Por Melchor Benavente

Tal como se había previsto, el Informe Final de la Misión de Observación Electoral de la UE en Nicaragua, presentado en Managua, el pasado 22 de Febrero, por el eurodiputado español Luis Yáñez, tiene un tono mucho más crítico que el Informe Final de la Misión de Observación de la OEA.

No obstante, ambos Informes coinciden en señalar las múltiples irregularidades del proceso electoral del pasado 8 de Noviembre del 2011. Las presiones imperialistas se acrecientan contra el gobierno de Daniel Ortega, para obligarlo a retroceder en su proyecto hegemónico, hacer concesiones “democráticas” que permitan desmontar el régimen bonapartista.

CSE monocolor

El Informe Final de la UE, critica aspectos esenciales del sistema político en Nicaragua. Sus dardos los dirigen al corazón del sistema: el Consejo Supremo Electoral (CSE), tal y como esta organizado en la actualidad.

Sin tapujos diplomáticos, estableció que las pasadas elecciones suponen “un retroceso en la calidad democrática de los procesos electorales nicaragüenses por la escasa transparencia y neutralidad con que han sido administradas por el CSE. A lo largo del proceso, un CSE prácticamente monocolor en todos sus niveles ha dado muestras de escasa independencia respecto al oficialismo y generado condiciones de competición desfavorables y obstrusivas para la oposición, que se ha visto desplazada de cualquier representación efectiva en la administración electoral”.

Bipartidismo restrictivo

Paralelamente, el Informe Final de la UE criticó el sistema de creación y organización de partidos políticos: “Los requisitos para la creación y supervivencia jurídica de los partidos políticos establecidos en una ley electoral que fomenta decididamente el bipartidismo y promueve las alianzas son, en muchos casos, extraordinariamente restrictivos y su incumplimiento, no siempre fácil de verificar, conlleva la pérdida de la personería jurídica del partido”.

Desde la aplicación del Pacto Alemán-Ortega en el año 2000, el resultado ha sido la reimplantación del bipartidismo, y el debilitamiento del pluralismo político, ya que los partidos minoritarios no pueden sostenerse con los obstáculos de la Constitución y la Ley Electoral

La candidatura de Daniel Ortega

En esta parte, el Informe de la UE retoma casi completamente los argumentos que la oposición burguesa esgrimió sobre la inconstitucionalidad de la candidatura de Daniel Ortega, antes, durante y después de la campaña electoral

La candidatura a la reelección del Presidente Daniel Ortega fue declarada constitucional, en un proceso no exento de defectos procesales, por la sala de lo constitucional del CSJ, que consideró que el principio de igualdad debía imponerse a la prohibición expresa de reelección consecutiva del Presidente contenida en el artículo 147 de la Constitución. Como en anteriores declaraciones, la misión considera, sin entrar a valorar el fallo, que el único cauce apropiado para eludir la aplicación un artículo esencial de la Constitución, anclado en fuertes razones históricas comunes a muchos países de la región, no debe ser otro que su reforma previa por la Asamblea Nacional a través de los mecanismos establecidos en la propia Constitución

Las 24 recomendaciones

Por falta de espacio nos referiremos a las recomendaciones más importantes. Al igual que los Estados Unidos, la UE no tiene como política central el derrocamiento del gobierno de Daniel Ortega, sino la reforma del régimen político bonapartista. Por ello en sus recomendaciones plantearon que debe aprobarse, “preferiblemente de manera consensuada entre la mayoría legislativa y la oposición” una nueva Ley Electoral

La UE “consideraría positivo” la elección de nuevos magistrados del CSE con “de acreditado prestigio profesional y perfil independiente y neutral”. De igual manera, planteo que “la composición y funcionamiento de los niveles más bajos de la autoridad electoral (CED, CER, CEM y JRV)” se hiciera bajo el principio del pluralismo político.

Incluso, cuestionó severamente el mecanismo de asignación de los diputados: “La actual atribución de escaños a la Asamblea Nacional por departamentos y regiones no respeta suficientemente el principio de igualdad del voto y debería ser revisada para que refleje los datos de población oficiales más recientes”. La crítica se generaliza a todos el sistema electoral, punto por punto.

Ya para finalizar, la UE recomendó “a la nueva Asamblea Nacional la aprobación de una ley de partidos políticos que refuerce su autonomía y limite al máximo la injerencia del CSJ y de la propia CSE en su vida interna”.

Este es el programa democrático que el imperialismo europeo y norteamericano han levantado para reformar al régimen bonapartista de Daniel Ortega. Los trabajadores y la izquierda debemos exigir una democratización real de la sociedad, pero sin presiones ni injerencias imperialistas.