Por Maximiliano Fuentes

El 28 de junio se cumplen cinco años de la defenestración, por fuerzas militares, del gobierno, hasta ese momento liberal, de José Manuel Zelaya Rosales. A partir de ese momento inició un proceso de intensas movilizaciones por parte de los trabajadores y el pueblo de Honduras que tenían como principal objetivo el retorno del orden constitucional y la refundación del Estado de Honduras a través de una Asamblea Nacional Constituyente. A pesar de que el gobierno espurio de Roberto Michelleti no era reconocido por la comunidad internacional y del clima de intensas movilizaciones, logró sostenerse en el poder y consolidar el proyecto de los sectores de la derecha de Honduras: hacer retroceder a los trabajadores a través del cansancio, la represión selectiva y la desmoralización de sus bases. Claro está, este objetivo fundamental para la aplicación de los planes de ajuste y de miseria de los gobiernos nacionalistas no hubiese sido posible sin la complicidad de la dirección del Frente Nacional de Resistencia, quienes privilegiaron el proceso de negociación sobre la movilización y la insurrección popular.

Los grandes errores de la dirección del FNRP incidieron de forma determinante en la situación actual de la lucha de clases. El retroceso experimentado tras la derrota ha desmoralizado a los grandes pilares del movimiento popular de Honduras: trabajadores públicos y el magisterio nacional. Los grandes ataques contra las conquistas obtenidas a través de intensas jornadas de luchas (el estatuto del docente hondureño, los distintos contratos colectivos), el desmantelamiento de las organizaciones gremiales y sindicales y de los institutos de previsión ante la aplicación de las políticas de reducción y de ajuste neoliberal, son parte de las pruebas concretas que evidencian los enormes errores políticos de la dirección y la arremetida de la burguesía hondureña. Ésta se ha beneficiado enormemente con la gigantesca deuda del Estado con la banca privada nacional.

Frente a esta situación de retroceso, desde el PSOCA consideramos necesario realizar un balance para rectificar los errores cometidos en el pasado y levantarnos de esta situación adversa en la que nos encontramos los trabajadores.

La evaporización del FNRP como instrumento de lucha

Una de las enormes conquistas obtenidas en la lucha contra el golpe de Estado, sin duda alguna, fue el Frente Nacional de Resistencia Popular; no obstante, ante la iniciativa del zelayismo de participar en el proceso electoral como un partido político más, el FNRP se diluyó en los hechos y se priorizó la legalización del partido Libertad y Refundación (LIBRE), bajo el argumento que el poder se obtendría a través del proceso electoral, Sin embargo, una vez más la misma realidad ha demostrado lo erróneo de la política del zelayismo, ya que no lograron superar el porcentaje obtenido por el Partido Nacional ante la división del voto, audaz maniobra del nacionalismo, y ni siquiera han jugado un verdadero rol de oposición en la asamblea legislativa ante el control absoluto de la institucionalidad del Estado por parte Juan Orlando Hernández.

Sumado a esto, la situación de retroceso no les ha permitido presionar desde las movilizaciones y así lograr acuerdos fundamentales con el presidente de turno, maniobra táctica utilizada con regularidad por parte del zelayismo. Aún cuando han existido intentos de revitalizar el casi extinto FNRP, no se logra superar las contradicciones internas y la desconfianza ante el entreguismo del zelayismo y de la cúpula del FNRP.

Frente a estas enormes contradicciones y adversidades, desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) proponemos: recuperar de la memoria histórica las más grande consigna del proceso de lucha contra el golpe de Estado: La democratización de Honduras a través de una Asamblea Nacional Constituyente amplia, democrática y en beneficio de los más pobres que permita refundar el Estado bajo otras finalidades y principios. Exigir al Estado de Honduras que se agilicen los procesos de investigación sobre todos los caídos durante la lucha, se debe de encontrar a los verdaderos culpables y castigarlos por los crímines de varios miembros del Frente Nacional de Resistencia, entre los que se encuentra nuestro camarada José Manuel Flores Arguijo.

Proponer asambleas democráticas y preparativas para jornadas de resistencia, no solo en el día que se conmemora el aniversario, sino para hacer frenar la ofensiva neoliberal del gobierno de Juan Orlando Hernández que nos tiene sumidos en la pobreza y la miseria.