Por Horacio Villegas

Han pasado casi seis meses luego de acontecer la crisis pos-electoral en el país, y las últimas semanas y días no han dado señales de una verdadera ofensiva en contra del gobierno de los nacionalistas. La Alianza de Oposición sólo se ha limitado a convocar a pequeños plantones, como por ejemplo el del pasado viernes 20 de abril en el bulevar Morazán, en el que se anunció una postura favorable hacia la presencia y trabajo de la MACCIH.

En estos seis meses que han pasado, no ha habido convocatorias a manifestaciones y protestas que tengan como principal motivo hacer temblar al gobierno de JOH. Lo que fortalece su ilegítima y pretendida victoria en las elecciones pasadas. En la próxima jornada del 1ero de mayo, se espera que los ánimos de lucha de todos los sectores y organizaciones vuelvan a tomar como prioridad la salida inmediata de los nacionalistas en el poder.

Renacen las organizaciones de trabajadores que tanto esperábamos en la crisis pos-electoral

El miércoles 25 de abril, en una acalorada manifestación frente al congreso nacional, los trabajadores organizados en sindicatos aparecieron de nuevo a la escena política, con pancartas en mano y consignas, esta vez exigiendo la renuncia de la junta interventora del IHSS.

“En cuanto a la situación actual del IHSS, consideramos que el pueblo hondureño fue engañado vilmente por parte del gobierno, ya que en el año 2014 se nombró una Comisión Interventora con el único y exclusivo propósito de mejorar la atención de salud en la institución, objetivo por la cual fue intervenida la misma, quién en los diferentes medios de comunicación han sostenido que el IHSS ya salió de la crisis, siendo esto incoherente con la realidad que viven los pacientes que asisten a diario a consulta médica, encontrándose con los problemas de: falta de recurso humano, medicamentos, insumos, materiales, mora asistencial y quirúrgica…” (“Comunicado de las organizaciones que integran la Plataforma de Lucha”, 25 de abril de 2018).

Fueron tres peticiones las que exigieron estas organizaciones al congreso nacional. Entre ellas la separación de la Comisión Interventora del IHSS, por su ineficiente papel en el resguardo de esta institución pública. la derogación del Decreto Ejecutivo PCM-010-2018 de fecha 06 de abril del 2018, publicado en la Gaceta N° 34,609, que en resumidas cuentas significa la gradual privatización de la seguridad social en el país; el decreto dice literalmente:

“Autorizar a los Regímenes del Seguro de Previsión Social de los INSTITUTOS PREVISIONALES DEL PAÍS, en calidad de fideicomitentes, a constituir con el BANCO HONDUREÑO PARA LA PRODUCCIÓN Y LA VIVIENDA (BANHPROVI), en calidad de fiduciario, los fideicomisos de administración que sean necesarios para la mejora inmediata de la prestación de servicios de salud en sectores productivos y/o prioritarios del país.” (“La Gaceta. Diario oficial de la República de Honduras”, Viernes 6 de abril de 2018).

Y como último punto se exigió un diálogo “amplio, participativo e incluyente para realizar una reforma, profunda e integral al sistema nacional de salud y seguridad social”. Con este nuevo resurgimiento de las organizaciones sindicales de los trabajadores hondureños, se espera que finalmente se asuma una lucha continua contra el gobierno; pues cada vez los escenarios apuntan a una nueva ofensiva neoliberal que tiene como objetivo la privatización de las instituciones públicas que tanto le han costado al pueblo hondureño.

Se deben convocar a todos los sectores de la población hondureña en defensa de las instituciones públicas como el IHSS

Dadas estas condiciones tan desfavorables para la gran cantidad de hondureños que cotizan en el Seguro Social, y los que poco a poco llegan a adquirir este servicio de salud pública, es necesario que las manifestaciones de los trabajadores organizados rompan el cerco de las convocatorias estrictamente para su sector sindical, pues las consecuencias de la privatización de las instituciones públicas llegarán tarde o temprano a varios de los sectores de la población hondureña que  se disputan entre la pobreza y la miseria. En ese sentido, las convocatorias deben llegar a estudiantes de media, universitarios, al movimiento social y a otros actores que pueden darle otro giro a las luchas por la defensa de lo público.

