constituyó un salto de calidad en la creciente confrontación social y política que atraviesa la sociedad panameña por la continuidad de las políticas neoliberales del gobierno empresarial de Ricardo Martinelli.

Esta lucha, encabezada por el Frente Amplio de Colón (FAC), es la continuidad en un nivel superior de las luchas anteriores: contra la Ley Chorizo, en julio de 2010; contra el Código Minero en 2011 y 2012;  contra el proyecto de "Asociación Público Privada", fines de 2011; y contra la venta de las acciones públicas de las empresas eléctricas y la imposición de la Sala V de la Corte Suprema, a mediados de 2012.

Continuidad del conflicto entre el modelo económico neoliberal (cada vez más desigual y explotador) y la clase trabajadora apoyada por sectores populares que se rebelan contra las imposiciones antidemocráticas y la injusticia social del capitalismo dependiente panameño. Estamos, con toda claridad ante una lucha de clases creciente.

La lucha contra la Ley 72 ha significado un salto de calidad, porque se ha producido, no en la periferia del sistema (como en Changuinola y San Félix), sino en el centro neurálgico del capitalismo panameño: el área metropolitana, con la paralización de la Zona Libre de Colón y los puertos de la costa atlántica, que rápidamente se fue extendiendo a nivel nacional: con la huelga de SUNTRACS, los gremios docentes y el combativo pueblo Gnäbe-Buglé, a través de la Coordinadora de Lucha y la cacica Silvia Carrera .

El éxito de esta lucha se debió al carácter democrático y asambleario del Frente Amplio de Colón (FAC), que permitió la movilización unitaria de los gremios y sindicatos de la provincia, superando con ello el sectarismo y la atomización que había predominado en el movimiento obrero y popular desde las grandes luchas de 2003-2005. El funcionamiento del FAC prueba la fuerza de la democracia obrera y popular, superior a la democracia representativa burguesa (expresada en al corrupta Asamblea Nacional). El FAC debiera convertirse en una Asamblea Popular permanente, baluarte de los intereses del pueblo colonense.

La lucha produjo un resquebrajamiento en la unidad de la clase dominante en torno al gobierno de Cambio Democrático y Martinelli. Surgieron opiniones divergentes entre las Cámaras de Comercio, principalmente la de Colón (que declaró un paro de 48 horas), la poderosa Asociación de Usuarios de la Z.L.C. y el gobierno. Divisiones que aún se mantienen respecto a de dónde saldrán los fondos para saldar la "deuda social" con el pueblo colonense.

Incluso hubo elementos de una grave crisis política y vacío de poder, acicateados por la ausencia del presidente, en particular en la mañana del 26 de octubre, cuando las autoridades no atinaban cómo proceder frente a la paralización casi total de la economía, lo cual obligó a finalmente aceptar la derogación total de la Ley 72.

Esta crisis ha generado una situación política nueva: Martinelli y su gobierno venían de una recuperación que le permitía acariciar la idea de la reelección, ahora se ha pasado a una crisis de credibilidad que amenaza su continuidad. Desde muchos lados se alzan voces con la demanda: "¡Que renuncie Martinelli!". Consigna que puede llegar a ser el eje de la movilización, combinada con la de Asamblea Constituyente. La crisis no es mayor porque, al igual que en las coyunturas anteriores, los partidos políticos burgueses de "oposición" (PRD, Panameñista y Popular) juegan a estabilizar con miras a 2014.

¿Cómo evolucionará la situación? Depende de varios factores:

1. El Frente Amplio de Colón (FAC), se ha constituido en la vanguardia de las luchas nacionales, y todo va a depender de que sostenga la negociación con el gobierno junto con la movilización. Sólo con la movilización podrá materializar las justas demandas de que los grandes negocios de la provincia (Zona Libre y puertos) compartan la riqueza que acumulan para subsanar las miserias que sufre el pueblo colonense; además de exigir la investigación y castigo contra los responsables de las violaciones a los derechos humanos, la represión y asesinatos. Es clave exigir la liberación de las decenas de presos políticos que quedan e impedir el uso del terrorismo judicial contra los dirigentes. Si se pierde la iniciativa en las calles, gobiernos y empresarios darán largas y harán humo las demandas.

2. A nivel nacional, el Frente de Defensa de la Democracia, siguiendo el ejemplo del FAC, debe consolidarse como el organismo democrático que concite la unidad de todo el movimiento sindical y popular. Para ello hay que formular un Plan de Lucha contra las medidas neoliberales del gobierno. Su éxito dependerá de cómo el FDD maneje la presencia de partidos y políticos tradicionales en su seno: cuya presencia puede ser tolerable solo si es para movilizarse contra las medidas impopulares. Pero se debe estar alerta ante el intento de esos partidos oligárquicos de "oposición" de utilizar este Frente como un instrumento de su proyecto electoral, para que en 2014 gane otro empresario y el régimen político siga igual.

3. El problema de fondo es qué sectores canalizarán políticamente las luchas sociales y el descontento acumulado contra Martinelli: o, los partidos burgueses de "oposición", quienes ya han lanzado el lazo para amarrar a sectores sindicales, en un gran "frente electoral de oposición", con lo cual se repetiría lo mismo que en otros momentos, dando continuidad al régimen neoliberal; o, un proyecto político electoral independiente, de carácter antineoliberal y popular, que en principio vemos como más probable que se forme en torno al Prof. Jované y el Movimiento Independiente de Refundación Nacional (MIREN).

4. La lucha empieza también a producir una maduración de amplios sectores de vanguardia que comprenden que la crisis panameña hace parte de una crisis mundial del sistema capitalista, y que la realidad demanda un programa que avance mucho más allá del antineoliberalismo y la "democracia participativa". Se requiere empezar a trabajar en función de la unidad de un proyecto político que levante con claridad un programa SOCIALISTA.

Panamá, 2 de noviembre de 2012.

Hemeroteca

Archivo