Por Maximiliano Fuentes

Hace algunas semanas atrás, se trasladó al país una supuesta comisión de notables que tenía como propósito establecer las condiciones para el gran diálogo nacional. Entre los miembros de dicha comisión se encuentra Jhon Biel del Río, diplomático de nacionalidad chilena y miembro de la Organización de Estados Americanos (OEA) enviado para impulsar el diálogo en Honduras. En su primera visita, se reunió con miembros representantes del gobierno de Juan Orlando Hernández, así como los representantes de los partidos de oposición, Manuel Zelaya Rosales (LIBRE) y Salvador Nasralla (PAC), de la misma manera con los que se hacen llamar representantes del movimiento de indignados.

El diálogo propuesto por la OEA

Si bien es cierto, por medio del diálogo se puede establecer consensos, siempre y cuando se reconozcan los delitos cometidos y los actos de corrupción que históricamente han permanecido en la impunidad, precisamente porque en Honduras la institucionalidad del Estado ha permanecido bajo el control de los grupos empresariales, por cierto, los verdaderos responsables de los actos de corrupción que han cercenado y desbaratado las instituciones del Estado. Situación que les ha permitido enriquecer y aumentar de forma estrepitosa sus fortunas. Sin el reconocimiento anterior, difícilmente podrán establecerse consensos.

Por tal razón, nos oponemos de forma radical a la propuesta de Nasralla, quien en la presente semana opinó que se perdone a los que participaron en el gran latrocinio en contra del IHSS y que se haga borrón y cuenta nueva, sobre los crímenes perpetrados por estos sectores no pueden quedar relegados en el olvido, al contrario, deben ser castigados con todo el peso de la ley.

Precisamente por la incapacidad y la falta de voluntad política en seguir el debido proceso por parte del Ministerio Público y la Corte Suprema de Justicia en contra de los responsables del saqueo del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) y otras instituciones del Estado, es que jóvenes con un sentimiento de cambio, renovación y transformación se ven en la necesidad de hacer justicia por sus propias manos. Este tipo de situaciones no ocurrirían si la justicia fuera aplicada de forma correcta, pero los jueces y demás miembros de los órganos administradores de justicia se encuentran al servicio del gran capital y de los grupos de poder.

Los intereses del imperialismo y la oligarquía

Es de recalcar, que la propuesta de diálogo de la Organización de Estados Americanos (OEA) se da en un contexto bastante peculiar, por un lado las intensas movilizaciones en Guatemala que hicieron sucumbir el gobierno de Otto Pérez Molina, por estar vinculado a actos de corrupción y de enriquecimiento ilícito, por otro, movilizaciones multitudinarias por parte del movimiento de los indignados en Honduras. Dichos fenómenos sociales, no dejan de preocupar al imperialismo norteamericano y sus instituciones, razón que les obliga a diseñar estrategias para contener el amplio movimiento social que desestabiliza su zona de control hegemónico.

Por cierto que el diálogo ha sido una táctica fundamental, empleada en diversas ocasiones bajo la finalidad de contener y descompresionar movimientos de transformación social, de la misma manera que lo hicieron durante la lucha contra el golpe de Estado, favoreciendo ampliamente al imperialismo y a la burguesía hondureña para echar andar sus planes de gobierno y control.

Lo cierto es, que la segunda visita de Biel del Río y del resto de comisionados desnudó por completo los intereses del imperialismo norteamericano y del gobierno de Juan Orlando, por cierto, fiel aliado de los Estados Unidos y del gobierno de Barack Obama, por cumplir a cabalidad los planes de ajuste y de miseria impuestos por el Fondo Monetario Internacional (FMI). No es parte de los intereses imperiales impulsar la creación de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Honduras (CICIH), sino más bien impulsar la propuesta de JOH, por cierto elogiado por el propio embajador de los Estados Unidos en Honduras, una vez fue entregado dicho proyecto en la sede de la Embajada en la ciudad de Tegucigalpa.

Definir una estrategia de lucha

La razón es concreta, Juan Orlando y el grupo de corruptos que representa no pretenden que se les impulse ningún proceso a posteriori, por ello ha negociado con los Estados Unidos instalar el Sistema Integral Hondureño de Combate a la Impunidad, institución contralada por el mismo gobierno, y no un ente externo que supervise los actos de corrupción e impunidad en el país.

Desde el PSOCA hacemos un llamado a los trabajadores públicos, gremios, sindicatos, centrales y federaciones obreras y a la militancia del   FNRP a construir una estrategia de lucha que conlleve a la caída de JOH: exigir el cese de la impunidad, la destitución del Fiscal General y adjunto, así como el todos aquellos magistrados y altos funcionarios vinculados a las redes de corrupción. Organizar un Paro Nacional desde los sindicatos y organizaciones campesinas, estudiantiles y populares. Exigimos cárcel a los corruptos y la inmediata expropiación de los bienes que han sido adquiridos con fondos públicos, y que estos bienes sean puestos al servicio de un comité conformado por obreros y campesinos.

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