Por Alberto Castro

El primero de abril de 1970 fue la fecha cuando Salvador Cayetano Carpio, fundó a las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) ‘’Farabundo Martí’’, dando a conocer desde un principio la identidad de su fundador y primer responsable. Habiendo manejado su identidad bajo el seudónimo de Marcial durante la última década, comenzó desde ese momento a influir sobre la vanguardia revolucionaria impulsando la implementación de nuevas formas de lucha popular y revolucionaria.

La existencia publica de la nueva organización se dio a conocer después de su fundación, en momentos que existía en El Salvador una dictadura militar del tipo facistoide, y cuando los mismos camaradas de la dirección del Partido Comunista Salvadoreño (PCS) reaccionaron con ataques virulentos tanto para las FPL como contra el mismo Cayetano Carpio, obligándolo a mantenerse en la clandestinidad.

Deformaciones de la historia

Existe una versión oficial muy simplista del origen de las FPL: que nació producto del esfuerzo militantes de ocho cuadros revolucionarios, y que se extendió al calor de la acción combativa de las masas, llegando al punto de convertirse en la guerrilla más grande latinoamericana. Esta versión no comprende que el esfuerzo de los individuos está relacionado con los fenómenos sociales que estos representan.

En realidad, las FPL, como muchas otras guerrillas de El Salvador y Centroamérica, fueron la expresión política de la radicalización del estudiantado y de los sectores de clase media, así como de una vanguardia de trabajadores, que luchaban contra la dictadura militar, ante la evidente traición del PCS. En pocas palabras, las FPL expresaron este vigoroso fenómeno social de radicalización de las masas, y por ello se convirtieron en una poderosa organización guerrillera con apoyo de masas.

FPL y el rol de Marcial.

Hablar de las FPL inevitablemente nos obliga a hablar del camarada Marcial. Al recordar su nombre, no lo hacemos con la intención de hacer culto a la personalidad, si no para reivindicar su legado histórico, el cual ha sido manchada con injurias y falsedades, provenientes de muchos de sus compañeros de la época. Muchos de estos más que ex comandantes son ahora administradores de algunas instituciones burguesas y en el peor de los casos se han convertido en una nueva burguesía.

Los sucesos de 1983

La historia de la guerrilla salvadoreña está plagada de contradicciones. Cuando se dio el proceso de unificación que condujo a la necesaria constitución del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), el PCS aprovechando sus nexos con Moscú y La Habana iniciaron un silencioso proceso de estrangulamiento de las estructuras de las FPL

Los sucesos de 1983 en Managua, en donde murieron casi simultáneamente Ana María y el propio Cayetano Carpio nunca fueron aclarados. Después de su muerte, Marcial fue acusado de haber ordenado la muerte de Ana María, pero nunca se demostraron. La muerte de Cayetano Carpio fue un duro golpe contra el sector de las FPL y de la guerrilla salvadoreña que se oponían a la política de negociaciones con el gobierno. Desde ese momento en el que desaparece físicamente Marcial, las FPL dan un giro hacia la política impulsada por el PCS dentro del FMLN, y asume la conducción Leonel Gonzales, seudónimo de Salvador Sánchez Cerén, el actual presidente de la Republica.

Es importante retomar las luchas de Farabundo y Cayetano.

La ex comandancia de las FPL celebra el día uno de abril la fundación de la organización que fundó Cayetano Carpio y sus camaradas, pero en realidad aquellos renegaron de su pasado revolucionario y abrazaron al reformismo del PCS, que terminó controlando al FMLN.

Por ello es necesario crear un nuevo Partido Revolucionario, que recoja las tradiciones heroicas de la guerrilla salvadoreña, con un claro programa anticapitalista, que defienda los intereses de las grandes mayorías, y luche por la instauración de una Asamblea Nacional Constituyente, que reorganice el Estado y la Economía bajo el control de los trabajadores, en beneficios de las grande mayorías, en la perspectiva de reconstruir el Estado Federal Centroamericano bajo el socialismo.