Por Melchor Benavente

Actualmente, Victoriano Lorenzo es considerado como un gran prócer panameño, pero no siempre fue así. No en vano Lenin afirmaba que “en vida de los grandes revolucionarios, las clases opresoras les someten a constantes persecuciones, acogen sus doctrinas con la rabia más salvaje, con el odio más furioso, con la campaña más desenfrenada de mentiras y calumnias. Después de su muerte, se intenta convertirlos en iconos inofensivos, canonizarlos, por decirlo así, rodear sus nombres de una cierta aureola de gloria para “consolar” y engañar a las clases oprimidas, castrando el contenido de su doctrina revolucionaria, mellando su filo revolucionario, envileciéndola”.

Esto es lo que la oligarquía panameña ha hecho con Victoriano Lorenzo. Veamos por qué.

Recordando nuestra historia común

El estratégico istmo de Panamá fue, desde la época colonial, un territorio codiciado por las grandes potencias. El territorio de Panamá no perteneció a la jurisdicción de la Capitanía General de Guatemala, sino al Virreinato de Nueva Granada (Colombia). La corona española dividió su dominio en América en varios virreinatos y capitanías. No bastante, los nexos históricos, económicos y políticos de Panamá con el resto de Centroamérica siempre fueron muy estrechos.

La ola revolucionaria independista en América Latina a comienzos del siglo XIX, contra el dominio del colonialismo español, produjo nuevas naciones. En 1811 se conformó, entre otras, las Provincias Unidas de la Nueva Granada (1811-1816) en el territorio de la actual Colombia. Desde el inicio, como un preámbulo de lo que ocurriría posteriormente con la independencia de Centroamérica (1824-1838), estallaron guerras civiles entre federalistas y centralistas. Estas guerras civiles debilitaron al nuevo estado federal, al grado que, en 1816, producto de la contraofensiva de la corona española, y el territorio de Nueva Granada fue recuperado por el general español, Pablo Morillo, iniciando un breve periodo contrarrevolucionario.

Después de una heroica resistencia, en 1819 el general Simón Bolívar logró expulsar a las tropas españolas. La Gran Colombia (1819-1831) fue constituida en 1819, en el Congreso de Angostura, fortalecida por la unión de los territorios de Colombia y Venezuela en 1821. Ese mismo año, Panamá se adhirió a la Gran Colombia, Ecuador lo hizo en 1822. Derrotada la monarquía, las contradicciones entre revolución y contrarrevolución, emergieron bajo la forma del conflicto entre federalistas y centralistas. Las oligarquías se refugiaban y alentaban los intereses locales por encima de los intereses de los nuevos Estados.

A pesar que en 1826 se realizó en Panamá el Congreso Anfictiónico, bajo la influencia de Simón Bolívar, que propugnaba por la unidad política de América Latina, la oligarquía de comerciantes panameños realizó el primer intento de separación de La Gran Colombia, para crear un nuevo Estado bajo la protección de Inglaterra y Estados Unidos. A pesar de ello, la Gran Colombia mantuvo un gran poder de atracción: El Haití español y las islas del caribe como Cuba y Puerto Rico, quisieron adherirse a la Gran Colombia.

En 1830, el departamento del istmo (Panamá) se separó temporalmente de la Gran Colombia, en protesta por la renuncia de Simón Bolívar y el inicio del desmembramiento de ese Estado. En 1831 se produjo otra separación temporal de Panamá, pero esta vez alentada por la oligarquía ante el hundimiento de la Gran Colombia, que produjo la creación de tres estados independientes: Venezuela, Ecuador y la República de la Nueva Granada (1830-1858).