El ejemplo en la defensa de las instituciones públicas nos lo ha dado el hermano pueblo nicaragüense, que hoy día continúa luchando contra el gobierno de Ortega-Murillo que intentó privatizar el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS). El estallido de los sectores populares, entre ellos principalmente los estudiantes, ha derrotado esta medida atentatoria de los derechos de los nicaragüenses. Los hondureños organizados debemos tomar en cuenta esta lección que ha dado el pueblo Nica, y empezar a reunir sistemáticamente a los estudiantes, maestros, movimientos sociales, etcétera, para conformar un programa de lucha en contra de las medidas neoliberales, y el gobierno ilegitimo que las secunda y acata.

¡La administración de la UNAH debe reintegrar a los 24 compañeros injustamente expulsados!

“Más de 24 estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) estarían a punto de reintegrarse a sus clases habituales durante el próximo período académico tras declararse inconstitucional la aplicación de las sanciones administrativas por ejercer el legítimo derecho a la protesta.” (Conexihon, “Declaran inconstitucional reglamento estudiantil de la Unah”, 19 de abril de 2018).

Las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), principalmente el rector Francisco Herrera, fingen demencia. Pues desde hace algunas semanas y meses la “Asociación de madres y padres de familia de estudiantes universitarios criminalizados”, les ha hecho llegar por escrito la exigencia del reintegro inmediato de los compañeros que han sido expulsados injustamente, bajo la figura de un reglamento estudiantil erróneo, y que recientemente ha sido declarado inconstitucional.

“Hemos solicitado al actual Rector Universitario, establecer un diálogo para solucionar la crisis universitaria, sin obtener respuesta desde que este asumió el cargo, en tal sentido nos dirigimos al Consejo Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) que se pronuncie en el reconocimiento del principio fundamental como máxima casa de estudios el DERECHO HUMANO A LA EDUCACIÓN.” (“Comunicado público de la Asociación de madres y padres de familia de estudiantes criminalizados”, 27 de abril de 2018).

La expulsión de los 24 compañeros universitarios responde –fuera de cualquier aplicación reglamentaria de la institución– a la estrategia concienzudamente formulada por rectoría para darle el último golpe de gracia al movimiento estudiantil universitario. Estos viles administradores de la UNAH aplican –con toda su crudeza– el dicho de “muerto el perro, se acaba la rabia”.

Actualmente el movimiento estudiantil universitario atraviesa una crisis que deja entrever por un lado, la ausencia de la crítica que varios de los compañeros de movimientos independientes hacían dentro de la plataforma de asociaciones estudiantiles (MEU), y por otro, el acabose de las consignas que lograron en su momento hacer confluir, en movilizaciones y protestas, a miles de estudiantes de la universidad, como la “derogación de las normas académicas”. Unido a esto, se encuentra el renacer de nuevos y viejos intereses burocrático-estudiantiles (las elecciones de representantes a Consejo Universitario y demás instancias de representación política dentro de la UNAH) que han desplazado uno a uno los temas de interés prioritario, como lo es el caso de la inserción de los 24 compañeros expulsados.

Por una dirección de juventudes revolucionarias contra la dictadura

El fenómeno que dio potencia al estallido de masas en la crisis pos-electoral fue la presencia activa de los jóvenes que se jugaron la vida luchando contra el ejército y la policía militar. Esos mismos jóvenes son los que han tenido que ver caer todas las oportunidades políticas en la crisis. Y aparte son los que toman el simple papel de activistas en la oposición, sin ser los principales creadores de una verdadera estructura que recoja de los escombros de la historia hondureña, la tradición de lucha de otras organizaciones que se disputaron sin titubeos, el rescate de la democracia, secuestrada por los dictadores de cualquier calaña o procedencia.

Por todo lo anterior expuesto, urge organizar una dirección de juventudes revolucionarias, que asuma un proyecto político más acorde a los acontecimientos reales que dejan con perplejidad a los liberales que han asumido la Alianza de Oposición. Una especie de rescate de la tradición más insurreccional que nació en los orígenes del Frente Nacional de Resistencia Popular (FRNP) durante el golpe de estado, y no una insurrección dirigida por los que plantean la “¿revolución o dictadura?” en un contexto de casi derrota por parte del gobierno nacionalista. Una organización que busque las alianzas más estrechas y solidarias con el movimiento social, y deje en el olvido las enseñanzas de los partidos tradicionales, que ya parecen una piedra en el camino.