Este nuevo Estado abarcaría no solo a Colombia sino también al territorio de Panamá. Las guerras civiles continuaron. En 1840, ante la llamada “guerra de los supremos”, la oligarquía de Panamá se separó y se declaró república independiente, reincorporándose a la Nueva Granada en 1841, volviéndose a separar en 1851. Las guerras civiles hicieron fracasar también a la Nueva Granada. En 1858 se conformó la Confederación Granadina (1858-1863), una república semifederal conformada por las actuales Colombia y Panamá. Al estar formado por diversos territorios, la Constitución de 1858 le dio gran autonomía a los Estados y Panamá resultó beneficiada.

Los Estados Unidos de Colombia (1863-1886) fue la última experiencia federalista, liberal. En 1886, los conservadores ganan la guerra civil, disuelven el Estado Federal e imponen un Estado Unitario, siendo Panamá una de sus provincias.

La guerra civil de 1899-1902

Un sector del liberalismo colombiano inició una sublevación contra el gobierno conservador, conocida como la “guerra de los mil días”, apoyados militarmente por los gobiernos liberales de Nicaragua, Ecuador y Venezuela. Pero la rebelión sufrió un duro revés en la provincia de Panamá, en mayo de 1900. En esa época, al igual que en Centroamérica, los partidos liberales tenían una base social plebeya, compuesta por intelectuales, artesanos, obreros y sectores populares.

Dentro de las filas de las tropas liberales panameñas se encontraba Victoriano Lorenzo, un líder indígena, perteneciente a la casta de líderes naturales, que rápidamente obtuvo el rango de Capitán. Victoriano Lorenzo estuvo 9 años preso, acusado de asesinar al corregidor Pedro de Hoyos que, con engaños, le había robado sus tierras.

Las tropas liberales panameñas estuvieron a punto de tomar la ciudad de Panamá, pero el cónsul norteamericano, protegiendo los intereses de la oligarquía, que necesitaba ganar para su proyecto, amenazó al general Emiliano Herrera que, si la ciudad era destruida por un ataque rebelde, entonces las tropas norteamericanas intervendrían en su contra. El chantaje funcionó, y al no tomar la capital de la provincia, desaprovechó una oportunidad de oro, que permitió el reagrupamiento y contraofensiva de las tropas conservadoras. El ejército liberal fue finalmente derrotado.

Victoriano Lorenzo dirigía un batallón de indios (cholos) muy destacados en el combate. Comprendiendo la vacilación de la conducción militar del liberalismo, reagrupó sus tropas y se dirigió a las montañas. Las tropas conservadoras se lanzaron en su persecución. Los atropellos contra la población indígena, radicalizó a estos, quienes comenzaron a ingresar al pequeño ejército de Victoriano Lorenzo.

De rebelión indígena a nacional

Las condiciones de vida de los indígenas panameños eran miserables, lo que motivo su rebelión y el ingreso al pequeño ejército comandado por Victoriano Lorenzo.

El 20 de octubre de 1900, una asamblea de 500 indígenas, indignados por las masacres del ejército conservador, votaron ir a la guerra y nombraron a Victoriano Lorenzo, como su General, es decir, como el máximo comandante. La guerra civil entre liberales y conservadores, había terminado con la derrota de los primeros, pero estaba iniciando una nueva guerra civil de los indígenas contra sus opresores.

En sus Memorias, el Teniente Coronel Juan José Quirós, quien fuera Secretario Personal de Victoriano Lorenzo, escribió lo siguiente: “Nuestro General coclesano no hablaba de principios políticos ni liberales ni conservadores... Es la lucha de los campesinos recluidos en las montañas que sufren la carga de los impuestos (incluyendo diezmos y primicias), la escasez de alimentos y los ultrajes de las autoridades y de arrogantes oficiales militares".

El pequeño ejército rebelde indígena comandado por Victoriano Lorenzo carecía de armas, teniendo que arrebatárselas al enemigo en cada combate. Como parte de su ofensiva, las tropas de Victoriano Lorenzo concentraron sus combates en la provincia de Penonomé, asestando duros golpes al ejército conservador. Los éxitos militares le permitieron a Victoriano Lorenzo reagrupar a las derrotadas fuerzas del liberalismo, convirtiendo la rebelión indígena en una rebelión nacional, reviviendo la llama de la guerra civil contra los conservadores

La vacilante conducción liberal

A pesar que las acciones de Victoriano Lorenzo resucitaron al ejército liberal, políticamente se subordinaba y le tenía respeto al líder liberal Belisario Porras. En 1901 irrumpió un destacamento militar al mando del general Benjamín Herrera, con numerosas tropas y armamento. Victoriano Lorenzo reconoció su liderazgo militar, creando una poderosa fuerza militar. Los indios bajaron a los llanos y el ejército liberal tomo casi todo el control del istmo de Panamá, excepto la capital que permanecía en manos de los conservadores.

El general Herrera, el 2 de febrero de 1902, le solicitó al cuerpo diplomático que mantuviera la neutralidad ante el inminente ataque a la capital. Las tropas liberales estaban a punto de tomar el poder.

La conspiración de Roosevelt

Mientras esto ocurría, y casi finalizaba la guerra civil, el gobierno de Estados Unidos, presidido por Theodore Roosevelt (1901-1909), aprovechando el desgarramiento de Colombia, estaba negociando con el gobierno de Colombia un tratado para construir un canal interoceánico por Panamá, al mismo tiempo que, como segunda opción, negociaba secretamente con la oligarquía panameña un tratado para independizar el istmo y construir el anhelado canal interoceánico que le daría a Estados Unidos un gran ventaja comercial y militar.

En octubre de 1902, el General liberal Rafael Uribe Uribe se rindió poniendo fin a la guerra civil colombiana. Estados Unidos, que venía manejando todos los hilos, promovió el 21 de noviembre de 1902, a bordo del acorazado Wisconsin, la firma de un acuerdo político que puso fin a la guerra civil en Panamá.

Adelantándose a la gesta del general nicaragüense, Augusto C. Sandino, Victoriano Lorenzo no sometió a este infame acuerdo del Wisconsin, que contemplaba una amnistía solo a quienes depusieran las armas. Oliendo el peligro, Victoriano Lorenzo se negó a entregarlas, ya que había acuerdos secretos que no compartía.

El artículo 7 del Acuerdo del Wisconsin, contemplaba la elección democrática de un Congreso, que aprobara “las negociaciones relativas al Canal de Panamá”. Las fichas del tablero estaban en orden, a favor de Estados Unidos. Había paz y condiciones para la firma del tratado Herrán–Hay, el que se firmó finalmente el 23 de enero de 1903. Pero el senado colombiano se negó a ratificar el tratado, el 18 de agosto de 1903. La única opción para Estado Unidos era tomarse Panamá, promoviendo la separación de Colombia, y eso fue lo que hicieron.

Captura y fusilamiento de Victoriano Lorenzo

El general Benjamín Herrera nombró a Eusebio Morales para que fuese a capturar a Victoriano Lorenzo, quien fue conducido a bordo del buque Bogotá con rumbo a ciudad Panamá. Después de fugarse, es nuevamente capturado y acusado de varios falsos crímenes.

El 14 de mayo de 1903 se instaló un Consejo de Guerra, presidido por Esteban Huertas. La suerte estaba echada. La oligarquía panameña que negociaba secretamente su separación de Colombia no podía arriesgarse que el líder indígena pusiera a las masas en contra de sus planes. Al día siguiente, el Consejo de Guerra dio su veredicto:

Victoriano Lorenzo, natural de Penonomé, y vecino de Panamá, va a ser fusilado por varios crímenes. Si alguno levantase la voz pidiendo gracia o de alguna otra manera tratase de impedir la ejecución, será castigado con arreglo a las leyes".

El 15 de mayo de 1903, en la plaza de Chiriquí (hoy plaza de Francia), fue fusilado el general indígena Victoriano Lorenzo. Las autoridades hicieron desaparecer el cadáver, para evitar su veneración, pero no lo lograron.

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